Las estrellas muy masivas, al final de sus vidas, explotan en forma de supernova. Es un fenómeno poco frecuente, muy violento, que provoca que durante un breve lapso de tiempo la estrella brille con más fuerza que toda la galaxia anfitriona. Ahora , el equipo de la red All Sky Automated Survey for Supernova ha anunciado la detección de la supernova más brillante de cuantas hemos medido. Es tan potente que los astrónomos no están muy seguros de qué la ha provocado…

Una estrella de récord

Recreacíon artística de la supernova ASASSN-15lh tal y como sería vista desde un exoplaneta localizado a unos 10.000 años luz de distancia en la galaxia en la que se ha producido. Crédito: Beijing Planetarium / Jin Ma

Recreacíon artística de la supernova ASASSN-15lh tal y como sería vista desde un exoplaneta localizado a unos 10.000 años luz de distancia en la galaxia en la que se ha producido.
Crédito: Beijing Planetarium / Jin Ma

La supernova, que recibe el nombre ASASSN-15L (derivado de All Sky Automated Survey for Supernova, que se abrevia ASAS-SN), está a 3.800 millones de años-luz de distancia. Es unas 200 veces más potente que la mayoría de supernovas detectadas, así como el doble de brillante que la más luminosa que habíamos medido hasta el momento.

Es tan intensa que tiene un brillo 20 veces superior al de todas las estrellas (unos 100.000 millones) de la Vía Láctea juntas, y en los últimos seis meses ha liberado tanta energía como la que liberaría el Sol a lo largo de 10 vidas. Si estuviese en nuestra galaxia, brillaría con mucha más intensidad que la luna llena, hasta el punto de que no tendríamos noche y sería fácilmente visible incluso durante el día. En su pico de intensidad, la supernova llegó a tener una magnitud absoluta de -23,5 (para que te hagas una idea, la magnitud aparente del Sol es de -26,7, y su magnitud absoluta es de 4,83). Sin embargo, por su enorme distancia a nuestra galaxia, su magnitud aparente nunca llegó a superar 16,9 (ahora ya está por debajo de 18) y por tanto sólo es visible con la ayuda de telescopios avanzados.

Imagen de las observaciones de la supernova. Crédito: Wayne Rosing/The Dark Energy Survey, B. Shappee and the ASAS-SN team

Imagen de las observaciones de la supernova.
Crédito: Wayne Rosing/The Dark Energy Survey, B. Shappee y el equipo de ASAS-SN.

Fue descubierta el 14 de junio del año pasado, mientras Krzysztof Stanek (uno de los principales investigadores de la red ASAS-SN) revisaba las imágenes del telescopio. Al observarla, avisó al resto del equipo y, pidieron ayuda a una red de astrónomos aficionados para que les ayudasen a confirmar su presencia. Recibieron imágenes esa misma noche que sirvieron para corroborar que, como sospechaba el equipo, se trataba de una supernova superluminosa (es el nombre que reciben las supernovas que son mucho más brillantes que las que se suelen observar normalmente) poco frecuente.

¿Por qué pidieron ayuda a la red de aficionados? Los telescopios de ASAS-SN son de 14 centímetros. Es decir, demasiado pequeños para poder apreciar los detalles necesarios. Eso sumado al mal tiempo, y a problemas con los instrumentos, hizo que la investigación se retrasase durante 10 días. Finalmente, el Gran Telescopio Sudafricano (sí, se llama así) les proporcionó los detalles químicos de la estrella en el momento de su explosión, con los que pudieron calcular su distancia y confirmar que es la explosión más brillante que hemos registrado hasta el momento.

Una galaxia atípica

Imagen de la galaxia en la que se encuentra la supernova. Crédito: Dark Energy Survey

Imagen de la galaxia en la que se encuentra la supernova.
Crédito: Dark Energy Survey

Pero lo más sorprendente no es sólo la intensidad de la explosión, también lo es que ASSASSN-15lh se encuentra en una galaxia vieja, mucho más grande y brillante que la Vía Láctea, que recibe el críptico nombre de APMUKS(BJ) B215839.70−615403.9. Normalmente, las supernovas superluminosas se producen en galaxias pequeñas, tenues y muy jóvenes, ya que suelen ser lugar de nacimiento de nuevas estrellas a un ritmo muy elevado.

Esas estrellas suelen ser muy masivas, formadas en el interior de nebulosas y con una vida más bien breve (en términos cósmicos). ASSASSN-15lh, sin embargo, ha sucedido en una galaxia que, comparativamente, se podría decir que es de lo más tranquilo que podemos encontrar, y su explosión ha sido tan potente que ha alcanzado la temperatura más elevada que hayamos observado hasta el momento.

Qué tipo de estrella lo ha causado

Concepto artístico de un magnetar en el cúmulo estelar Westerlund 1, en el que también se encuentra la estrella Westerlund 1-26. Crédito: ESO/L. Calçada

Concepto artístico de un magnetar en el cúmulo estelar Westerlund 1, en el que también se encuentra la estrella Westerlund 1-26.
Crédito: ESO/L. Calçada

Pero, ¿qué ha provocado que una estrella explote con tanta violencia como para convertirse en la supernova más brillante observada hasta la fecha? Es difícil de responder. Los astrónomos no están demasiado seguros. Quizá sea un tipo de estrella gigante que sea una reliquia de un universo más joven (en una especie de paralelismo entre encontrar al elefante más grande jamás observado y la posibilidad de que, en realidad, sea un mamut de épocas pasadas).

Podría tratarse de un magnetar. Es un tipo de estrella de neutrones con un intenso campo magnético, pero la supernova es más potente de lo que pueden llegar a serlo los magnetares, por lo que parece una opción poco probable. Por otro lado, también podría tratarse de los restos de una estrella que está siendo destrozada por un agujero negro supermasivo, aunque parece poco probable porque la explosión no tiene el hidrógeno ni helio que nos indicarían la presencia de un agujero negro.

Esta imagen muestra el efecto de la lente gravitacional. La galaxia roja (en el centro) distorsiona la luz de una galaxia azul muchísimo más distante. Crédito: ESA/Hubble & NASA

Esta imagen muestra el efecto de la lente gravitacional. La galaxia roja (en el centro) distorsiona la luz de una galaxia azul muchísimo más distante.
Crédito: ESA/Hubble & NASA

Podría ser una supernova normal y corriente de la que estamos viendo su brillo aumentado por el efecto de lente gravitacional. Es un efecto de la gravedad que, a grandes rasgos, puede resumirse en que si hay un objeto celeste muy masivo (como puede ser un cúmulo de galaxias) entre nosotros y lo que estamos observando, su luz se ve alterada por la curvatura del espacio y su brillo se aumenta. De hecho, este efecto es el que, no hace mucho tiempo, nos permitió detectar la galaxia más tenue observada hasta el momento: Tayna. El problema es que, en este caso, la distancia a la que se encuentra la supernova no parece la suficiente como para tener en cuenta este efecto.

En definitiva, por ahora toca esperar para que los astrónomos sigan recopilando datos. Ahora mismo, la supernova se encuentra detrás del Sol, así que por ahora no habrá nuevos estudios, pero sí hay muchos datos recopilados hasta la fecha. Además, en febrero, el equipo podrá utilizar el telescopio Hubble para observar la galaxia en más detalle, aprovechando que la supernova habrá perdido parte del brillo que todavía conserva.

Referencias: New Scientist