Quizá lo hayas olvidado, pero desde hace unos meses sospechamos que podría haber un noveno planeta en las afueras del Sistema Solar (mucho más allá de la órbita de Plutón) y la actividad tanto para dar con él, como para entender cuál sería su origen no ha cesado…
Un exoplaneta en el Sistema Solar
La última hipótesis procede de un equipo de científicos de la Universidad de Lund, en Suecia. Por medio de una simulación por ordenador, han llegado a la conclusión de que el Planeta Nueve podría ser, en realidad, un exoplaneta. Es decir, un planeta que, originalmente, se formó alrededor de otra estrella y que en algún momento de su historia debió ser capturado por nuestro Sol cuando ese sistema estelar pasó cerca del nuestro.
En una publicación en la Monthly Notices of the Royal Astronomical Society Letters, el equipo sugiere que la definición de exoplaneta podría tener que ser revisada, porque su definición actual, un planeta localizado fuera del Sistema Solar, no sería del todo correcta. A fin de cuentas, si están en lo cierto, tendríamos un planeta que a pesar de estar en el Sistema Solar, se originó lejos de aquí. De hecho, sería un objeto de estudio muy interesante porque sería, de largo, el exoplaneta más cercano que podríamos observar. Eso sí, suponiendo que realmente exista, que es un extremo que no hemos confirmado.
El Planeta Nueve
De momento no tenemos ninguna imagen del hipotético Planeta Nueve. Sospechamos que debería estar ahí porque nos permite explicar el comportamiento de las órbitas que describen algunos de los objetos que podemos encontrar en el Cinturón de Kuiper. Por esas órbitas, es razonable pensar que podría haber algo, con una masa de unas diez veces la de la Tierra, afectándolas y provocando ese comportamiento, aunque no podamos ver el planeta de manera directa (por ahora).
Suponiendo que la estimación de la masa del planeta sea correcta, y partiendo de la base de que el Planeta Nueve no se formó en el disco protoplanetario que existió en el nacimiento del Sistema Solar, el equipo de científicos echó mano de las simulaciones por ordenador para intentar determinar cómo podría haber sido capturado desde otra estrella. El Sol es un objeto muy masivo, acumula el 99,9% de toda la masa que hay en el Sistema Solar, y eso quiere decir que posee un potente campo gravitacional, que sería más que suficiente para poder capturar un planeta como el Planeta Nueve desde otro sistema Solar.
Para explicar la captura, es necesario recordar que las estrellas suelen nacer en cúmulos abiertos, producto de las nubes de gas y polvo que, eventualmente, se condensan para dar lugar al nacimiento de múltiples estrellas. Si hay suficiente material sobrante después de la formación de una estrella, puede que se formen planetas a su alrededor. Quizá una de esas estrellas tenía un joven Planeta Nueve, y otra de las estrellas del mismo cúmulo era nuestro Sol.
Como sabes, las estrellas no están estacionarias, giran alrededor del centro de la galaxia y, en ese viaje a través del espacio, pueden haber tenido encuentros cercanos con las compañeras de su cúmulo abierto. Durante una de esas aproximaciones, es posible que el Sol pasase lo suficientemente cerca del Planeta Nueve como para capturarlo gracias a su inmenso campo gravitacional. Para que esa captura fuese posible, según las simulaciones, el planeta debería estar a unas 100 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Si el Planeta Nueve existe, y realmente se trata de un exoplaneta, entonces fue un suceso muy afortunado. El movimiento de las estrellas y los planetas puede provocar que algunos de ellos terminen siendo expulsados de su sistema estelar, convirtiéndose en planetas interestelares. Es decir, planetas que no orbitan alrededor de ninguna estrella, si no que lo hacen alrededor del centro de la Vía Láctea.
La probabilidad de que la hipótesis sea cierta es muy baja, no más de un 2% (y quizá sólo un 0,1%) de que realmente pudiese pasar en esto. Es decir, no es imposible, pero la verdad es que parece que lo más plausible sería que el Planeta Nueve se formó en el propio Sistema Solar… En cualquier caso, para poder responder a todas estas preguntas queda la cuestión más esencial. Necesitamos descubrir si existe, o no.
Referencias: IFLScience
Leído.