El satélite Seosat Ingenio, de España, y Taranis, de Francia, han fracasado en sus respectivas misiones debido a un lanzamiento fallido de la compañía Arianespace. Su cohete Vega experimentó un error que provocó que ambos satélites se perdiesen, marcando el segundo fallo de la compañía en tiempos recientes…

El satélite Seosat Ingenio no llegó a entrar en órbita

El lunes, 16 de noviembre de 2020, la compañía Arianespace llevó a cabo un lanzamiento para poner en órbita los satélites de España y Francia. El cohete empleado, Vega, está formado por cuatro fases y despegó desde el Centro Espacial de Guyana, en Kourou, Guyana Francesa, a las 02:52 de la madrugada del martes (horario peninsular español). Inicialmente, parecía que todo transcurría sin novedades. A los 8 minutos, sin embargo, algo provocó que el cohete fallase en su trayectoria y la misión se terminó declarando perdida.

Fracasa el lanzamiento del satélite Seosat Ingenio
El cohete Vega en la plataforma de lanzamiento. Crédito: ESA/S. Corvaja

Todo sucedió cuando Vega arrancó su cuarta fase, llamada Avum. El cohete se desvió de su trayectoria y entró, según ha explicado Arianespace, en una órbita degradada. A partir de ahí, se perdió el contacto con las estaciones en tierra. El incidente comenzó justo después del encendido del motor de la cuarta fase. Todavía no está claro qué es lo que sucedió, pero los ingenieros de la compañía tendrán mucho trabajo por delante para determinar qué es lo que ha sucedido. Para colmo de males, es el segundo gran problema del cohete en apenas dos años.

En 2019, otro cohete Vega fracasó durante el lanzamiento de un satélite para los Emiratos Árabes Unidos. En una investigación posterior, se consiguió desvelar que el problema se encontraba en un motor. Ya en septiembre de 2020, el cohete volvió a volar, desplegando 53 pequeños satélites para 21 clientes diferentes. Fue una misión exitosa que, por desgracia, no era señal de lo que estaba por venir en el futuro. Ahora quedará ver qué sucede con la investigación y cuál resulta ser la causa del fallo. Está claro, sin embargo, que no es una buena imagen para Arianespace.

Dos satélites para observar la Tierra

El satélite Seosat Ingenio era el primer satélite de observación de España para el programa de la Agencia Espacial Europea para estudiar la Tierra. Llevaba una cámara dual de alta resolución, capaz de observar nuestro planeta con una resolución de 2,5 metros. Además, tenía la capacidad de mirar tanto hacia abajo como hacia a sus lados, de modo que podía observar un mismo punto de nuestro planeta durante tres días. Uno de sus principales objetivos era la observación de España, proporcionando diferentes datos para la nación.

La Tierra, vista el 6 de julio de 2015, desde una distancia de 1,5 millones de kilómetros. Crédito: NASA

En el caso de Francia, su satélite Taranis (abreviatura de Tool for the Analysis of RAdiation From LightNing and Sprites) era un satélite diseñado con el objetivo de observar fenómenos eléctricos, tremendamente brillantes, en las capas altas de nuestro planeta. Se esperaba que pudiese estudiar diferentes fenómenos, así como los flashes de rayos gamma a lo largo de un período de cuatro años. TARANIS, por tanto, tenía como objetivo principal ayudar a comprender mejor algunos de los fenómenos que se pueden observar durante las tormentas.

Ambos satélites, Seosat Ingenio y Taranis, iban a ser herramientas muy útiles y, probablemente, un impulso más que interesante para Francia y España. Para poder poner uno de estos satélites en órbita es necesaria la participación de multitud de personas y empresas. No es sencillo diseñar un instrumento así y la noticia es un jarro de agua fría. En una industria en la que cada vez hay lanzamientos más fiables (SpaceX destaca especialmente en este aspecto, pero no es la única), parece lógico suponer que la imagen de Arianespace se verá afectada en mayor o menor medida.

Arianespace ya está trabajando en la nueva versión de Vega

El cohete Vega de Arianespace tiene casi 30 metros de altura y está compuesto por tres fases de combustible sólido (las tres primeras) y una fase de combustible líquido, que es la cuarta y más alta del cohete. Es ese módulo el que se conoce como Avum (por su nombre, attitude and vernier upper module), que es el que ha provocado el fallo de la misión. Los cohetes Vega son capaces de transportar cargas de hasta 1500 kilos a órbitas de hasta 700 kilómetros sobre nuestro planeta. Desde 2012, se ha lanzado en 17 ocasiones, con dos fallos en su servicio.

El cohete Falcon Heavy durante la prueba de encendido estático.
El cohete Falcon Heavy durante una prueba. Crédito: SpaceX

La Agencia Espacial Europea y Arianespace están trabajando en una versión mejorada de Vega, denominada Vega C, que tendrá la capacidad de transportar 2300 kilos al espacio. En ese nuevo modelo, se reemplazarán las dos primeras fases del cohete, en comparación a Vega. No se espera que entre en operación hasta 2021. A su vez, Vega C ya tiene a su sucesor en camino, será otro cohete, Vega E, que continuará desarrollando lo planteado ya por Arianespace con el cohete Vega C. Habrá que esperar, eso sí, hasta 2024 para verlo en marcha.

Sea como fuere, al margen de la decepción lógica por el lanzamiento fallido de Arianespace, estamos ante un recordatorio más de que la exploración y la investigación espacial no es sencilla. En una época en la que tenemos compañías tan exitosas como SpaceX bien podría parecer lo contrario, pero la posibilidad de que una misión salga mal existe, como hemos visto en algunos casos. Lo peor de todo es que las noticias para Francia y España son las peores imaginables. El trabajo de los últimos tiempos, en esos satélites, no dará resultados…

Referencias: Space