Hace unos 3900 millones de años, el Sistema Solar pasó por algo conocido como el Bombardeo Intenso Tardío, cuya causa no está completamente clara. En aquella época, la Luna y los planetas rocosos sufrieron multitud de impactos. Ahora, un grupo de investigadores ha intentado entender qué lo provocó…

Las hipótesis sobre la causa del Bombardeo Intenso Tardío

La Luna, a diferencia de la Tierra, no renueva su superficie constantemente. Esto permite conocer la historia del Sistema Solar remontándose hasta su infancia. Así, se sabe que, hace unos 3900 millones de años, la Luna fue sometida a un gran bombardeo. Pero hasta ahora no estaba completamente claro qué lo provocó. Un grupo de investigadores ha puesto a prueba diferentes hipótesis, con una medición muy precisa de las rocas lunares. Su conclusión es que el bombardeo de la Luna se remonta a un período de impactos continuos.

¿Cuál fue la causa del Bombardeo Intenso Tardío?
Rocas lunares traídas por los astronautas del programa Apolo. Crédito: NASA

Esos asteroides eran, en realidad, restos de la fase principal de formación de la Tierra. Algunos de los cráteres de la superficie del satélite se remontan a ese período. La estimación de la edad de rocas lunares, formadas durante esos impactos muestran una tendencia hacia un origen hace unos 3900 millones de años. Aproximadamente, unos 500 millones de años después de la formación del satélite. Estas observaciones son las que han llevado a la teoría del Bombardeo Intenso Tardío. Pero ¿qué provocó ese episodio?

¿De dónde vinieron los asteroides que golpearon la Luna? Generalmente se han planteado dos grandes escenarios. En uno, estos asteroides eran los restos de la formación de la Tierra (en el caso de asteroides que golpearon la Luna). La frecuencia de esos impactos se reduciría con el paso del tiempo. En el otro escenario, hace unos 3900 millones de años, la inestabilidad en la órbita de los gigantes gaseosos (como Júpiter o Saturno) provocó un aumento de impactos de asteroides y cometas. En este caso, procederían de las regiones exteriores del Sistema Solar.

La utilidad de las muestras lunares

Los investigadores analizaron las rocas lunares que se formaron durante el bombardeo hace 3900 millones de años. Esas rocas contienen pequeños glóbulos de metal, formados por el material de los asteroides que impactaron en la superficie. Al estudiar la composición de los isótopos de esos glóbulos de metal, los investigadores pueden determinar en qué lugar del Sistema Solar se originaron. Centraron su atención en dos elementos, el rutenio y el molibdeno. Ambos muestran cambios sistemáticos en sus isótopos en función de en qué región se formasen.

Así, los investigadores explican que el bombardeo de la Luna fue producido por los mismos objetos que formaron tanto la Tierra como la Luna. Por tanto, los cráteres que podemos observar en el satélite, pertenecientes a aquella época, debieron formarse por un bombardeo continuo, producto de los asteroides sobrantes de la fase de formación de la Tierra. Esto, además, permite descartar que, en aquella etapa del Sistema Solar, se produjese un aumento de impactos con los objetos que se encontraban en las regiones más externas de nuestro rincón de la Vía Láctea.

Esto, sin embargo, obliga a formular otra pregunta. Si los impactos se produjeron de forma continuada, con una frecuencia cada vez más baja, ¿por qué la mayoría de cráteres datan aproximadamente del mismo período (los ya mencionados 3900 millones de años)? ¿qué lo provocó? En ocasiones anteriores, se ha sugerido que las rocas lunares estudiadas hasta ahora proceden de una misma cuenca de impacto. Concretamente, del Mare Imbrium, que se encuentra en la parte norte-central- del hemisferio de la Luna que podemos ver.

Las hipótesis para la causa del bombardeo intenso tardío podrían ser correctas pero no simultáneas

Gracias a los cálculos teóricos, de las órbitas de los planetas gigantes, se sabe qué debió suceder en las primeras etapas del Sistema Solar. En algún momento, en sus primeras etapas, las órbitas de los gigantes gaseosos tuvieron que cambiar. En ese proceso, dispersaron una gran cantidad de objetos, enviándolos de las regiones exteriores a las interiores del Sistema Solar. Esos objetos colisionaron tanto con la Tierra como con la Luna. Pero, teniendo en cuenta que no parece haber señal alguna de esas colisiones, en los cráteres de la Luna, ¿cuándo sucedió?

Vista del sur del Mare Imbrium, en la Luna. Crédito: NASA

Los investigadores explican que, necesariamente, debieron tener lugar antes del bombardeo. Es decir, el cambio en las órbitas de los gigantes gaseosos (y los impactos provocados por los objetos dispersados) tuvo que producirse mientras la Tierra todavía se encontraba en fase de formación. Es decir, aproximadamente cuando el Sistema Solar tenía apenas unos 100 millones de años. Algo que, según añaden, encaja muy bien con los modelos dinámicos que se han desarrollado recientemente. Por lo que parecería ser una buena explicación.

Con todo esto en mente, los investigadores también añaden que su estudio demuestra otra cosa. Los planetas terrestres incorporaron el agua, de los objetos procedentes de los confines del Sistema Solar, en una fase muy temprana. Probablemente durante su formación. Así se dieron las condiciones para que, con el paso del tiempo, la vida pudiese surgir en nuestro planeta. El estudio vuelve a poner de relieve, una vez más, la importancia de estudiar la Luna. Es una herramienta fantástica para entender el pasado del Sistema Solar…

Estudio

El estudio es E. Worsham, T. Kleine; «Late accretionary history of Earth and Moon preserved in lunar impactites». Publicado en la revista Science Advances el 29 de octubre de 2021. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys