Un grupo de investigadores ha anunciado el descubrimiento de una nueva lluvia de estrellas. El responsable es un cometa que fue noticia hace solo unos años, porque llegó a ser visible a simple vista (si bien con ciertas dificultades). No se espera que vaya a ser una lluvia espectacular, pero…

Una nueva lluvia de estrellas provocada por el cometa Wirtanen

Las lluvias de estrellas son uno de los fenómenos estelares más espectaculares que podemos observar. Las Perseidas y las Gemínidas, cada año, son las más activas, dejándonos más de un centenar de meteoros por hora (en condiciones ideales). Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con una lluvia de estrellas mucho más activa. Las Leónidas, a lo largo del tiempo, nos han dejado episodios con un nivel de actividad muy superior al habitual. Tanto es así que, en episodios así, se la podría catalogar como una tormenta de estrellas fugaces.

Descubren una nueva lluvia de estrellas
El cometa Wirtanen, observado en su perihelio el 12 de diciembre de 2018. Crédito: Stub Mandrel/Wikimedia Commons

Por desgracia, mientras hay unas 20 lluvias de estrellas cada año, las tormentas de meteoros son mucho más raras. Por ello, el anuncio del descubrimiento de una nueva lluvia de estrellas es una noticia intrigante. No quiere decir que nos vayamos a encontrar con una tormenta de meteoros, pero el simple hecho de que se produzca una lluvia de estrellas abre la puerta a que, en ocasiones, pueda ser mucho más intensa. A esa lista hay que sumarle el anuncio de que el cometa 46P/Wirtanen es responsable de una nueva lluvia de estrellas a finales de años.

El pico de actividad se espera el 12 de diciembre. En 2023, en esa noche, se observaron 23 meteoros que encajaban con la ubicación de la trayectoria del cometa. Tanto cometas como asteroides dejan tras de sí un rastro de restos. Si la órbita de un cometa cruza con la de la Tierra, entonces esas partículas (que generalmente no son mayores que un grano de arena), chocan con la atmósfera de nuestro planeta. La desintegración de esos granos de polvo es lo que, desde la Tierra, vemos como espectaculares estrellas fugaces.

Un proceso que se repite cada año

Como las órbitas de la Tierra y los cometas son relativamente fijas, cada año se repite este proceso. Por eso (y porque la cantidad de material es grande), cada año vemos las mismas lluvias de estrellas. En el caso de 46P/Wirtanen, todo parece apuntar a que nos encontramos ante una nueva lluvia de estrellas anual. Es un cometa que tarda 5,4 años en completar una órbita alrededor del Sol y estuvo a punto de ser el objetivo de la misión Rosetta (que finalmente visitó otro cometa, 67P/Churyumov-Gerasimenko). Es parte de la familia de cometas de Júpiter.

El nombre se debe al hecho de que el punto más lejano de sus órbitas (el afelio) está a entre 5 y 6 UAs (unidades astronómicas, 1 UA es la distancia media entre el Sol y la Tierra, 149,5 millones de kilómetros). Por las observaciones, se calcula que el cometa tiene un diámetro de 1,4 km. En los cometas hay una gran cantidad de hielo, por ello, las zonas activas aparecen en su superficie cuando el hielo se sublima y se convierte en gas. Las observaciones realizadas con el telescopio TRAPPIST muestran que el 40% de la superficie de 46P/Wirtanen es activa.

Es bastante más alta que el 5-10% habitual en los cometas de la familia de Júpiter. En un estudio reciente, se han detectado partículas de polvo de varios milímetros de tamaño. Son grandes noticias, porque deberían ser visibles al entrar en la atmósfera de la Tierra. La órbita de 46P/Wirtanen tiene una distancia mínima de intersección (MOID) con la Tierra de 0,071 UAs. La MOID entre dos objetos (que orbitan a un punto común, como el Sol) es la distancia mínima entre los dos puntos más cercanos de sus respectivas órbitas.

Todos los ingredientes para vivir una nueva lluvia de estrellas

Esa MOID tan baja, y las partículas de milímetros de tamaño implican que hay una gran probabilidad de que se convierta en la fuente de una lluvia de estrellas. Por otro lado, en observaciones anteriores, no se había observado que hubiese pico alguno en los años 2017 y 2019. En las predicciones de ambos años, parece que la baja velocidad de partículas, junto con el hecho de que la radiante (el punto en el que parece originarse la lluvia de estrellas, en el firmamento) estaba bajo el horizonte, indicarían que su visibilidad era muy limitada.

Una estrella fugaz. Crédito: Neale LaSalle/Pexels

La radiante de esta nueva lluvia de estrellas está en la dirección de la constelación de Sculptor. La lluvia de estrellas ha recibido el nombre de Lambda Sculptorids. La predicción para la lluvia de estrellas de 2023 era muy atractiva. Planteaba que el planeta atravesaría los restos de un episodio particularmente intenso de 1974. Por lo que debería haber un buen puñado de estrellas fugaces, el 12 de diciembre, entre las 12:08 y las 20:06. Otro episodio tendría lugar entre las 17:05 y las 06:26 en la jornada del 13 de diciembre.

Los investigadores, que han publicado este estudio, recogen que se produjo la actividad de estrellas fugaces que se esperaba. La actividad encajó con lo predicho y se detectaron 23 meteoros de la nueva lluvia de estrellas, en la noche del 12 de diciembre. Ahora, el equipo está trabajando con los modelos para ver qué podríamos esperar observar este año. Además, servirá para decidir si las Lambda Sculptorids deberían ser incluidas en la lista anual de lluvias de estrellas que tienen lugar cada año. Habrá que prestar atención en diciembre…

Estudio

El estudio es D. Vida, J. Scott, A. Egal et al.; «Observations of the new meteor shower from comet 46P/Wirtanen». Publicado en la revista Astronomy & Astrophysics el 23 de febrero de 2024. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today