El aterrizador Athena, de la compañía Intuitive Machines, ha terminado su misión tras fracasar en su intento de aterrizar en la superficie de la Luna. Aunque logró descender con éxito, terminó en un cráter cerca del polo sur y se precipitó hacia un lado, por lo que la misión ha terminado antes de lo esperado…

El aterrizador Athena supone el segundo intento fallido

El pasado 6 de marzo, la compañía Intuitive Machines anunciaba el final de la misión del aterrizador Athena, después de que fracasase en su intento de aterrizar en la superficie de la Luna. Es el segundo aterrizador comercial lanzado por la compañía con el objetivo de alcanzar la superficie lunar. Sin embargo, aunque aterrizó con suavidad, siguió los pasos de su antecesora, volcando y provocando que la misión no pudiese seguir adelante. A pesar de todo, el viaje de Athena no se puede considerar un fracaso absoluto, ni mucho menos.

El aterrizador Athena vuelca en la superficie de la Luna
Imagen del aterrizador Athena desde la superficie de la Luna. Crédito: Intuitive Machines

Así lo expresaba la propia compañía, explicando que «Athena aterrizó a 250 metros de su lugar planeado, en la región de Mons Mouton, en el polo sur lunar, dentro de un cráter. Ha sido el aterrizaje lunar y operaciones en superficie más al sur que se ha logrado hasta el momento. Las imágenes transmitidas por Athena desde la superficie confirman que el aterrizador estaba de lado. Tras el aterrizaje, los controladores de misión han logrado acelerar los hitos de diferentes programas y experimentos, incluyendo el experimento PRIME-1 de NASA, antes de que se agotasen las baterías».

«Con la dirección del Sol, la orientación de los paneles solares y las temperaturas extremadamente bajas en el cráter, Intuitive Machines no espera que Athena pueda recargarse. La misión ha terminado y los equipos siguen analizando los datos recogidos a lo largo de la misión», explicaba la compañía. El viaje del aterrizador Athena comenzó el 27 de febrero, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, lanzado desde el Complejo de Lanzamiento 39A en el Centro Espacial Kennedy. Entre la carga se incluía el experimento PRIME-1, de NASA, que contaba con un taladro y un espectrómetro de masa.

Los experimentos han podido funcionar de manera limitada

PRIME-1 se diseñó para perforar hasta a un metro bajo la superficie lunar, en busca de elementos volátiles como agua y dióxido de carbono, que son críticos para el programa Artemisa y las misiones tripuladas que NASA quiere realizar en la superficie de nuestro satélite. Según explica la propia agencia espacial, los controladores de misión lograron activar el taladro y rotarlo para comprobar que funcionaba, mientras otro instrumento recogía datos. Intuitive Machines también ha explicado que se pudo acelerar otros objetivos de la misión.

Entre el resto de cargamento nos encontramos con el Micro Nova Hopper (de la propia Intuitive Machines), que se diseñó para explorar cráteres a una distancia de hasta 2 kilómetros del aterrizador. Además, llevaba consigo el Sistema de Comunicaciones en la Superficie Lunar de Nokia (LSCS, por sus siglas en inglés). Un sistema 4G/LTE para probar las comunicaciones de alta velocidad a gran distancia. Estos experimentos, y otros, se enviaron como parte de la iniciativa Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar de NASA (CLPS, por sus siglas en inglés), que cuenta con diferentes compañías de EE. UU.

Su objetivo es enviar experimentos científicos y tecnológicos a la superficie de la Luna. Por desgracia, los tres róvers que llevaba Athena consigo no pudieron abandonar la nave para explorar la Cuenca Aitken-Polo Sur tal y como estaba planeado. Si bien Intuitive Machines sí ha logrado confirmar que fueron capaces de activar estos experimentos (y otros) antes de que el aterrizador se quedase sin energía. La misión de Athena, llamada IM-2, se une a la anterior, IM-1, en una lista de naves que han logrado aterrizar en la superficie lunar pero en posición incorrecta.

Cada vez veremos más actividad en la superficie lunar

IM-1 supuso un gran paso, de todos modos, porque fue la primera misión de NASA en aterrizar en la Luna desde hace más de 50 años. En esta ocasión, el aterrizador ha logrado sobrevivir más tiempo antes de que sus baterías se quedasen sin energía. Además, el aterrizador Athena tiene el logro de haberse acercado más al polo sur lunar que ninguna otra misión anterior. Se ha quedado a solo 160 kilómetros. El pasado 2 de marzo, la compañía Firefly Aerospace logró posar con éxito su nave en el hemisferio norte de la Luna.

La cuenca Aitken, en el polo sur de la Luna, fotografiada por la nave Apolo 8. Crédito: Apollo Flight Journal, Apollo 8

Lo hizo con su aterrizador Blue Ghost. Como parte de la iniciativa CLPS, esta misión lleva 10 experimentos de NASA. Se espera que siga en funcionamiento durante otra semana, hasta que llegue la noche lunar y la nave sea incapaz de recoger energía. Mientras tanto, Intuitive Machines tiene nuevas oportunidades en el horizonte, porque su contrato con NASA contempla cuatro misiones. Las dos siguientes serán, por tanto, IM-3 e IM-4, que viajarán con sus respectivos aterrizadores. Aunque tendremos que esperar un tiempo.

En el caso de IM-3 no se espera que despegue antes de octubre de 2025. IM-4 tendrá lugar, como pronto, en 2027. La industria aeroespacial privada seguirá siendo una parte importante de la exploración de la Luna. Si bien es cierto que, en el horizonte, está la gran pregunta sobre qué va a suceder con el programa Artemisa. Jared Isaacman se convertirá en el nuevo administrador de NASA en las próximas semanas. Tendrá que decidir si el programa sigue adelante en los términos actuales o, por el contrario, lo modifica… o incluso cancela.

Referencias: Universe Today