Un grupo de investigadores ha determinado que la vida inteligente podría ser más rara, de lo que se podría imaginar, en la Vía Láctea. Ha sido posible gracias a un reanálisis de datos que ya se habían utilizado en el pasado, y que podría ayudar a entender mejor cómo es nuestra galaxia…
La vida inteligente podría ser escasa en la galaxia
Un grupo de investigadores de la Universidad de Manchester ha llevado a cabo un reanálisis de datos ya conocidos. Es algo que les ha permitido establecer nuevos límites en la búsqueda de vida extraterrestre inteligente. La investigación ha logrado pasar de un análisis de 1400 estrellas a 280 000. El estudio arroja una estimación de que menos del 0,04% de los sistemas estelares tienen la posibilidad de albergar civilizaciones avanzadas. En este contexto, con una tecnología de radio similar a la que nuestra especie tiene en el siglo presente.
Han logrado establecer límites en cuanto a las estrellas cercanas y, también, han limitado mejor la posibilidad en estrellas más lejanas. Si bien hay que tener en cuenta que, en este segundo caso, las posibles civilizaciones que pudiese haber necesitarían transmisores todavía más potentes para poder ser detectados. El análisis, además, solo puede detectar civilizaciones tecnológicamente avanzadas que usen ondas de radio como forma de comunicación. No es capaz de detectar la presencia de vida compleja que no sea tecnológica.
En el equipo de investigadores ha participado, entre otros, Andrew Siemion, director de la iniciativa Breakthrough Listen, uno de los proyectos más ambiciosos para intentar encontrar vida extraterrestre. El estudio permite refinar el límite en cuanto a la abundancia de transmisores artificiales de radio en la galaxia. Algo a lo que popularmente se conoce como tecnofirmas (junto a otras posibles señales que pudiesen delatar la presencia de una civilización). Para establecer estos límites, han recurrido a un catálogo tremendamente completo…
El catálogo del satélite Gaia es una pieza clave
Los investigadores utilizaron el catálogo del satélite Gaia (de la Agencia Espacial Europea). En él se indican las distancias a más de 1000 millones de estrellas. Algo que les ha permitido recalcular los límites, sobre la posible abundancia de tecnofirmas, alrededor de más estrellas que se encuentran dentro del campo de visión del satélite, en el espectro de radio. Han incluido estrellas hasta a 33 000 años-luz, permitiendo expandir la búsqueda que se había hecho inicialmente, y que han reanalizado ahora, desde 1327 estrellas a 288 315.
Además, han destacado que, generalmente, las búsquedas de vida inteligente extraterrestre no tienen en cuenta otros objetos que están dentro del rango de observación de un telescopio. Gaia es una excepción, al proporcionar datos, como la distancia, a objetos muy variados. Consideran que su estudio permite establecer límites sólidos a la abundancia de tecnofirmas. Centrándose, además, en la tecnología comparable a la que nosotros mismos podemos construir. Es decir, no se teoriza sobre civilizaciones que tuviesen tecnología mucho más sofisticada.
Todo esto permite pintar un panorama que, aunque no es definitivo, puede servir para hacerse una buena idea de qué podemos esperar. A fin de cuentas, los investigadores han logrado refinar la estimación de la frecuencia de esas señales. La conclusión no resulta demasiado sorprendente, ya que entienden que debe ser bastante raro. Al menos, en nuestra región de la galaxia. Calculan que menos de 1 estrella, de cada 1600, a menos de 330 años-luz, contiene tecnofirmas algo más potentes que el radar más potente que tenemos en la Tierra…
La vida inteligente avanzada podría ser aún más rara
Es decir, la posibilidad de encontrar un mundo con una civilización, con un desarrollo similar al nuestro, es bastante baja en nuestro entorno cercano. Por extensión, los mundos con una tecnología muchísimo más avanzada de lo que podemos producir, explican los investigadores, deberían ser todavía más raros. Es posible, por tanto, que la respuesta a dónde está todo el mundo sea, simplemente, que no hay muchos mundos que tengan vida inteligente. Hay que entender, del mismo modo, que no implica necesariamente que la vida en sí misma sea rara.
Es decir, el estudio se centra únicamente en la búsqueda de señales tecnológicas. Además, solo de un nivel comparable al de nuestra tecnología. No establece, por tanto, ningún tipo de límite respecto a la abundancia de la vida microbiana. Ni respecto a la vida compleja, pero no tecnológica, que pudiese haber en otros lugares de la galaxia. La vida podría ser, perfectamente, muy abundante en el cosmos. Sin embargo, las civilizaciones, del mismo modo, podrían ser muy poco frecuentes y en una galaxia podríamos encontrar muy pocas.
Cabe la posibilidad, del mismo modo, de que la vida en sí misma sea una rareza. Pero es algo que no se puede deducir, ni suponer, a partir de este análisis. Los investigadores añaden que, además, es la primera vez que se puede hacer este análisis teniendo en cuenta el tipo de estrella. No solo se han incluido estrellas en su secuencia principal, como el Sol. También se ha tenido en cuenta estrellas en fases avanzadas de su vida (estrellas gigantes) y enanas blancas, el cadáver de estrellas como la nuestra. Pero, por rara que pueda ser, la búsqueda de vida inteligente continúa…
Estudio
El estudio es B. Wlodarczyk-Sroka, M. Garrett y P. Siemion; «Extending the Breakthrough Listen nearby star survey to otherstellar objects in the field». Puede consultarse en arXiv.
Referencias: Phys