La sonda Lucy fue lanzada el pasado 16 de octubre. Por delante tiene una larga misión, de 12 años de duración, como mínimo, para visitar diferentes objetos. Poco después de su lanzamiento, uno de los paneles solares no llegó a desplegarse correctamente, y ahora el equipo se pregunta qué debería hacer…

Un sobresalto para la sonda Lucy… pero por ahora todo funciona

La sonda Lucy tiene por delante una misión tremendamente larga. Durante los próximos 12 años, visitará diferentes objetos mientras pone rumbo a los asteroides troyanos de Júpiter. Se trata de una enorme legión de objetos que acompaña al planeta más grande del Sistema Solar en su órbita. La misión, de por sí, resulta muy interesante porque es la más ambiciosa que se ha llevado a cabo hasta el momento. Nunca una nave ha visitado tantos objetos, en su misión principal, como la sonda Lucy. Pero los contratiempos no han tardado en aparecer.

La NASA se plantea si debería arreglar la sonda Lucy
Esta imagen muestra los asteroides del interior del Sistema Solar y los troyanos de Júpiter. Los puntos blancos son el cinturón de asteroides, y los verdes de Júpiter son sus asteroides troyanos. Los que tienen nombre griego se encuentran por delante en su órbita, mientras los troyanos están por detrás. Crédito: Mdf/Wikimedia Commons

Poco después del lanzamiento de la misión, el pasado 16 de octubre, la sonda Lucy comenzó a desplegar sus paneles solares. El primer conjunto se desplegó correctamente. El segundo, sin embargo, se quedó atascado y no llegó a desplegarse por completo. La noticia se dio a conocer rápidamente, pero se explicaba que, por el momento, la intención era comprender cómo podría verse afectada la misión. En un primer momento, el despliegue parcial no resultaba ser problemático y la misión no está en riesgo, ni mucho menos.

Tras analizar la corriente eléctrica, el equipo de la misión ha explicado que uno de los paneles solares, circulares, gigantes de Lucy se ha desplegado solo entre un 75 y 95%. Todavía no han decidido si intentarán volver a desplegarlo correctamente. Aunque, para hacernos una idea, vale la pena recordar que tiene un diámetro de 7 metros. De intentar desplegarlo de nuevo, en vez de mantenerlo en su estado actual, no se intentará antes de mediados de noviembre. Lo cierto es que, por ahora, la misión no se ha visto afectada por este contratiempo.

No hay prisa por arreglarlo

Con el tiempo de su lado, el equipo de la misión no tiene prisa para tomar una decisión. La nave se encuentra ya a más de 6 millones de kilómetros de la Tierra y su funcionamiento sigue siendo bueno. A pesar de que uno de los paneles no está completamente desplegado, la energía total recogida por ambos es más que suficiente para mantener la nave en buen estado y funcionando correctamente. El inconveniente, como explican, es que todavía es pronto para saber qué impacto podría tener en el conjunto de la misión.

De ahí que ya hayan explicado que están explorando qué soluciones podrían llevar a cabo. Lejos del entorno de la Tierra, con una cantidad menor de energía, Lucy podría experimentar problemas de funcionamiento. Todavía queda mucho tiempo para que ese escenario se convierta en realidad, pero terminará sucediendo. Que haya surgido un imprevisto en el despliegue de los componentes de la nave es una mala noticia, qué duda cabe. A fin de cuentas, no es posible enviar una misión de mantenimiento para corregirlo.

Sirve, por otro lado, para poner en perspectiva la dificultad de estas misiones. Hay muchos componentes que tienen que funcionar correctamente. No solo en el momento del despegue, también durante la fases de despliegue de la propia nave. Es algo que ya hemos mencionado en otras ocasiones. Sin ir más lejos, el equipo del telescopio James Webb pasará por esta misma experiencia a finales de 2021. Tras el lanzamiento, estarán muy pendientes durante treinta días. No podrán hacer nada si algo no se despliega correctamente. Solo cabe esperar que todo salga bien…

Una misión para estudiar asteroides troyanos

Sea como fuere, la misión de Lucy resulta muy interesante. Con un coste de casi 1000 millones de dólares, el objetivo es explora ocho objetos diferentes. El asteroide donaldjohanson, del cinturón de asteroides, así como otros siete objetos en la órbita de Júpiter. En todos los casos, la intención es que la nave pase a menos de 965 kilómetros de distancia. En cada sobrevuelo se recopilará toda la información posible para comprender mejor su historia. Por encima de todo, destaca especialmente la visita a Patroclo y Menoetio.

Concepto artístico de WF9 2016, un asteroide cercano a la Tierra. Crédito: JPL/NASA

Se trata de dos asteroides, que forman un sistema binario, en el entorno de Júpiter. Habrá que esperar hasta 2033 para que se produzca esa visita por parte de Lucy, pero podría arrojar mucha luz sobre el pasado del Sistema Solar. Los asteroides troyanos de Júpiter son restos de material de la etapa de formación del Sistema Solar. Su estudio permitirá, por tanto, comprender mejor cómo fueron los primeros momentos de este pequeño rincón de la Vía Láctea. Patroclo y Menoetio tienen la particularidad de formar un sistema binario.

Algo que es muy poco frecuente porque, a esa distancia, las perturbaciones gravitacionales son lo suficientemente fuertes como para provocar que los sistemas binarios de asteroides terminen deshaciéndose. No ha sido el caso de este objeto, y eso permitirá profundizar en los orígenes del Sistema Solar. El estudio de todos estos objetos, por parte de la sonda Lucy, servirá para poder reconstruir la formación de los planetas. Aunque, para que se convierta en realidad, habrá que ver qué sucede con ese panel mal desplegado. Esperemos que no se convierta en un impedimento…

Referencias: Phys