Un grupo de investigadores ha descubierto, con el telescopio TESS y otros observatorios, un intrigante exoplaneta que está entre los tamaños de la Tierra y Venus. Está a 40 años-luz del Sistema Solar y, por diferentes motivos, parece un mundo ideal para realizar nuevos estudios con el telescopio James Webb.

Un exoplaneta a caballo entre la Tierra y Venus

El telescopio TESS (sucesor del telescopio Kepler) observa una gran región del firmamento durante un mes, monitorizando posibles cambios en el brillo de decenas de miles de estrellas, en intervalos de 20 segundos a 30 minutos. Uno de los objetivos principales de la misión es capturar tránsitos. Es decir, pequeñas caídas regulares en el brillo de las estrellas, provocadas por el paso de mundos a su alrededor. Así, los investigadores explican que han descubierto el exoplaneta más cercano, que transite por delante de su estrella, templado y con un tamaño similar al de la Tierra hasta la fecha.

Gliese 12 b es un exoplaneta cuyo tamaño está entre el de la Tierra y Venus. Crédito: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (Caltech-IPAC)

El planeta en cuestión orbita en torno a la estrella Gliese 12. Se trata de una enana roja, a 40 años-luz del Sistema Solar, en la dirección de la constelación de Piscis. La estrella tiene solo el 27% del tamaño del Sol y un 60% de su temperatura en superficie. El nuevo exoplaneta se llama Gliese 12 b y tarda 12,8 días en completar una órbita alrededor de su estrella. El tamaño del exoplaneta es como el de la Tierra o entre el suyo y el de Venus. Suponiendo que no tuviese atmósfera, la temperatura en su superficie se calcula que estaría en torno a los 42 grados Celsius.

Los investigadores han explicado que el pequeño tamaño y masa de las enanas rojas hace que sean ideales para buscar planetas del tamaño de la Tierra. Una estrella más pequeña sufre un oscurecimiento más grande cuando se produce un tránsito. Una masa más baja, además, implica que un planeta en su órbita puede producir un bamboleo mucho más grande. Esto hace que los planetas pequeños sean más fáciles de detectar. Ese brillo más bajo de las enanas rojas, también, implica que su zona habitable esté más cerca.

Gliese 12 b puede ser un gran caso de estudio

La zona habitable es la distancia, a una estrella, en la que podríamos encontrar agua líquida en la superficie de un planeta. Esa cercanía al astro hace que sea más fácil detectar el tránsito de planetas en la zona habitable de enanas rojas, frente a otras estrellas más masivas y brillantes. La distancia que separa a Gliese 12 de su exoplaneta es tan solo el 7% de la distancia que separa a la Tierra del Sol (que es de 150 millones de kilómetros). El planeta recibe un 160% más energía de su estrella que la Tierra del Sol, y alrededor del 85% de lo que recibe Venus.

Gliese 12 b es uno de los mejores objetivos para estudiar, según explican los investigadores, si los planetas terrestres en torno a estrellas más frías pueden retener sus atmósferas. Un paso clave para tener una mejor comprensión de la habitabilidad de los planetas de la Vía Láctea. Por ello, sugieren que se estudie Gliese 12 b con más detalle, porque podría ayudar a entender algunos aspectos de la evolución del Sistema Solar. Se cree, explican, que la Tierra y Venus perdieron sus primeras atmósferas y que las regeneraron posteriormente.

Ambos planetas generaron una nueva atmósfera por medio de la actividad volcánica y por el bombardeo del material sobrante del Sistema Solar. Los investigadores añaden que la Tierra es habitable, pero Venus no, debido a que perdió su agua. Gliese 12 b es un exoplaneta entre la Tierra y Venus en cuanto a temperatura. Por lo que su atmósfera podría permitir entender mejor el camino que sigue un planeta, en términos de habitabilidad, a medida que transcurre el tiempo. Un aspecto importante, para retener la atmósfera, es la actividad de su estrella…

Un exoplaneta entre la Tierra y Venus pero en torno a una enana roja

Las enanas rojas tienden a ser magnéticamente activas. Esto provoca que emitan multitud de llamaradas de rayos X muy potentes y frecuentes. Sin embargo, un análisis de Gliese 12 muestra que no hay señales de comportamiento extremo. Durante un tránsito, la luz de la estrella pasa por cualquier atmósfera que pueda tener el planeta en cuestión. Las diferentes moléculas de gas absorben diferentes colores, por lo que el tránsito proporciona un conjunto de huellas químicas que se puede detectar por medio de telescopios como James Webb.

Venus, en color real, fotografiado por la sonda Mariner 10. Crédito: NASA

Los investigadores explican que solo se conoce un puñado de exoplanetas que sean parecidos a la Tierra y que estén lo suficientemente cerca y reúnan ciertas condiciones para estudiarlos con espectroscopia de transmisión (con las instalaciones actuales). Para entender mejor la variedad de atmósferas y los diferentes resultados para esos planetas, los investigadores necesitan descubrir más mundos como Gliese 12 b. Por ello, el trabajo de telescopios como TESS, en los próximos años, resultará importantísimo en la comprensión de exoplanetas como el nuestro.

El estudio de exoplanetas rocosos es complejo por lo mencionado anteriormente. No es fácil encontrar mundos similares a la Tierra, en la zona habitable de sus estrellas y que, además, puedan estudiarse en profundidad con las herramientas actuales. Esto, naturalmente, mejorará con el paso de los años y la llegada de nuevos instrumentos. El telescopio PLATO, por ejemplo, permitirá descubrir muchos más exoplanetas. Así, cada vez será más fácil entender qué hizo que la Tierra se convirtiese en un planeta habitable y Venus, sin embargo, siguiese un camino tan diferente…

Estudios

Los estudios son:

M. Kuzuhara, A. Fukui, J. Livingston et al.; «Gliese 12 b: A Temperate Earth-sized Planet at 12 pc Ideal for Atmospheric Transmission Spectroscopy». Publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters el 23 de mayo de 2024. Puede consultarse en este enlace.

S. Dholakia, L. Palethorpe, A. Venner et al.; «Gliese 12 b, a temperate Earth-sized planet at 12 parsecs discovered with TESS and CHEOPS«. Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 23 de mayo de 2024. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: NASA