El róver Perseverance ha permitido determinar que el cráter Jezero, en la antigüedad, fue un lago. Algo que ya se sospechaba desde antes de su llegada, y que ahora se confirma. El lugar en el que se encuentra el róver más moderno de la NASA es tremendamente atractivo…

El cráter Jezero fue un lago hace unos 3800 millones de años

Desde que el róver Perseverance llegase a Marte, en febrero de este año, las noticias no han dejado de sucederse. Desde el primer momento, el equipo de la misión ha estado explorando el lecho del cráter, que fue un lago en la antigüedad. Perseverance, y el conjunto de la misión Mars 2020, están buscando señales de vida en el pasado de Marte. Así como preparando una recopilación de muestras para traerlas de vuelta a la Tierra. Con los instrumentos incorporados en Perseverance, el equipo se ha dedicado a estudiar el lecho del cráter.

El cráter Jezero fue un lago hace millones de años
Imagen de la roca perforada en la primera recogida de muestras de Perseverance. Crédito: NASA

De momento, se cree que está compuesto por rocas ígneas, probablemente de un flujo de lava volcánica. Desde el equipo, explican que la posibilidad de que fuesen rocas volcánicas resultaba tremendamente atractiva. Al pensar en la misión de recogida de muestras, las rocas volcánicas serían muy útiles para poder obtener una estimación de su edad muy certera. El cráter Jezero, añaden, fue uno de los pocos cráteres antiguos que tuvieron tanto depósitos sedimentarios como depósitos volcánicos. Algo que ayudará a construir la evolución geológica de Marte.

El equipo de Perseverance explica que el lago, y los ríos que desembocaban allí, debieron estar activos hace entre 3600 y 3800 millones de años. La posibilidad de poder datar directamente esas rocas, en laboratorios terrestres, será vital. Por primera vez, permitirán definir mucho mejor el tiempo durante el que Marte pudo llegar a ser habitable. La herramienta de abrasión de Perseverance, que rasca la superficie de una roca para revelar la roca y su textura, está siendo muy útil. Ha permitido entender mejor cómo es el cráter.

La utilidad del róver Perseverance

Han logrado comprender, por ejemplo, que el lecho del cráter parece estar compuesto de minerales ígneos. Así como de una variedad de sales presentes en la roca. Las observaciones sugieren que el agua causó una erosión y alteración del lecho del cráter muy importante. Es decir, las rocas debieron estar sujetas a la presencia de agua durante una cantidad de tiempo considerable. Tras el análisis de las características del lecho, el siguiente paso fue recoger una muestra de esas rocas. Sin embargo, el primer intento fue un fracaso.

El equipo tuvo que dedicar varios días a entender qué había pasado. Al final, resultó que la muestra había sido pulverizada durante el proceso de perforado. Probablemente, la roca había sido tan alterada, y debilitada, por la interacción con el agua, que la vibración y fuerza del taladro de Perseverance destruyeron la posible muestra. Por lo que tuvieron que seleccionar una roca que parecía más resistente a la erosión. Fue en esa ocasión cuando, finalmente, el róver logró extraer las dos primeras muestras de la colección que tiene que recopilar.

De hecho, este es uno de los aspectos más interesantes de toda la misión. Por primera vez, se va a llevar a cabo un vuelo a Marte con el objetivo de regresar a la Tierra. Aunque todavía está en desarrollo, se espera que las muestras que está recogiendo el róver estén de regreso en nuestro planeta a principios de la década de 2030. A partir de ahí, el estudio en laboratorios será muy importante. Permitirá datar el material y analizarlo. Es posible, incluso, que en ese proceso se encuentren las primeras señales de vida en el pasado de Marte.

El cráter Jezero fue un lago… pero no quiere decir que estuviese habitado

El propio equipo de la misión Perseverance ha explicado que sus planes han cambiado con el tiempo. Originalmente, las rocas del lecho del cráter Jezero no se consideraban parte de esa búsqueda de vida. Sin embargo, después de que un análisis detenido demuestre que la interacción con el agua fue prolongada, esa percepción cambia. El entorno podría haber sido habitable para algunos microbios en las primeras etapas de Marte. No es, ni mucho menos, una afirmación, pero no deja de ser interesante pensar que podría ser el caso.

Concepto artístico del cráter Jezero en la antigüedad. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Si se encontrase alguna señal de que pudo haber vida en el pasado, estaríamos ante uno de los hallazgos más importantes de la astronomía moderna. La implicación para la abundancia de vida microbiana, en otros lugares del universo, podría ser enorme. Pero es posible que no se encuentre nada. A fin de cuentas, la presencia de agua puede que no necesariamente indique que estemos ante un lugar habitable. Es la parte negativa de solo conocer, por ahora, un planeta que esté habitado. ¿Es el agua una señal inequívoca de vida? No se puede asegurar.

En el caso de la Tierra es indudable que sí. Nuestros océanos rebosan con vida. El agua es un elemento indispensable para la vida de todo el planeta. Pero no es descabellado suponer que podría haber mundos que contengan agua y que, sin embargo, nunca llegasen a desarrollar vida. Lo importante, en este caso, es que Marte, como contaban los integrantes del equipo de Perseverance, no deja de dar sorpresas. La atención sigue firmemente centrada en el planeta rojo. ¿Será aquí donde descubriremos, por fin, que la Tierra no es el único planeta que ha tenido vida en el Sistema Solar?

Presentación

El equipo de Perseverance realizó una breve presentación con sus hallazgos, sobre el cráter Jezero, el pasado 10 de octubre. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys