La Agencia Espacial Europea está analizando la posibilidad de utilizar satélites solares, que recojan la energía de nuestra estrella, para enviar esa energía a la Luna. De esta manera, se garantiza el suministro para todas las instalaciones que tengan en la superficie del satélite…
El uso de satélites solares en el entorno de la Luna
La idea de recoger parte de la luz solar ilimitada, que está disponible constantemente en el espacio, y enviarla a la superficie para su uso no es ni mucho menos nueva. Se desarrolló inicialmente pensando en proporcionar energía limpia a los habitantes de la Tierra. Pero lo cierto es que la energía solar espacial también puede utilizarse en la Luna. La Agencia Espacial Europea tiene un programa centrado en la innovación y el uso de energías renovables. En este marco, se ha presentado un estudio realizado por la compañía suiza Astrotrom.
En su trabajo, plantean el uso de satélites solares para enviar energía a la Luna. El satélite de energía solar se construiría a partir de los recursos de la Luna, incluyendo las células solares, que se fabricarían allí mismo. Sería capaz de proporcionar megavatios de potencia a los receptores en la superficie lunar, permitiendo cumplir con las necesidades de las diferentes actividades, en superficie, que se puedan realizar. Entre estas necesidades, se incluyen también las que plantearán las bases que se construirán para albergar misiones tripuladas.
Curiosamente, la inspiración en el diseño de Astrotrom procede de una mariposa. Sus paneles solares, en forma de V, con antenas integradas, se desplegarían en una configuración de hélice. De un extremo a otro, abarcarían más de un kilómetro cuadrado. El diseño sería capaz de proporcionar 23 megavatios de energía, de forma continua, para las operaciones en la superficie lunar. Los paneles solares estarían basados en células solares con una capa de pirita y se fabricarían directamente lejos de la Tierra. La idea es todavía más ambiciosa de lo que parece.
Una planta de energía que estaría habitada
La estación de energía estaría ubicada en uno de los puntos de Lagrange del sistema Tierra-Luna, a 61 350 kilómetros de la superficie lunar. La estación en sí también estaría habitada. Serviría como un punto de paso en las operaciones entre la Tierra y la Luna, proporcionando gravedad artificial. Esto haría que se convirtiese en un destino muy atractivo para el turismo espacial. Además, también podría considerarse como un prototipo para otros asentamientos espaciales que se pudiesen establecer en el espacio en el entorno de la Luna.
El estudio plantea un posible futuro para la producción de satélites solares, a larga escala y más amigables con el medioambiente, a largo plazo. Para ello, el departamento de investigación y desarrollo SOLARIS de la Agencia Espacial Europea debe confirmar la posibilidad de que la Energía Solar Espacial sea capaz de proporcionar energía limpia en nuestro planeta. El lanzamiento de una gran cantidad de satélites solares, que proporcionen gigavatios de energía, desde la superficie de la Tierra a su órbita, plantea muchos retos.
Habría una falta de capacidad de lanzamientos y, además, la contaminación atmosférica podría ser muy notable. Un concepto como el que plantea Astrotrom, sin embargo, que se podría desplegar desde la Luna, y fabricarse allí, resulta mucho más atractivo, al poder adaptar el diseño para que estas instalaciones también resulten útiles. Así se expresaba Sanjay Vijendran, supervisor de Solaris. Este tipo de satélites solares lanzados desde la Luna son mucho más interesantes. La cantidad de energía necesaria para su lanzamiento sería inferior.
Los satélites solares no solo servirían para la Luna, también para la Tierra
Desde la Luna, se podrían colocar en órbita geoestacionaria con una cantidad de energía muy inferior a la necesaria para lanzar un satélite, a esa misma región, desde la Tierra. Sanjay añade que esto tendría otros beneficios. No solo proporcionaría energía limpia al planeta, también permitiría el desarrollo de un sistema de transporte, minería, procesado y fabricación en el entorno de la Luna y en órbita. Por lo que se tendría una economía entre dos objetos celestes (planeta y satélite, en este caso) y el nacimiento de una civilización interplanetaria.
En cuanto a la posibilidad de que este concepto se pueda llevar a cabo desde el punto de vista técnico y económico, el estudio determina que se podría realizar sin necesidad de grandes avances tecnológicos. La mayoría de tecnologías necesarias para la minería en la superficie lunar, operaciones de fabricación y uso, ya están en uso o en desarrollo en nuestro planeta. Estas tecnologías podrían extrapolarse y adaptarse al entorno lunar, entregadas en módulos y gestionadas de manera robótica (y a distancia) en la superficie de la Luna.
Por si todo esto no fuera suficiente, aunque sería necesario un desarrollo importante desde el punto de vista de la ingeniería, el estudio determina que los satélites solares producidos en la Luna serían más baratos que los desarrollados en la Tierra. A eso hay que sumarle que la electricidad generada, para nuestro planeta, sería competitiva, desde el punto de vista económico, frente a cualquier alternativa de energía generada en la Tierra. Por lo que estamos ante una idea que, si se desarrolla en algún momento, será muy atractiva…
Referencias: Agencia Espacial Europea