El telescopio espacial James Webb ha visto el objeto más pequeño hasta la fecha. Ha sido una observación totalmente casual. Se trata de un pequeño asteroide, con un tamaño de entre cien y doscientos metros. Lo interesante es que ni siquiera se estaban buscando asteroides…

El objeto más pequeño visto por James Webb es un hallazgo accidental

Desde su lanzamiento en diciembre de 2021, el telescopio espacial James Webb ha dado mucho que hablar. Su enorme capacidad de observación le está permitiendo realizar grandes hallazgos a miles de millones de años-luz de la Vía Láctea. La potencia de sus instrumentos está fuera de toda duda. Pero, por si todo esto no fuese suficiente, ahora hay que sumar a la lista el descubrimiento de un asteroide, con un diámetro de entre 100 y 200 metros. Lo más interesante, es que este pequeño objeto fue visto por James Webb cuando no se buscaba nada.

El objeto más pequeño visto por James Webb
Concepto artístico de un cinturón de asteroides alrededor de la estrella Vega. Crédito: NASA/JPL-Caltech

No es ninguna exageración. Fue localizado al repasar los datos del instrumento MIRI, que fueron recogidos durante su etapa de calibración. Nunca se hizo pensando en captar asteroides. Es un hallazgo completamente inesperado para el equipo. Aunque ello no ha impedido que expliquen el origen de estas observaciones. Las mediciones fueron algunas de las primeras realizadas por MIRI, fijándose en el plano de la eclíptica. Es decir, ese plano imaginario en el que orbitan todos los planetas (y muchos otros objetos) alrededor del Sol.

No es sorprendente, tampoco, que sugieran que se detectarán muchos objetos nuevos con la ayuda de este instrumento. El hallazgo fue realizado mientras se observaba el cinturón de asteroides. Cabe recordar que está entre las órbitas de Marte y Júpiter y contiene millones de asteroides, que se formaron a partir de los restos del material del nacimiento del Sistema Solar, hace más de 4500 millones de años. Los objetos localizados allí tienen tamaños que van desde el de Ceres (de unos 1000 kilómetros de ancho) a otros con menos de 10 metros.

El estudio de restos fosilizados

Así que, en esencia, son restos fosilizados de las primeras etapas del Sistema Solar. Por lo que su estudio puede proporcionar información esencial sobre la formación de planetas como la Tierra. Esto es especialmente cierto en el caso de los asteroides más pequeños. Han sido estudiados con menos detalle que otros asteroides más grandes, porque su observación es mucho más complicada. De ahí que el descubrimiento de este pequeño objeto (un asteroide), visto por el telescopio James Webb, sea especialmente prometedor.

Sugiere que, en el futuro, con su ayuda, los astrónomos podrán estudiar asteroides que tengan un tamaño inferior a 800 metros. El hallazgo se produjo cuando James Webb observaba el asteroide 1998 BC1, que fue descubierto en 1998. En realidad, en un principio esta tarea se consideró un fracaso. Por un lado por el brillo del asteroide, y por otro porque la dirección del telescopio James Webb no era completamente correcta. Así que, en su lugar, decidieron que los datos se podrían utilizar para poner a prueba un nuevo método…

Uno que busca determinar la órbita de un objeto y estimar su tamaño. Al realizar el análisis de los datos, se encontraron con este nuevo asteroide. Fueron capaces de estimar su tamaño, así como su ubicación. Es parte del cinturón de asteroides interior. Además, su órbita tiene una inclinación pequeña (en relación a la eclíptica). Los resultados muestran, por tanto, que incluso las observaciones fallidas del telescopio James Webb pueden contener información útil. Aunque el equipo reconoce que hace falta algo de suerte.

Seguirán estudiando el asteroide

El hecho de que el objeto se encuentre en el cinturón de asteroides es llamativo. La gran sensibilidad del telescopio ha permitido que se pueda ver a pesar de encontrarse a más de 100 millones de kilómetros de la Tierra. Ahora, el equipo tiene planeado seguir estudiando el objeto. Buscan delimitar mejor su órbita. Para ello, utilizarán observaciones viendo cómo se mueve en comparación a las estrellas. El foco del hallazgo, en cualquier caso, se está poniendo en las implicaciones. No es tanto el hecho de que sea un hallazgo casual.

Ceres observado por la sonda Dawn en 2015, en color muy aproximado a su tono real. Crédito: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA / Justin Cowart

Lo destacable es que se trata de un hallazgo de un tamaño de asteroide, en el cinturón de asteroides, que hasta ahora no era detectable. Que encima haya sido casual solo le da un toque más espectacular. El equipo está preparando nuevas observaciones del cinturón de asteroides. La esperanza, como quizá se pueda intuir, es realizar nuevas mediciones a la espera de detectar más asteroides que no hayan sido vistos hasta ahora. Al final, el telescopio James Webb está cumpliendo con todas las expectativas, y dejando sorpresas.

Lo más sorprendente es que apenas se ha cumplido un año desde que entrase en funcionamiento. Ahora, en este segundo año, es cuando se espera que la comunidad científica, y todos los investigadores que van a utilizarlo, sean capaces de exprimir al máximo su capacidad de observación. Algo que, en el primer año, no era posible porque solo había referencias a nivel teórico de hasta donde podría llegar su sensibilidad. Así que, como dijo el equipo de James Webb en 2021, veremos qué son capaces de encontrar a partir de este mismo año…

Referencias: Space