MoonLITE es un interesante concepto que permitiría estudiar, por medio de la interferometría, el firmamento con una nitidez sin precedentes. Se trata de una opción que, gracias al programa comercial de NASA ahora, podría convertirse en realidad. Aunque por ahora solo se ha publicado un estudio…

MoonLITE: Un interferómetro para estudiar el firmamento desde la Luna

La interferometría óptica ha sido, desde hace mucho tiempo, un método muy útil. Consiste en usar varios telescopios que, conectados entre sí, actúan como un único telescopio más grande. Esto permite conseguir datos más precisos que lo que cada uno de esos telescopios, más pequeños, podrían obtener individualmente. Sin embargo, la atmósfera de la Tierra hace que obtener datos desde nuestro planeta sea más complicado. Desde la Luna no nos encontraríamos con esa complicación. Así que, ¿y si se pudiese hacer desde allí?

MoonLITE: Estudiar el firmamento desde la Luna
Un telescopio ante un cielo estrellado. Crédito: Lucas Pezeta/Pexels

Eso es lo que se explora en un nuevo estudio. Un grupo de investigadores plantea MoonLITE como parte del programa de NASA Astrophysics Pioneers. Además, llega poco después de que, este mismo grupo, sugiriese la idea del BFT (Big Fringe Telescope), un interferómetro de 2,2 kilómetros, que se construiría en la Tierra con la intención de observar las estrellas más brillantes. MoonLITE, por ahora, es simplemente un proyecto. Aunque uno ambicioso, que debería ser instalado en la superficie lunar. De esta manera, se evitaría el gran obstáculo de la interferometría óptica en la superficie de la Tierra.

La atmósfera es un gran obstáculo para poder obtener datos de muy alta resolución. Por lo que, en la Luna, la situación es mucho más amable. Por ponerlo en perspectiva, con telescopios de apenas cinco centímetros de apertura, tendrían una sensibilidad mil veces superior a un telescopio terrestre con ocho metros de apertura. Algo que se explica por poder observar durante muchos minutos a un objeto, en lugar de solo un instante, como en la Tierra. Por lo que la cantidad de luz que pueden recoger es muy superior a la de telescopios más grandes.

Los objetivos de MoonLITE

La propuesta de MoonLITE busca conseguir varios objetivos. Se utilizaría para estudiar el radio de estrellas de poca masa (enanas de tipo M) y enanas marrones, objetos estelares jóvenes y núcleos galácticos activos. En el caso de las enanas de tipo M y las enanas marrones, esperan obtener datos sobre tamaños y temperaturas. Algo que resulta difícil con las observaciones terrestres. En el caso de objetos estelares jóvenes, los investigadores esperan tener una mejor comprensión de la formación y evolución de exoplanetas habitables en sus discos.

Ya que se trata de estrellas que están a punto de entrar en secuencia principal y tienen a su alrededor discos protoplanetarios. MoonLITE sería capaz de analizar las regiones internas de estas estrellas y sus tamaños. En el caso de los núcleos galácticos activos, esperan poder comprender mejor los agujeros negros supermasivos. Específicamente, los chorros de material que expulsan de su entorno. MoonLITE sería capaz de observar estos objetos, por primera vez, en el espectro visible. Según explican, estas son solo algunas posibilidades de su proyecto.

Lo más interesante es que se podría llevar a la superficie de la Luna por medio del programa de Servicios comerciales de carga útil lunar (CLPS, por sus siglas en inglés) de NASA. Este programa permite enviar carga útil técnica y científica a la Luna para probar tecnologías que puedan ayudar tanto a misiones tripuladas (del programa Artemisa) como a misiones científicas para profundizar en el conocimiento del universo. MoonLITE entra en esta definición. Además, el equipo explica que no hay un lugar específico en el que instalar MoonLITE.

Podríamos verlo en acción en el futuro

Algo muy atractivo del trabajo de estos investigadores es que sus proyectos no son particularmente caros. En el caso del Big Fringe Telescope, estaría compuesto por 16 telescopios de medio metro de diámetro. Su coste se calcula en 28,49 millones de dólares, una cifra muy alejada de los cientos de millones de dólares que costó el Telescopio Muy Grande. En el caso de MoonLITE, la cifra es algo más baja, en torno a 15 millones. MoonLITE, de momento, no ha sido seleccionado por NASA para un posible lanzamiento en el futuro. Si llega, seguramente haya que esperar.

El Telescopio Muy Grande, en el observatorio de Paranal. Crédito: ESO/G.Hüdepohl (atacamaphoto.com)

Podrían pasar años (o incluso décadas) antes de que aterrice en la Luna. En 2023, su petición fue rechazada, aunque se les animó a trabajar en su concepto, resolviendo algunas dudas. Por ello, van a realizar pruebas con una réplica terrestre, corregir algunos de los problemas destacados y, de nuevo, enviar una solicitud en 2025. MoonLITE es solo un ejemplo de lo mucho que ha avanzado la tecnología desde que terminase el programa Apolo. Ahora, la posibilidad de estudiar el firmamento desde la superficie lunar es algo que está al alcance de nuestras manos.

Si finalmente se convierte en realidad, permitirá entender mejor las particularidades de estrellas de poca masa, enanas marrones, objetos estelares jóvenes, núcleos galácticos… y todo lo que se pueda sugerir por parte de la comunidad. Por ahora, sin embargo, tocará esperar para ver si la NASA decide aceptar esta propuesta. Cada año, la agencia recibe una gran cantidad de solicitudes, desde proyectos pequeños a misiones de cientos de millones de dólares de coste. Solo un pequeño puñado llegan a recibir la luz verde para su lanzamiento.

Estudio

El estudio es G. van Belle, D. Ciardi, D. Hillsberry et al.; «MoonLITE: a CLPS-delivered NASA Astrophysics Pioneers lunar optical interferometer for sensitive, milliarcsecond observing». Está disponible para su consulta en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today