Esta semana, en Astrobitácora 6×14, hablamos del viaje del Sistema Solar alrededor del centro de la Vía Láctea y de las huellas que ha dejado en nuestro planeta, a lo largo de millones de años. En YouTube, además, repasamos lo sucedido en el octavo vuelo de prueba de Starship…
Astrobitácora 6×14: El viaje del Sistema Solar alrededor de la Vía Láctea
El Sol, como el resto de estrellas de la Vía Láctea, gira alrededor del agujero negro supermasivo que hay en el centro. Aproximadamente, tarda 225 millones de años en completar una vuelta. Algo a lo que se conoce como un año galáctico. En su recorrido, el Sistema Solar atraviesa brazos espirales y zonas con diferentes cantidades de material. Es decir, con una densidad diferente. Esto tiene diferentes efectos en nuestro entorno, incluyendo lo que ha sucedido en la Tierra a lo largo de miles de millones de años.

Esto es más fácil de comprender si pensamos en cosas como la extinción del Devónico Superior. Fue uno de los mayores episodios de extinción de vida en nuestro planeta. Un grupo de investigadores sugirió, hace unos años, que se debió a una supernova y sus efectos. Algo posible porque, en aquel momento, nuestro sistema estaba suficientemente cerca de un astro que podía terminar su vida como supernova. Algo que, por otro lado, no sucede en el presente. Todas las estrellas que pueden explotar como supernovas están demasiado lejos.
Del mismo modo, también se han encontrado señales de que, en algún momento en los últimos millones de años, la heliosfera, la burbuja producto de la actividad del Sol, no llegaba a cubrir, ni siquiera, nuestro planeta, debido a que nos encontrábamos en una zona mucho más densa de la galaxia. Es un ejemplo de cómo, en una escala de tiempo mucho más grande que la del ser humano, el Sistema Solar también se encuentra con entornos muy diferentes. Puedes escuchar Astrobitácora 6×14 en la aplicación de iVoox, en iOS o Android; en la web, en este enlace, o aquí mismo:
YouTube: El octavo vuelo de prueba de Starship
En YouTube, además, hablamos del octavo vuelo de prueba de Starship, que tuvo lugar el pasado jueves, 6 de marzo. Al igual que sucedió en el séptimo vuelo de prueba, todo lo relacionado con SuperHeavy funcionó perfectamente. El despegue transcurrió sin problemas, al igual que la separación. En el momento del descenso, se decidió que se intentaría atrapar la primera fase con los brazos de la torre de lanzamiento. La maniobra salió de nuevo a la perfección. Es la tercera ocasión en la que la compañía lo intenta y triunfa en ello.

Con Starship, sin embargo, la secuencia fue mucho menos esperanzadora. Sucedió lo mismo que pasó en el séptimo intento, cuando Starship se perdió al llegar al final de la fase de ascenso. Poco antes de que se apagasen los motores para comenzar el vuelo suborbital, Starship fue destruida tras experimentar un exceso de presión. En el caso del octavo vuelo, lo sucedido fue algo diferente, pero con resultado idéntico. Apenas unos 30 segundos antes del final de la fase de ascenso, la nave perdió varios de sus motores a la vez.
Por ahora no se ha sabido mucho sobre lo sucedido. SpaceX ha explicado que se debió a un fenómeno energético que provocó la pérdida repentina de los motores y del control de actitud. Algo que se pudo ver claramente cuando la nave comenzó a dar tumbos en el espacio. Apenas un minuto después, Starship explotó. Por lo que, de nuevo, se volvía a perder la segunda fase antes de alcanzar el apagado de motores. De esto, y mucho más, hablamos en el vídeo de esta semana, que puedes ver en este enlace o al principio del artículo.