Desde hace mucho tiempo sospechamos que, en la juventud del Sistema Solar, Marte debió tener un océano y unas condiciones que, quizá, hubieran podido llegar a permitir la aparición de la vida en su superficie, del mismo modo que sucedió aquí en la Tierra, y parece que los asteroides pudieron jugar un papel importantísimo en su aparición…
Agua que se perdió en el espacio
En 2015, los investigadores de la NASA compararon la cantidad de agua en la atmósfera del planeta rojo con la cantidad de agua atrapada en los antiguos meteoritos procedentes de allí. La investigación sugería que el 87 por ciento del agua escapó al espacio. Sin embargo, tenemos muchas evidencias que nos hacen pensar que Marte tuvo que estar repleto de agua en algún momento durante las primeras etapas del Sistema Solar.
Sin ir más lejos, los tres rovers que han aterrizado en su superficie han encontrado diversas evidencias que apuntan a su presencia, desde minerales formados en agua, a cauces de antiguos ríos. Suponiendo que ese océano hubiese existido, se encontraría localizado en la misma región en la que los rovers están en estos momentos, en las llanuras del norte del planeta, que es un terreno de baja altura. Pero, ¿cómo llegó hasta allí el agua?
Una hipótesis sugiere que, hace varios miles de millones de años, la mayor parte de Marte estaba cubierto de hielo (del mismo modo que hoy lo están los polos). Ese hielo probablemente vino de asteroides que lo depositaron en la superficie. Después, llegó un evento que conocemos como el bombardeo intenso tardío (del que algún día hablaré con calma en el blog, lo prometo) durante el que los planetas interiores del Sistema Solar fueron bombardeados por restos de asteroides (algunos de gran tamaño). Sucedió hace entre 3.800 y 4.100 millones de años, y los asteroides podrían haber derretido el hielo de la superficie marciana y haber provocado el nacimiento de un océano que perduró unos 200 millones de años.
Treinta años buscando una respuesta
Esta investigación viene de la mano de Timothy Parker, un investigador en el Laboratorio de Propulsión a chorro de la NASA, que lleva investigando la posibilidad de que hubiese un océano, en el pasado, desde los años 80. En aquel momento, las sondas Viking estaban enviando imágenes de Marte en blanco y negro, que hoy consideraríamos de una resolución muy baja. Aun así, ya en aquel momento, el investigador le contó a Discovery News que podía ver lo que él describiría como «lineas de costa de olas refractadas» en las llanuras del norte de Marte, líneas de costa muy similares a las que podemos ver en la Tierra.
Pero, a medida que comenzamos a recibir imágenes con una resolución mejor, a partir de los 90, Parker se dio cuenta de algo extraño. Los interiores de los supuestos océanos marcianos son más bajos que las líneas de costa. Es lo contrario a lo que observamos en la Tierra, cuando el rebote isostático (el levantamiento del terreno después del derretimiento de grandes icebergs) hizo que los interiores estén más altos que las líneas de costa. ¿Cómo explicar esta discrepancia?
La nueva hipótesis se centra en una región llama Meridiani Planum, el lugar en el que se encuentra el rover Opportunity desde 2003. Los investigadores han visto mucho material asociado con la evaporación, principalmente depósitos de sulfatos (sales). A partir de observaciones en la Tierra, Parker considera que, para tener ese tipo de depósito, es necesario tener un océano poco profundo, de sólo unos metros. Eso provoca una evaporación de agua concentrada en una pequeña región sin mucha profundidad, dejando tras de sí grandes depósitos de sulfato.
Un océano que vino desde el espacio
Parker también cree que Marte no tuvo un océano nativo, estaba demasiado lejos del Sol y su atmósfera, incluso en aquel momento, era muy tenue para tener las condiciones apropiadas. En su lugar, sugiere que Marte fue en algún momento un planeta recubierto de hielo. Los sulfatos llegaron desde los meteoritos que golpearon su superficie y derritieron ese hielo temporalmente, formando un depósito de agua poco profundo. Una vez que el bombardeo intenso tardío llegó a su fin, el océano retrocedió y se congeló. Eso explicaría que las líneas costeras permanezcan deprimidas, porque el hielo no se evaporó rápidamente, de la misma manera que vemos aquí cuando el hielo envejece; en su lugar, se sublimó lentamente hacia la atmósfera de Marte.
Un océano de este tipo también hubiera estado recubierto de restos y hielo. En las líneas costeras, eso debería crear canales que parecerían haber sido formados por un denso flujo de lava (de hecho, esa es una explicación alternativa a los canales que parecen haber sido moldeados por el agua en el planeta rojo).
Parker cree que el rover Opportunity está en el antiguo lecho de un océano porque se ha encontrado con una gran cantidad de cortes poligonales grandes (algo que implicaría que hubo una evaporación masiva). Además, algunas partes del cráter Endeavour (en el que se encuentra en estos momentos) tienen daños, marcas de erosión y otras señales que sugieren que el agua desplazó una gran cantidad de hielo y golpeó las líneas costeras. Aunque su hipótesis no es aceptada por todo el equipo de investigadores.
Otros posibles orígenes
Otra posible explicación para la presencia de un océano líquido podría ser la expulsión gradual de elementos volátiles por medio del vulcanismo, pero aquí entraría en juego factores como el grosor de la atmósfera de Marte y cuánta luz recibía el planeta para calentarlo. El consenso general es que en su juventud el Sol sólo tenía el 70% de la fuerza que tiene hoy en día, por lo que esa posible explicación no parece especialmente viable.
En cualquier caso, la investigación de Parker fue presentada en una conferencia (Planetary Science Conference) en Texas (Estados Unidos) el pasado mes de marzo. Su objetivo es provocar charlas y debates dentro de la comunidad, y comenzar a comparar su trabajo con los resultados de otras misiones como la misión MAVEN de la NASA, que está investigando los misterios de la delgada atmósfera del planeta rojo…
Referencias: Discovery News
Estoy haciendo el maratón de leer artículos de este blog, pues los he estado guardando para su posterior lectura.