En un fenómeno conocido como «la vaca», un grupo de astrónomos cree haber observado el nacimiento de un agujero negro. Pero, ¿cómo es posible saberlo? Y, sobre todo, ¿qué quiere decir este descubrimiento en el futuro?
The Cow: el nacimiento de un agujero negro
El fenómeno ha sido bautizado como The Cow (la vaca) por las tres últimas letras de su nombre formal, que es AT2018cow. En junio de 2018, un grupo de astrónomos observó un breve y brillante destello. Según un nuevo estudio, todo apunta a que fue el nacimiento de un agujero negro o, quizá, una estrella de neutrones. Al menos, esa es la conclusión a la que han llegado e función de las emisiones de rayos X y ultravioleta del objeto.
Parece que la emisión se debió a un agujero negro devorando una enana blanca. Las enanas blancas, como quizá sepan, son un cádaver estelar. Es el nucleo de una vieja estrella, de un tamaño similar al del Sol o inferior. Las estrellas más masivas explotan en forma de supernova. Tras de sí, dejan objetos más densos que una enana blanca, como pueden ser estrellas de neutrones o, por supuesto, agujeros negros.
Sin embargo, la observación en otras longitudes de onda permitió a los investigadores comprender que no habían acertado del todo. La vaca era un fenómeno diferente. Estaban presenciando la formación de un agujero negro o, quizá una estrella de neutrones. La teoría sobre cómo se forman (tanto agujeros negros como estrella de neutrones) es bien conocida. Pero, hasta ahora, nunca se había capturado el momento exacto en que se forman.
Un evento breve en una galaxia relativamente cercana
El evento de la vaca fue relativamente cercano. Tuvo lugar a 200 millones de años-luz de la Tierra, en la dirección de la constelación de Hércules. El fenómeno fue descubierto gracias al telescopio ATLAS, que se encuentra en Hawái. La vaca es un fenómeno muy intrigante en todos los aspectos. Por un lado, fue extremadamente brillante. Entre 10 y 100 veces más brillante que las supernovas que podemos observar habitualmente.
También fue muy breve. Apenas tardó un par de semanas en desaparecer. Tan solo tardó unos días en pasar de ser un punto inactivo a alcanzar su brillo máximo. Se trataba de un fenómeno muy poco habitual y, por la distancia, bastante cercano. Por eso, no sorprende que rápidamente se utilizasen diferentes telescopios para analizar la desconcertante fuente de luz. La analizaron en multitud de longitudes de onda, como rayos X, ondas de radio, el espectro óptico…
Además, los investigadores también intentaron determinar la forma y composición química de la vaca. Para ello, usaron los instrumentos instalados en los telescopios de Hawái. Así, se observó la presencia de hidrógeno y helio. Ambos eliminan la posibilidad de que se tratase de una colisión (y posterior fusión) de agujeros negros o estrellas de neutrones. La luz probablemente fue provocada por la formación de un objeto nuevo. Seguramente estaba absorbiendo material del objeto del que se originó.
Un descubrimiento que se hizo esperar
Los investigadores necesitaron varias meses para entender qué estaban viendo. Estaban asistiendo al nacimiento de un agujero negro. Después de considerar diferentes posibilidades, esta era la única que encajaba con lo observado. Otros grupos de investigadores también han presentado sus propios hallazgos sobre la vaca. Lo llamativo es que no todos están de acuerdo en que se esté presenciando el nacimiento de un agujero negro.
Algunos investigadores optan por la posibilidad de que sea un agujero negro devorando una enana blanca. Es decir, sigue quedando cierta incertidumbre en cuanto a qué es exactamente lo que ha provocado este fenómeno. Lo único que está claro es que el fenómeno pone a prueba a todos los modelos que se usan para analizarlo. Otros investigadores también optan por la posibilidad de que fuese una supernova que dio paso a un agujero negro o una estrella de neutrones.
Algo que se apoya en la observación del fenómeno. Porque los investigadores deducen que tuvo que ser muy energético. La explosión debió suceder muy rápidamente e interaccionó con una región de material extremadamente densa, que estaría cerca de la explosión del objeto que la originó. Habrá que prestar atención a las próximas semanas y meses. Porque parece claro que esta no será la última vez que oigamos hablar del fenómeno…
El estudio es R. Margutti, B. Metzger, R. Chornock et al.; «An embedded X-ray source shines through the aspherical AT2018cow: revealing the inner workings of the most luminous fast-evolving optical transients». Fue publicado el 25 de octubre y puede ser consultado en arXiv.
Referencias: Space
Leído, tío!