El módulo Nauka ya está rumbo a la Estación Espacial Internacional. Supondrá la primera expansión de la estación desde 2016 y permitirá ampliar la capacidad del laboratorio orbital. Además, es una señal más de la implicación de Rusia, al menos a corto plazo, con la estación…

El módulo Nauka ha tenido una historia accidentada…

El pasado 21 de julio, la agencia espacial rusa, Roscosmos, lanzó Nauka a bordo de un cohete Proton-M. Se trata del primer módulo nuevo, en la Estación Espacial Internacional, desde 2016. Su nombre significa ciencia y supone algunos avances importantes para mejorar la capacidad de la estación. El laboratorio espacial, a poco más de 400 kilómetros de altura sobre la superficie de la Tierra, solo había recibido algunas escotillas y puertos de atraque nuevos en los últimos años. En esta ocasión, se incorpora un módulo que se venía retrasando desde hace años…

El módulo ruso Nauka pone rumbo a la Estación Espacial Internacional
Concepto artístico del módulo Nauka acoplado a la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA

Una de las principales funciones de Nauka será su sistema de guiado y navegación. Permitirá que la estación disponga de una mayor capacidad de control de altura. El módulo, de 13 metros de longitud, contiene en su interior nuevas instalaciones de investigación, así como espacio para almacenamiento. También incorpora cuartos de descanso para la tripulación de la estación. Algo especialmente importante tras los avances de Estados Unidos. Al recuperar su capacidad para enviar seres humanos al espacio, puede haber mayores tripulaciones.

La capacidad de SpaceX, con su cápsula Crew Dragon, y Boeing, con su próxima cápsula Starliner, que tendrá un nuevo vuelo de prueba en solo unas semanas, permite que, junto a la Soyuz rusa, sea posible enviar tripulaciones cada vez más grandes a la estación. Nauka permitirá que esas tripulaciones puedan tener un hogar en la estación. El módulo, además, incorpora un brazo robótico que ha sido construido por la Agencia Espacial Europea. Es, en realidad, el equivalente al brazo Canadarm2 que ya se encuentra en la estación…

Participación europea en el módulo

El brazo mide 11 metros y ha sido concebido para moverse por el segmento ruso de la Estación Espacial Internacional. Canadarm2 no puede alcanzar esta parte. Su incorporación permitirá realizar reparaciones y mejoras según sea necesario. Su lanzamiento supone cerrar un desarrollo que ha sido muy difícil. Nauka ha pasado por años de problemas y retrasos. Inicialmente, se construyó como un repuesto del módulo Zarya. Este último fue el primer módulo lanzado de la Estación Espacial Internacional, allá por 1998. Nauka debía seguir sus pasos.

Llegaría mucho más tarde, pero se incorporaría a la estación, junto a Zarya, allá por 2007. Pero el lanzamiento no se pudo llevar a cabo y se sucedieron varios retrasos. Los motivos fueron desde pérdidas de combustible a garantías expiradas… y, por supuesto, el impacto de la pandemia del coronavirus. En los últimos meses, por si todo esto no fuese suficiente, se ha dudado de si Rusia seguiría implicada en la Estación Espacial Internacional en los próximos años. Desde la nación ya se había dejado entrever que su interés podría estar en otros lugares.

El lanzamiento de Nauka, en este sentido, supone un soplo de aire fresco para disipar esas dudas. Al menos a corto plazo, parece que la presencia de Rusia, y de los cosmonautas, está garantizada. Son buenas noticias para una estación espacial que, no hay que olvidarlo, es fruto de la cooperación internacional. En el futuro, de todos modos, sabemos que Rusia seguirá su propio camino con China en la construcción de otra estación espacial. Esta se encontrará en la órbita de la Luna, y es, en esencia, una respuesta a la Plataforma Lunar Orbital estadounidense.

El despliegue de Nauka está sufriendo contratiempos

Quizá era inevitable que, tras un desarrollo tan accidentado, el lanzamiento también tuviese sobresaltos. El despegue no tuvo complicaciones. Nauka alcanzó la órbita terrestre y desplegó su antena y paneles solares sin dificultades. Sin embargo, un fallo en su computadora provocó que su primera maniobra, para ampliar la órbita del módulo, fracasase. Tras un diagnóstico, se llevó a cabo un segundo intento el 22 de julio. Ahora sí, todo parece estar en orden. El módulo Nauka todavía tardará unos días en llegar a su destino.

Réplica de la cápsula Starliner, en el Houston Product Support Center de Boeing, en Texas. Crédito: NASA/Robert Markowitz

Alcanzará la Estación Espacial Internacional, a menos que surjan nuevos retrasos, el próximo 29 de julio. La próxima maniobra para ampliar la órbita de Nauka tendrá lugar, según se ha transmitido desde Roscosmos, el 27 de julio. Mientras tanto, en la propia estación se están llevando a cabo las operaciones necesarias para enfrentarse a la actividad que está por llegar a la estación. Por un lado, el puerto de acoplamiento Pirs será desechado esta semana. Tras separarse de la estación, se desintegrará en las capas altas de la atmósfera.

Por otro lado, la cápsula Crew Dragon, en la que viajó parte de la tripulación de la expedición actual, ha sido reubicada al extremo opuesto de la estación. De esta manera, el espacio dejado por Pirs será utilizado por Nauka para acoplarse. El puerto frontal, liberado por Crew Dragon, será utilizado por la cápsula Starliner de Boeing, que visitará la estación en una misión no tripulada de forma automática. Salvo sorpresa de última hora, es cuestión de días que la estación se amplíe con la llegada de un nuevo módulo, y que Boeing consiga, esta vez sí, completar su vuelo de prueba…

Referencias: Universe Today