Próxima Centauri es una estrella tremendamente violenta, que emite megallamaradas de cuando en cuando. Durante una campaña de observación, un grupo de investigadores ha observado una de estas megallamaradas, tan potente, que hubiese hecho que el planeta fuese inhabitable…

Las megallamaradas de Próxima Centauri son tremendamente violentas

Desde que se descubriese en 2016, Próxima b ha sido un exoplaneta extremadamente interesante. Su cercanía, a solo 4,24 años-luz del Sistema Solar, lo convierte en un objetivo de estudio ideal. Es un exoplaneta rocoso en la zona habitable de una enana roja. Entre las que se encuentran en secuencia principal, es decir, en la fase de convertir en helio el hidrógeno que acumularon durante su formación, son las estrellas más abundantes. Aproximadamente el 75% de las estrellas en secuencia principal son enanas rojas. Por lo que el interés es evidente.

Las hostiles megallamaradas de Próxima Centauri
Concepto artístico de Próxima b sufriendo una megallamarada de Próxima Centauri. Crédito: S. Dagnello, NRAO/AUI/NSF

Poder entender cómo se comportan las enanas rojas, y qué condiciones ofrecen en su entorno es una cuestión clave. En el caso de Próxima Centauri, el panorama no es el más atractivo. A falta de misiones como Breakthrough Starshot, la única forma de estudiar el sistema es desde la Tierra, e intentar entender si el planeta pudiera tener las condiciones necesarias para albergar vida. Con ese objetivo en mente, un grupo de investigadores ha llevado a cabo una campaña de observación, durante nueve meses, con telescopios terrestres y espaciales.

En este tiempo, han observado una megallamarada de Próxima Centauri que habría convertido a Próxima b en un lugar inhabitable. Las enanas rojas son estrellas de poca masa y con un brillo bajo. Son, también, estrellas variables y más bien inestables en comparación a otros tipos de astros en secuencia principal. En particular, las enanas rojas son conocidas por ser muy proclives a emitir llamaradas. Suceden cuando el campo magnético de la estrella cambia, acelerando los electrones a velocidades cercanas a la de la luz.

El mecanismo de las llamaradas

Cuando esos electrones interactúan con el plasma de la estrella, se provoca una erupción que produce emisiones en todo el espectro electromagnético. Para determinar la frecuencia de las llamaradas de Próxima Centauri, los investigadores observaron la estrella durante 40 horas, a lo largo de varios meses en 2019. Se utilizaron los telescopios ASKAP, en Australia, ALMA, en Chile, el telescopio espacial Hubble, el telescopio espacial TESS, y el telescopio Du Pont, que también se encuentra en Chile, en el observatorio Las Campanas.

Los telescopios registraron una megallamarada el 1 de mayo de 2019. Captaron radiación en gran parte del espectro electromagnético y lograron trazar su energía y tiempo con un nivel de detalle muy alto. Según explican, la estrella alcanzó un brillo 14 000 veces superior a lo normal en la longitud de onda ultravioleta, en tan solo unos segundos. Si hubiese vida en Próxima b, este tipo de megallamaradas de Próxima Centauri serían terribles. Un ser humano, en el planeta, lo pasaría realmente mal. La vida debería ser muy diferente a la de la Tierra.

Como las enanas rojas son estrellas tenues, en comparación a otras estrellas, las llamaradas normalmente no producen muchos resultados en el espectro visible. Por lo que, normalmente, los astrónomos se consideran afortunados si pueden ver este tipo de llamaradas con solo dos instrumentos. Esta campaña de observación es la primera en la que se utilizan múltiples instrumentos para cubrir una mayor parte del espectro electromagnético, observando la radiación en longitud de onda ultravioleta y radio. Ahora, han publicado sus resultados.

Un estudio profundo sobre las megallamaradas de Próxima Centauri

El trabajo es uno de los exámenes más profundos sobre la anatomía de la llamarada de una estrella en la Vía Láctea. En el futuro, estas señales podrían ayudar a recopilar más información sobre cómo se provocan las llamaradas. Algo que ayudará al estudio de exoplanetas. Por desgracia, las noticias para Próxima b no son buenas. Las llamaradas que emite Próxima Centauri hacen que las condiciones en el exoplaneta no puedan ser buenas. Próxima Centauri tiene una edad similar al Sol. En este tiempo, ha estado inundando su sistema con megallamaradas.

Concepto artístico de la superficie de Próxima b. En el horizonte se puede ver a Próxima Centauri y, en la lejanía, al sistema binario que forman Alfa Centauri A y B. Crédito: ESO/M. Kornmesser

El estudio del sistema ayudará a entender qué es lo que han tenido que soportar sus planetas y cómo han cambiado. En una perspectiva más amplia, el estudio también puede ser importante para entender las implicaciones en los planetas que están en la zona habitable de las enanas rojas, en general. A fin de cuentas, la abundancia de estas estrellas, y la presencia de exoplanetas en su zona habitable los convierten en una pieza muy importante en la búsqueda de vida. Para muchos astrónomos, parecen el mejor lugar en el que buscar vida.

Pero para que eso sea cierto, es necesario entender qué pasa con las enanas rojas. Para que, realmente, los exoplanetas de estos astros puedan ser realmente habitables, las enanas rojas deberían ser, por lo general, mucho menos activas que Próxima Centauri. Las buenas noticias son dobles: hay enanas rojas mucho más tranquilas. Próxima Centauri, además, podría dejar hallazgos interesantes en el futuro, en forma de llamaradas no observadas antes. El sistema podría no ser el mejor para la vida, pero sí para entender mejor las enanas rojas…

Estudio

El estudio es M. MacGregor, A. Weinberger, R. Parke Loyd et al.; «Discovery of an Extremely Short Duration Flare from Proxima Centauri Using Millimeter through Far-ultraviolet Observations», publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters el 21 de abril de 2021. Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today