El cometa ATLAS está perdiendo brillo en las últimas jornadas. Podría ser una señal de su próxima desintegración, lo que provocaría que nos quedásemos, lógicamente, sin el espectáculo que se preveía para finales de mayo. Pero puede que haya una posibilidad…

El cometa ATLAS pierde brillo

Los astrónomos Quanzhi Ye y Qicheng Zhang, con la ayuda del telescopio 0,6-m Ningbo Education Xinjiang Telescope (NEXT), han observado que el núcleo del cometa ATLAS parece estar en proceso de desintegración. En las últimas jornadas, su evolución se ha detenido por completo. Ha pasado de aumentar su brillo para comenzar a perderlo. Esto trastoca todas las predicciones que se venían haciendo últimamente. La elongación del núcleo de ATLAS es visible en la imagen que han aportado los propios astrónomos.

El cometa ATLAS podría estar desintegrándose
Comparación del cometa ATLAS entre el 2 y el 5 de abril. Crédito: Quanzhi Ye (University of Maryland) y Qicheng Zhang (Caltech)/ Ningbo Education Xinjiang Telescope.

Ese tipo de elongación podría ser una señal de su próxima desintegración. No es una suposición ni mucho menos descabellada, porque ya ha sido observada en ocasiones anteriores. Sin embargo, no quiere decir que el cometa vaya a desintegrarse. Aunque parece una posibilidad mucho más real que hace un par de semanas. Cabe la posibilidad de que el cometa siga adelante y recupere el brillo. Pero ahora mismo parece que su destino es convertirse en otro cometa que pase sin pena ni gloria.

Aunque decepcionante, no deja de ser un buen recordatorio de que los cometas son impredecibles. No es sencillo saber exactamente cómo evolucionarán. Es posible que, simplemente, este sea un episodio inesperado en algo totalmente normal. Lo que sí está claro es que esto, lógicamente, afecta a las predicciones realizadas sobre su brillo. No parece que haya muchos motivos para creer que estemos ante uno de los cometas más brillantes que podríamos ver en nuestra historia. Si sobrevive, será algo discreto.

¿Qué podemos esperar ahora?

Este desarrollo también conlleva una actualización de las previsiones. En algunos casos se plantea que el cometa ATLAS seguiría siendo un objeto visible a simple vista, a lo largo del mes de mayo, pero ya no tan espectacular como antes. De hecho, en algunas estimaciones, ya no nos encontraríamos con un posible cometa que, como se llegó a plantear, podría ser visible incluso durante el día. Su comportamiento sería mucho más modesto, pero tendría un brillo comparable al de Polaris, la estrella polar.

El cometa Hale-Bopp, en abril de 1997. Crédito: E. Kolmhofer, H. Raab; Johannes-Kepler-Observatory, Linz, Austria

Si se cumplen estas previsiones, seguiríamos teniendo un objeto digno de destacar, pero que quedaría muy por detrás de los cometas más espectaculares de las últimas décadas. No sería comparable ni al espectacular cometa McNaught, de 2007, ni a Hale-Bopp, de finales del siglo XX. La realidad, sin embargo, es que es imposible saber qué podría pasar. En estos momentos, es posible que se desintegre mucho antes de acercarse al Sol. Así como que sobreviva y pase desapercibido (su brillo no llegue a aumentar mucho) o que sea visible.

La única forma de saber cómo evolucionará será continuar observándolo. En los últimos días, su tendencia está claramente en descenso. Con cada día que pasa, su brillo baja un poco más. Además, desde hace unas semanas, ha dejado de mostrar ese aumento de brillo tan espectacular, que llevó a elucubrar que podría ser observable incluso a plena luz del día. En los próximos días podría recuperar su brillo y eso llevaría a nuevas predicciones. Lo que no cambiará serán las fechas de observación y las condiciones.

Un cometa favorable para el hemisferio norte

El cometa ATLAS es principalmente favorable para el hemisferio norte. Durante el mes de abril, por ejemplo, es visible durante toda la noche. Esto rompe la tendencia observada en los últimos años, donde los cometas que se produjeron favorecían principalmente al hemisferio sur. Las mejores fechas de observación, por brillo, deberían darse en la semana del 25 al 31 de mayo, cuando se producirá el máximo acercamiento del cometa a nuestra estrella. Eso, claro, suponiendo que no se haya desintegrado antes.

Recorrido del cometa ATLAS en las próximas semanas. Crédito: Tom Ruen/Wikimedia Commons

En estos momentos, el cometa ATLAS es visible en la dirección de la constelación de la Jirafa (Camelopardalis), si bien es necesario disponer de unos prismáticos astronómicos, o un pequeño telescopio, para observarlo. La presencia de la luna llena estos días, además, dificulta su observación todavía más. Su brillo provoca que los objetos más tenues queden ocultos. Si no se desintegra, las condiciones de observación irán mejorando con el paso de los días. Quizá incluso lo suficiente para llegar a ser visible a simple vista.

Pero ahora mismo, la realidad es que el cometa ATLAS se ha convertido en una gran incógnita, pero por un motivo diferente, aunque no sorprendente. El comportamiento impredecible de los cometas hace que este tipo de cambios no sean ni mucho menos extraños. De cuando en cuando se habla de algún cometa que podría ser el siguiente gran espectáculo del año y, sin embargo, poco tiempo después, se desintegra y termina pasando desapercibido. Esperemos que esta vez, el cometa ATLAS sea una excepción…

Referencias: EarthSky, Space