Un grupo de investigadores ha descubierto que los volcanes de Marte puede que aún tengan actividad. Algo que, de ser correcto, indicaría que el planeta rojo no está tan muerto como podría parecer. Aunque también se habían visto señales, en este sentido, con la sonda InSight…

Los volcanes de Marte y el papel de InSight

En marzo de 2021, la nave InSight, de NASA, detectó dos grandes terremotos en una región de Marte geológicamente activa, la Cerberus Fossae (fosas de Cerbero). Con la ayuda de imágenes de la nave Mars Reconnaissance Orbiter, que orbita Marte a una altura de 300 kilómetros, los investigadores han analizado la región. Han descubierto que contiene indicios de actividad de volcanes, en Marte, relativamente reciente. De hecho, plantean que el depósito volcánico observado pudo crearse hace apenas 46 000 años. Poco tiempo en la escala geológica.

Los volcanes de Marte todavía podrían estar activos
La región de Cerberus Fossae observada por Mars Reconnaissance Orbiter. Crédito: Jim Secosky / WolfmanSF modified NASA / JPL / University of Arizona image

En el peor de los casos, pudo formarse hace 200 000 años. Algo que sigue entrando ampliamente en la definición de actividad volcánica reciente. En el resto de Marte, las rocas de origen volcánico son considerablemente más antiguas. Se formaron durante un período de gran actividad, hace entre 3000 y 4000 millones de años. En tiempos más recientes, las erupciones volcánicas se sucedieron con más frecuencia. Se estima que pudieron detenerse hace, aproximadamente, hace unos 3 o 4 millones de años. Ahora, hay actividad aún más joven…

Nunca se había observado actividad volcánica que pudiese datarse en apenas unas cuantas decenas de miles de años de antigüedad. Así, David Horvath, el investigador jefe del estudio, del Planetary Science Institute lo ilustra de una forma muy gráfica. Si comprimiésemos la historia geológica de Marte, dice, en un único día, esta erupción habría tenido lugar en el último segundo. Algo que ayuda a poner en perspectiva de lo que estamos hablando. Es mucho tiempo desde la perspectiva humana, desde luego, pero no así en la escala geológica.

Una erupción probablemente explosiva

Los investigadores han explicado que, en principio, parece que la erupción que creó el depósito de las fosas de Cerbero debió ser explosiva. La nube piroclástica quizá llegase a alcanzar una altura de hasta 6 kilómetros. Una oscura capa de ceniza y material volcánico, expulsados en aquel fenómeno, cubren ahora una región de 13 kilómetros, a ambos lados, de una de las grandes fisuras que se pueden observar allí. Algo que contrasta, además, con la mayor parte de la roca volcánica que se puede observar en Marte. Es, principalmente, resultado de flujo lento de lava.

El vulcanismo explosivo, sin embargo, es mucho menos frecuente. Por lo general, el vulcanismo explosivo deja capas de material mucho más finas tras de sí. Por lo que, con el paso del tiempo, la actividad geológica y el viento pueden erosionarlo, así como cubrirlo con arena y polvo. Es decir, el motivo por el que el depósito de las fosas de Cerbero es visible se debe, simplemente, a que es muy joven. No ha tenido tiempo de ser cubierto por la superficie y desaparecer del registro geológico.

Lo más interesante de todo esto es la posibilidad de combinar los datos. Por un lado, las observaciones desde la órbita con Mars Reconnaissance Orbiter. Por otro, los datos sísmicos de InSight. Ambos permiten apuntar a que, en el futuro, es posible que se vea nueva actividad volcánica en la región. Además, sugiere que, bajo la superficie, todavía podría haber actividad magmática. Esto, a su vez, nos lleva a otra lectura que resulta intrigante: la presencia de ese magma podría permitir la creación de entornos habitables para la vida microbiana.

Los volcanes de Marte podrían propiciar un entorno habitable

El flujo del magma, bajo la superficie, puede haber fundido el hielo en el subsuelo a su alrededor. De esta forma, se crearía un entorno habitable para la vida microbiana que pudiese existir en el presente. Es importante recalcar que, en el estudio, los investigadores lo plantean como una especulación. Pero es una hipótesis que ni mucho menos resulta descabellada. Estos entornos, añaden, serían similares a los lugares, en la Tierra, donde sucede actividad volcánica en entornos glaciales. Es el caso de regiones como Islandia.

Esta imagen de la atmósfera de Marte fue tomada por la sonda Viking 1 en junio de 1976. Crédito: NASA/Viking 1

Allí, de hecho, explican los investigadores, hay bacterias quimiótrofas, que consiguen energía a través del oxidado de moléculas inorgánicas, criófilas, que proliferan en entornos fríos, y termofílicas, que proliferan en entornos con altas temperaturas. Así que, si en la Tierra puede haber vida así, no es ninguna locura sugerir que lo mismo podría suceder en otros lugares del Sistema Solar. Por ahora, no hay forma de comprobar si la teoría que plantean es correcta. InSight seguirá prestando atención a la actividad sísmica desde su ubicación, a 1600 kilómetros de distancia.

En cuanto a la búsqueda de vida extraterrestre microbiana, la Cerberus Fossae (o fosas de Cerbero) podría ser un lugar muy tentador para las misiones que se puedan llevar a cabo en un futuro. Sea como fuere, el estudio permite poner de relieve, una vez más, que Marte sigue teniendo muchas sorpresas guardadas en la recámara. A medida que aumenta la presencia humana en el planeta rojo, a través de misiones robóticas, sin duda se seguirán descubriendo muchas más. ¿Qué hallazgos nos esperan en las próximas décadas?

Estudio

El estudio es D. Horvath, P. Moitra, C. Hamilton et al.; «Evidence for geologically recent explosive volcanism in Elysium Planitia, Mars». Publicado en la revista Icarus en la edición que se publicará en septiembre de 2021. Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today