El vuelo de prueba tripulado, de la cápsula Starliner CST-100 de Boeing, se retrasa hasta, como mínimo, principios de 2024. La aparición de diferentes obstáculos ha obligado a la compañía a retrasar un lanzamiento que, en última instancia, iba a tener lugar en julio de este año…

El vuelo de prueba tripulado de Boeing se retrasa a marzo de 2024

La cápsula Starliner CST-100, de Boeing, debería llevar ya años en funcionamiento. El objetivo es que se alterne con los vuelos de la cápsula Crew Dragon, de SpaceX, que ya está enviando vuelos tripulados a la Estación Espacial Internacional de manera regular. A finales de primavera de este año, se llevaron a cabo las pruebas finales de la cápsula CST-100 y se encontraron problemas con los paracaídas, así como cinta que resultó ser inflamable. Por lo que la posibilidad, para Boeing, de realizar el vuelo de prueba tripulado, en julio, como se había anunciado originalmente.

El vuelo de prueba tripulado de Boeing se retrasa
Despegue del cohete Atlas V con la cápsula Starliner. Crédito: Boeing

Este lunes, Boeing ha explicado que terminará de retirar la cinta problemática en las próximas semanas. Sin embargo, el nuevo sistema de paracaídas no estará completo hasta diciembre. Si las pruebas de despliegue del paracaídas, que se llevarán a cabo en algún momento de lo que queda de año, salen bien, se podrá pasar a la siguiente fase. Los representantes de la compañía decían, en este sentido, que la nave debería estar lista para llevar a dos astronautas de la NASA, a la Estación Espacial Internacional, en marzo de 2024.

El primer vuelo tripulado de la cápsula Starliner, sin embargo, tendrá que encajar con el tráfico propio de la estación, por lo que todavía no se puede precisar cuál sería el día del vuelo. Habrá que esperar a estar más cerca de marzo para tener una idea más precisa. Para garantizar la seguridad de esa futura misión, y que no hay otros problemas que puedan afectar a la cápsula, tanto la NASA como Boeing llevarán a cabo sus propias revisiones de manera independiente. De momento, queda mucho trabajo por delante para Boeing.

Las correcciones tardarán meses

Mark Nappi, el jefe de programa de Boeing, ha explicado que los técnicos están, aproximadamente, a medio camino en la retirada de la cinta que se utilizó para proteger el cableado de la cápsula. La cinta que no se pueda eliminar de los puntos más delicados, será cubierta con una capa protectora para evitar que pueda arder. En este sentido, vale la pena mencionar que las indicaciones originales para usar la cinta eran confusas. Al menos, así lo explicaban los representantes tanto de la compañía como los directivos de la NASA.

Tras algún tiempo determinaron que no podría utilizarse en algunas zonas porque era inflamable. Sin embargo, este es el menor de los retos de la cápsula. Resolver el problema con los paracaídas llevará mucho más tiempo. Parte de las cuerdas del paracaídas no cumplían con los estándares de seguridad. Algo que no fue detectado, hace unos años, porque las pruebas no se realizaron correctamente. Ahora, se utilizará un sistema más robusto que se incorporará en los nuevos paracaídas que ya se están diseñando para ese vuelo.

Aún así, el propio Nappi explicaba que nunca se sabe si podrían surgir más problemas. Pero, teniendo en cuenta la situación actual, consideran que el calendario que han propuesto cumple con los plazos para poder llevar a cabo el lanzamiento en marzo de 2024. Incluso si fuese en ese momento, el retraso es considerable. Hace ya casi una década desde que la NASA contratase a Boeing y SpaceX para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional y de vuelta a la Tierra. SpaceX ya lleva tres años realizando estos vuelos.

Starliner solo ha tenido un par de vuelos de prueba

Boeing, por su parte, apenas ha tenido un par de vuelos de prueba de la cápsula Starliner. Ambos se realizaron sin ninguna tripulación a bordo. A pesar del retraso, la agencia espacial estadounidense ha asegurado que sigue queriendo tener dos cápsulas de tripulación que compitan entre sí. A pesar de que, a menos que la situación cambie más adelante, se espera que en 2030 la Estación Espacial Internacional finalice sus operaciones. Hasta ese momento, el objetivo es que Boeing y SpaceX realicen un vuelo tripulado, cada una, cada año.

Réplica de la cápsula Starliner, en el Houston Product Support Center de Boeing, en Texas. Crédito: NASA/Robert Markowitz

Tras la finalización del programa de la estación, en 2030, llegará el momento de hundir el laboratorio orbital en el océano Pacífico, de manera controlada. A partir de ese entonces, será el turno de estaciones espaciales privadas, como la que está planificando la compañía Axiom Space, para proporcionar servicios en la órbita baja de la Tierra. A su vez, en los próximos años, comenzará la construcción de la Plataforma Lunar Orbital. Esta estación espacial, de la NASA, estará ubicada en el entorno de la Luna, en una órbita grande a su alrededor.

Se utilizará como punto de paso para las misiones que vayan a la superficie de la Luna, así como a otros lugares del Sistema Solar. Mientras que la estación, en sí misma, será también un centro de operaciones en la que se llevarán a cabo diferentes experimentos. Estará tripulada y habitada de la misma manera en que la Estación Espacial Internacional lo está en estos momentos. Pero, mientras tanto, Boeing necesita avanzar y conseguir que su cápsula Starliner CST-100 comience a funcionar a nivel comercial en 2024.

Referencias: Phys