Recientemente, se han detectado 15 ráfagas rápidas de radio (o FRBs, por su nombre en inglés) procedentes de una galaxia distante. De momento, seguimos sin saber cuál es su naturaleza, pero manejamos algunas hipótesis…

Las ráfagas rápidas de radio (o FRBs)

Detectan 15 ráfagas rápidas de radio

Un concepto artístico que muestra una ráfaga rápida de radio pasando a través del radiotelescopio de Arecibo.
Crédito: Danielle Futselaar

Las ráfagas rápidas de radio (FRBs por su nombre en inglés), son breves pulsos, brillantes, de emisiones de radio. Proceden de fuentes distantes, y en su mayor parte desconocidas. Pero FRB 121102 es una excepción. Es la única fuente que hemos descubierto que sí repite estas ráfagas. Hemos medidos más de 150 ráfagas procedentes desde allí. Entre ellas, se incluyen estas 15 ráfagas rápidas de radio. La fuente, identificada en 2016, sería una galaxia enana, a unos 3.000 millones de años-luz de la Tierra.

Las emisiones han sido detectadas con Breakthrough Listen, una iniciativa para detectar señales de vida inteligente en el universo. Lo interesante de todo esto es que, por su naturaleza, se han considerado todas las posibles explicaciones. Desde que sean emisiones de magnetares (estrellas de neutrones con campos magnéticos extremadamente potentes) a opciones más exóticas. Incluyendo la posibilidad de que sea una señal de una civilización extraterrestre.

Y es que, aunque suene fantástico, podría tratarse de haces de energía concentrada. Algo muy similar a lo que se plantea con Breakthrough Starshot, el ambicioso proyecto para enviar sondas microscópicas a Alfa Centauri. El mecanismo es sencillo, consiste en utilizar pulsos láser para impulsar esas diminutas naves hasta la estrella más cercana, Próxima Centauri. Por lo que eso es lo que podríamos estar detectando.

Desentrañando el mecanismo de las 15 ráfagas rápidas de radio

Concepto artístico de una vela solar impulsada por un haz de radio generado en la superficie de un planeta.
Crédito: M. Weiss/CfA.

Pero estas 15 ráfagas rápidas de radio, por ahora, solo sirven para sumarse a la incógnita de su origen. La particularidad es que han sido emitidas en una frecuencia más alta de lo observado hasta ahora. Astrónomos de todo el mundo están intentando entender cuál es el mecanismo que puede generar estas emisiones. La atención se ha centrado, con multitud de radiotelescopios, en FRB 121102 desde el 28 de agosto.

Los datos de Breakthrough Listen son de alta resolución. No sólo permiten confirmar que FRB 121102 está activa de nuevo, y emitiendo señales. También permite realizar mediciones sobre las propiedades de estas ráfagas rápidas, y con una precisión que hasta ahora no era posible. La primera detección de una ráfaga rápida de radio se produjo con el Telescopio Parkes, en Australia, el 2 de noviembre de 2012. De ahí el nombre de FRB 121102 (la fecha está en formato año, mes, día).

En 2015, se convirtió en la primera fuente de ráfagas rápidas de radio que repetía sus emisiones. Eso nos permitió descartar que su origen pudiese ser algún evento catastrófico que implicase la destrucción de la fuente emisora. Al menos en este caso particular. Porque lo cierto es que, como decía, solo podemos especular cuál es el mecanismo que provoca la emisión de ráfagas rápidas de radio. Podrían ser diferentes mecanismos en diferentes lugares.

FRB 121102 es un objeto de estudio

Esta ilustración es la que utiliza Breakthrough Initiatives para su iniciativa Breakthrough Listen.
Crédito: Breakthrough Initiatives

En el caso de FRB 121102, es evidente que la fuente no puede ser un fenómeno catastrófico. Pero sin importar cuál sea su procedencia, hay que tener en mente que, cuando salieron de su galaxia, el Sistema Solar tenía poco más de 1.500 millones de años. La vida en la Tierra, en aquellos momentos, consistía únicamente de organismos unicelulares. Todavía pasarían mil millones de años hasta que las formas de vida multicelulares comenzasen a evolucionar.

Como parte del programa de Breakthrough Listen, que observa estrellas cercanas y galaxias en busca de firmas de posible tecnología extraterrestre, FRB 121102 ha sido añadida a la lista de objetos de estudio. Las observaciones de la zona comenzaron en la mañana del sábado 26 de agosto, utilizando la herramienta Breakthrough Listen instalada en el Green Bank Telescope, en Virginia Occidental (Estados Unidos).

En solo cinco horas, el instrumento acumuló 400 terabytes de información. Analizó toda la frecuencia de bandas de 4 a 8 GHz. Con los datos ya disponibles, se inició el análisis en busca de señales de pulsos breves que procediesen de allí. En ellas se buscan ciertas características, que delatan la presencia de gas en el espacio entre la Tierra y la fuente emisora. La forma de la dispersión de la señal, en el pulso emitido, nos permite calcular la cantidad de material entre ambos lugares y, por tanto, también la distancia que nos separa de la galaxia anfitriona.

Ráfagas rápidas de radio más potentes

Imagen del observatorio Parkes.
Crédito: Ian Sutton/wikimedia

El análisis de Breakthrough Listen reveló la existencia de 15 ráfagas rápidas de radio procedentes de FRB 121102. Además, no es una observación más. Tiene algo de especial. Es la primera vez que vemos que las ráfagas rápidas de radio pueden emitirse en frecuencias más altas de lo observado hasta el momento. En este caso, de las 15 ráfagas rápidas de radio, algunas de las más brillantes estaban en la frecuencia de 7 GHz.

Es algo posible gracias a la potencia del receptor utilizado en Breakthrough Listen. Tienen la capacidad de analizar un ancho de banda de varios gigahercios a la vez. Capta miles de millones de canales individuales, y permite analizar el espectro de la frecuencia de las ráfagas rápidas de radio en mayor detalle. Con estas observaciones (y las que se hagan en el futuro), deberíamos obtener algunas pistas sobre cuál es el mecanismo que produce este tipo de emisiones.

Parece poco probable que estas ráfagas sean la firma de una tecnología extraterrestre. Pero resulta intrigante pensar en esa posibilidad, más que nada por la enorme distancia en el tiempo de la que hablamos. Una señal que fue emitida hace 3.000 millones de años… Si finalmente (y lo más probable), el origen de las ráfagas rápidas de radio es alguna fuente natural, también será un gran descubrimiento. Será un paso más en el largo camino para comprender el universo que nos rodea.

Referencias: Phys.org