La Estación Espacial Internacional sigue amenazada por la prueba antisatélites de Rusia, según ha explicado la NASA. Las reacciones han continuado durante estas jornadas. Además, desde NASA explican que no solo la estación está todavía en peligro por la basura espacial. Hay otros afectados…

La prueba antisatélites de Rusia sigue dando que hablar

El pasado lunes, 15 de noviembre, Rusia llevó a cabo una prueba antisatélites. Utilizó un misil para destruir un viejo satélite soviético, que se encontraba en la órbita de la Tierra. De por sí, ya nos encontramos ante un hecho altamente reprobable. Lo peor es que no es la primera vez que sucede. En 2007, China dio el pistoletazo de salida a esta tecnología. Llevó a cabo una prueba, muy similar a la de Rusia, destruyendo un satélite en la órbita de nuestro planeta. A esa prueba, muy criticada, le siguió otra en 2008, realizada por Estados Unidos.

La prueba antisatélites de Rusia es un problema
En mayo de 2016, un pequeño fragmento de basura espacial provocó esto. Es un impacto de 7 milímetros de diámetro en el cristal de la Cúpula; uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional. Crédito: ESA/NASA/Tim Peake

En 2019, fue India quien siguió los pasos de ambas naciones, al llevar a cabo su propia prueba antisatélites. Ahora, Rusia se ha unido a la lista de países que han realizado una prueba así. El motivo de estas pruebas es puramente militar. El planteamiento es sencillo. Una nación podría querer derribar un satélite rival para impedir ciertas maniobras. En realidad, el sistema solo es útil en la órbita baja de la Tierra. Para derribar satélites en la órbita geoestacionaria, a decenas de miles de kilómetros de nuestro planeta, estos misiles no son suficientes.

Además, desde el punto de vista militar, se ha planteado que hay otros métodos, y sistemas, que serían más importantes y prácticos, a la hora de entorpecer los movimientos de un rival, que el derribo de satélites. Pero, sea como fuere, estos argumentos no han impedido que las pruebas se hayan sucedido con el paso del tiempo. En el caso de Rusia, la prueba no fue anunciada previamente. La destrucción del satélite Kosmos-1408, que ya no estaba operativo, provocó la creación de un campo de basura espacial que afectó a la Estación Espacial Internacional.

Los astronautas tuvieron que refugiarse

Desde NASA, a lo largo de la semana pasada, se produjeron diferentes declaraciones. En una de ellas, explicaban que la mayor amenaza para la estación espacial se produjo en las 24 horas posteriores a la prueba. Los siete miembros de la expedición actual tuvieron que refugiarse en sus respectivas cápsulas. Un procedimiento habitual que permite, si fuese necesario, que ambas cápsulas puedan desacoplarse y regresar a la Tierra. De esta manera, se garantiza la seguridad de la tripulación en caso de que la estación sufriese daños graves.

Además, también se cerraron diferentes compartimentos como precaución, pero fueron reabiertos en la jornada del miércoles. Desde Rusia, solo se reconoció haber llevado a cabo la prueba con éxito, ya a posteriori y, además, aseguraron que los restos generados no suponían una amenaza. La destrucción de Kosmos-1408, en la prueba antisatélites de Rusia, generó, según Estados Unidos, más de 1500 fragmentos rastreables con radares terrestres. Así como, posiblemente, cientos de miles de fragmentos que son mucho más difíciles de rastrear.

Inicialmente, los fragmentos ocupaban una franja de entre 440 y 520 kilómetros de altura. Para el 17 de noviembre, se calculaba que la nube de restos se había expandido a alturas de entre 300 y 1100 kilómetros. Los fragmentos podrían mantenerse en órbita terrestre durante décadas. Parece, por tanto, que el momento más delicado ya ha pasado, pero los restos generados, así como la basura espacial, en general, seguirá siendo un problema. Desde NASA, además, se enfatizaba que también supone un riesgo para la estación espacial china, actualmente tripulada.

Algunas operaciones podrían posponerse

Por supuesto, los satélites en esta región de la órbita terrestre también están amenazados. No es lo único que se puede ver impactado. Para el 30 de noviembre, se había previsto llevar a cabo un paseo espacial para reemplazar una antena en mal estado. Ahora se está analizando la situación para decidir cómo proceder. Podría retrasarse, si se considerase que el paseo espacial podría ser peligroso. Además, también se está analizando la estación, en busca de posibles daños que pudiesen haber surgido a raíz del encuentro con esos restos.

La expedición 66, formada, de izquierda a derecha, por Raja Chari, Thomas Marshburn, Matthias Maurer, Anton Shkaplerov, Pyotr Dubrov, Kayla Barron y Mark Vande Hei. Crédito: NASA/JSC

En realidad, la prueba antisatélites de Rusia también ha afectado a sus propios astronautas. No podemos olvidar que la Estación Espacial Internacional, en estos momentos, está habitada por cuatro astronautas estadounidenses, dos rusos y uno alemán. Sea como fuere, esta prueba ha provocado que vuelvan a surgir los mensajes de preocupación respecto al uso del espacio. Aunque por un lado, se plantea que debería utilizarse de forma pacífica, centrándose en aspectos como la exploración espacial; por otro, no ha desaparecido la sombra del uso militar.

La cuestión de fondo, en cualquier caso, es la basura espacial. La Estación Espacial Internacional ahora está en mayor riesgo que antes de la prueba antisatélites. Si más naciones se lanzan a realizar sus propias pruebas, o comienza a utilizarse el espacio de forma bélica, la órbita baja de la Tierra podría ser inutilizable. Además, Rusia ya ha manifestado que considera hipócrita la actitud, y acusaciones, de EE. UU., teniendo en cuenta que ellos realizaron su prueba en 2008. Seguramente, esto seguirá dando que hablar en las próximas semanas…

Referencias: Phys