China y Rusia han anunciado sus planes para trabajar conjuntamente en la construcción de una estación espacial lunar. Un movimiento que resulta poco sorprendente si tenemos en cuenta los últimos movimientos en la exploración espacial. Pero ¿qué tienen planeado?

Una estación espacial lunar abierta a más países

Rusia y China han anunciado que trabajarán conjuntamente en una estación espacial lunar. Un movimiento que, aunque puede resultar sorprendente, tiene sentido en el panorama actual. Por un lado, Rusia ha perdido parte del impacto que tuvo en la exploración espacial a finales del siglo XX. China, por su parte, ha realizado grandes avances y se ha incorporado a la carrera espacial como una de las grandes protagonistas. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo, a ojos de prácticamente todo el mundo, el líder de la carrera.

China y Rusia tendrán una estación espacial lunar
El módulo de mando de la misión Apolo 10 visto desde el módulo lunar. Crédito: NASA

Desde Roscosmos, la agencia espacial rusa, se ha anunciado que han firmado un acuerdo con la Administración Espacial Nacional de China (CNSA, por sus siglas en inglés). El objetivo es desarrollar un complejo de instalaciones de investigaciones experimentales, creados en la superficie, y/o en la órbita de la Luna. Desde la CNSA se ha dicho que el proyecto estará abierto a todos los países interesados, así como socios internacionales. Si todo sale adelante, este será el mayor proyecto de cooperación internacional espacial del gigante asiático.

Rusia, por su parte, quiere recuperar el trono de la carrera espacial. En 2021 se cumplen 60 años del primer vuelo tripulado al espacio. En abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar más allá de la Tierra. Dos años después, le siguió Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio. La NASA lanzó su primera misión tripulada al espacio un mes después de Rusia. Fue en mayo de 1961, cuando envió a Alan Shepard a bordo de la nave Mercury-Redstone 3. Pero esa ventaja rusa se perdió…

Una colaboración que resulta muy natural

En los últimos años, Rusia se ha ido descolgando, dejando que Estados Unidos y China se hayan convertido en los grandes protagonistas. El país asiático está llevando a cabo su propio programa espacial con resultados muy exitosos. El último, sin ir más lejos, es la misión Tianwen-1, enviada a Marte. En ella viaja un róver que intentará aterrizar en la superficie del planeta. De conseguirlo, supondrá que el país se convierta en el segundo del mundo, tras Estados Unidos, que logra posar con éxito una nave en la superficie del planeta rojo.

En diciembre también trajo muestras de suelo lunar de vuelta a la Tierra. Hacía más de 40 años que no se llevaba a cabo una misión de esta naturaleza. Pero la estación espacial lunar que han planteado es un paso más. Hay que recordar que China está excluida de la Estación Espacial Internacional, por ejemplo, a petición de Estados Unidos. Rusia también ha sido noticia al decidir no formar parte de los acuerdos de Artemisa. Son una pieza clave para el programa Artemisa, con el que el país norteamericano quiere volver a la Luna.

Desde Rusia se explicó que, a su juicio, el programa Artemisa está demasiado centrado en Estados Unidos. No es un proyecto lo suficientemente abierto a la cooperación internacional como para considerarlo atractivo. Por lo que una alianza entre China y Rusia, que han tenido sus diferencias con Estados Unidos, resulta de lo más lógica. De momento no ha trascendido más información sobre la estación espacial lunar que el hecho de que se quiere construir como parte de un proyecto conjunto. Habrá que esperar a más detalles.

La Luna está destinada a ser gran protagonista de los próximos años

Aunque Estados Unidos tiene el punto de mira puesto en Marte en estos momentos, la Luna va a cobrar mucho protagonismo próximamente. El róver Perseverance ya está asentado en el planeta rojo y ha comenzado a enviar las primeras imágenes y datos. En la década de 2030, se espera enviar una misión tripulada. Pero antes de eso, y también en paralelo, en la década de 2030, la Luna se convertirá en la gran protagonista de la exploración espacial. Especialmente en lo referente a misiones tripuladas, con cosas como el programa Artemisa.

Concepto artístico de una base lunar
Concepto artístico de una base lunar, formada por diferentes cúpulas, construida por medio de impresión 3D. Crédito: ESA/Foster+Partners

Aunque Rusia haya decidido no participar en el programa Artemisa, no hay que caer en el error de creer que la relación entre ambos países es mala. Pero su posición se ha debilitado gracias a la llegada de, por ejemplo, los lanzamientos tripulados de SpaceX a la Estación Espacial Internacional. Algo que le ha restado protagonismo a Rusia, que en los últimos años era la única nación con la capacidad de enviar misiones tripuladas hasta allí. Eso no impedirá que Rusia, próximamente, envíe astronautas rusos en las naves de la compañía de Elon Musk.

A todo esto, tenemos que sumarle proyectos como #dearMoon, la misión de SpaceX para llevar a un grupo de turistas a orbitar alrededor de la Luna y regresar a nuestro planeta. Así como la plataforma lunar orbital (una estación espacial que también estará en el entorno lunar), que permitirá llevar a cabo misiones de diferente tipo en nuestro satélite. Y, por supuesto, las bases lunares que podrían llegar en el futuro. Algo en lo que, por ejemplo, la Agencia Espacial Europea y China ya han expresado su interés en construir una de forma conjunta, hacia la década de 2030…

Referencias: Phys