Hay capas de hielo a poca profundidad bajo la superficie de Marte. Esta es la conclusión de un nuevo estudio sobre el planeta rojo. La noticia es positiva en muchos sentidos, desde comprender mejor su pasado, hasta la exploración humana en el futuro…
Un lugar cálido y húmedo
No es ningún descubrimiento decir que, en el pasado, Marte fue un lugar cálido y húmedo. El agua cubría mucha de su superficie. Sin embargo, hace entre 4.200 y 3.700 millones de años, el planeta perdió la mayor parte de su atmósfera. En el proceso, la mayor parte del agua de su superficie también se evaporó. Hoy en día, lo que queda está oculto bajo la superficie, en forma de hielo y confinado, principalmente, a las regiones polares.
En los últimos años, ya se había observado que hay depósitos de hielo en las regiones ecuatoriales del planeta rojo. Sin embargo, no estaba claro a qué profundidad. Eso es lo que ahora, en un nuevo estudio, ha cambiado. La erosión de la superficie ha revelado depósitos de hielo (de agua) muy abundantes. Es una gran oportunidad de investigación a corto plazo. A largo plazo, podrían servir como fuente de agua para futuros asentamientos marcianos, si es que se construyen…
Para esta investigación, los científicos han consultado los datos del experimento HiRISE, de la nave Mars Reconnaissance Orbiter (MRO). Gracias a ellos, se han encontrado ocho ubicaciones, en las latitudes medias de Marte, muy prometedoras. Allí, las pendientes, creadas por la erosión, han dejado al descubierto cantidades considerables de hielo. Lo más interesante, es que estos depósitos podrían tener 100 metros (o más) de profundidad.
Capas de hielo robustas
Las fracturas y el ángulo de las pendientes indica que el hielo es fuerte, y eso es una novedad. Aproximadamente, una tercera parte de la superficie de Marte tiene hielo bajo su superficie. Ese hielo, por cierto, permite contar la historia del planeta. Con estas observaciones, los científicos han visto secciones de ese hielo. Es algo que les permite obtener un modelo 3D mucho más completo de lo que se había logrado hasta ahora.
Estos depósitos, por lo que parece, están compuestos de agua congelada relativamente pura. Seguramente fueron depositados en forma de nieve hace mucho tiempo. Desde entonces, han sido tapados por una capa de roca, polvo y hielo de un espesor de entre uno y dos metros. Las ocho ubicaciones observadas están tanto en el hemisferio norte como el sur de Marte, a latitudes de entre 55º y 58º. Es decir, la mayor parte de la superficie.
Como seguramente sospeches, es un hallazgo importantísimo. Ofrece grandes oportunidades de investigación científica en Marte. No solo afecta a la morfología moderna del planeta. Es, también, un registro histórico del clima del planeta. Es decir, con el rover Curiosity, ahora se está estudiando el pasado de Marte. Se hace examinando los depósitos de sedimentos del cráter Gale. En futuras misiones, se podría perforar ese hielo para obtener otros registros geológicos y compararlos.
Las capas de hielo no son nuevas
Estas capas de hielo ya habían sido detectadas por la nave Mars Odyssey, así como el radar de la Mars Reconnaissance Orbiter y la nave Mars Express de la Agencia Espacial Europea. La NASA también envió la nave Phoenix a Marte en 2008, para confirmar los hallazgos hechos por la nave Mars Odyssey. El resultado fue el descubrimiento, y análisis, de hielo localizado en una latitud de 68º norte.
Entonces, ¿cuál es la novedad? Estos ocho escarpes, que han sido detectados en los datos de Mars Reconnaissance Orbiter, han expuesto directamente este hielo, que estaba bajo la superficie, por primera vez. Como explica uno de los investigadores del estudio, poder ver estas secciones del hielo es como observar un hormiguero a través de uno de esos cristales laterales, que te permiten ver qué está pasando bajo la superficie.
Con estos estudios, es posible que se puedan resolver algunas incógnitas sobre cómo ha ido cambiando el clima de Marte a lo largo del tiempo. Hoy en día, la Tierra y el planeta rojo tienen ejes con una inclinación muy similar. La inclinación del eje marciano es de 25,19º, mientras que el terrestre tiene un ángulo de 23,44º. Sin embargo, esta inclinación no es fija. Ha cambiado considerablemente a lo largo del tiempo.
Estudiando el clima a través del hielo.
Los científicos se han preguntado, muchas veces, cómo cambian las estaciones en función de si la inclinación aumenta o disminuye. Por ejemplo, durante las épocas en las que la inclinación de Marte fuese mayor, el clima podría haber favorecido la formación de hielo en latitudes medias. Los científicos tienen alguna sospecha sobre cómo se formaron esas capas de hielo, basándose en las bandas del terreno y la variación de color.
Creen que esas capas de hielo, en las ocho regiones observadas, fueron depositadas en proporciones, y con cantidades de polvo, diferentes. Además, las condiciones climáticas también fueron variables. Así que, una misión en uno de esos lugares, podría analizar las capas en el escarpe. Al hacerlo, obtendríamos un registro climático detallado de Marte. Con eso, los científicos podrían comprender qué le sucede al agua allí. ¿A dónde va?, ¿cuándo se forma el hielo?, ¿cuándo retrocede?.
Evidentemente, comprender el clima de Marte nos ayudaría a entender mucho mejor cómo ha evolucionado el planeta. Pero también tiene otras utilidades. Si en algún momento se encontrasen evidencias de que hubo vida en el pasado (algo que solo se sospecha), se podría estudiar cómo terminó la vida, en qué momento, y en qué condiciones. Eso, sin olvidar que tiene una utilidad práctica en el futuro cercano…
Buenas noticias para la construcción de bases
La presencia de capas de hielo en diferentes ubicaciones de Marte, en latitudes medias, es una noticia tremenda para la posibilidad de crear asentamientos permanentes en el planeta rojo en el futuro. Si estas capas de hielo son abundantes, y están a solo unos pocos metros de profundidad, son relativamente fáciles de acceder. A fin de cuentas, podemos perforar 2 metros de superficie sin grandes complicaciones.
Pero, además, es posible que ni siquiera sea necesario perforar. Sólo hace falta buscar regiones en las que la erosión, de forma periódica, deje ese hielo al descubierto. Además, permitiría que las bases no tengan que ser construidas cerca de las regiones polares para poder acceder a ese agua. Eso sí, en cualquier caso, no hay que olvidar que estamos hablando de algo a muy largo plazo. De momento, el objetivo es lograr enviar astronautas en 2030.
Todo esto, al final, tiene otra lectura. Nos muestra los beneficios de analizar un planeta durante períodos de tiempo prolongados. Los hallazgos han sido posibles gracias al trabajo de la nave Mars Reconnaissance Orbiter. Lleva 11 años observando el planeta rojo. La nave Mars Odyssey, por su parte, ya lleva 16. En este tiempo, nos han permitido comprender que hay muchos motivos, y oportunidades, para enviar misiones a la superficie de Marte en el futuro.
El estudio es C. M. Dundas, A. M. Bramson, et al.; «Exposed subsurface ice sheets in the Martian mid-latitudes». Publicado en la revista Science el 12 de enero de 2018. Puede ser consultado en este enlace.
Referencias: Universe Today
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