El plan de Elon Musk para Marte no deja de seguir avanzando. Es refrescante, porque parece empeñado en renovar nuestro interés por la exploración espacial. Pero no nos engañemos, es un plan muy ambicioso, y extremadamente complejo…

El plan de Elon Musk para Marte y el entorno de la Tierra

Concepto artístico del Sistema de Transporte Interplanetario (STI) en una misión de suministro a la Estación Espacial Internacional.
Crédito: SpaceX

Durante años, SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk para reducir los gastos asociados a la exploración del espacio, ha estado al frente del desarrollo del vuelo espacial privado. Sus intentos por desarrollar los cohetes reutilizables nos han dejado resultados fascinantes. Cada vez nos acercamos más a la próxima generación de vehículos espaciales. Naves que serán completamente reutilizables. Pero el sudafricano también ha sabido llamar la atención por sus planes a largo plazo.

El 29 de septiembre de 2017, durante el Congreso Internacional de Astronáutica, en Australia, conocimos el plan de Elon Musk para Marte y el espacio. Su intención es enviar naves al planeta rojo en la próxima década. Pero, además, sin irse tan lejos, también tiene sus propios planes para la Tierra. Aquí, espera que los viajes aeroespaciales entre las grandes ciudades de nuestro planeta sean una realidad en el futuro cercano.

El título de la presentación no dejó mucho lugar a dudas sobre el objetivo de SpaceX: Construyendo una vida interplanetaria. En ella, conocimos los últimos intentos de SpaceX por construir el ambicioso Sistema de Transporte Interplanetario. Un gigantesco cohete que, desde hace tiempo, ha sido la gran pieza clave en el plan de Elon Musk para Marte. Con esta nave, podremos enviar colonos y cargamento al planeta rojo.

Viajes a Marte y en el espacio terrestre

Concepto artístico de la Base Lunar Alfa. Se trata de un puesto lunar imaginado por SpaceX, que recibiría suministros del STI.
Crédito: SpaceX

Lo que más llama la atención, sin duda, es que, a juicio de Elon Musk, es imposible hablar de hacer viajes regulares a Marte sin que eso implique la creación de un sistema de transporte aeroespacial. A su razonamiento no le falta ni una pizca de razón. La colonización del planeta rojo nos obliga a crear una flota de cohetes gigantescos. Los viajes aeroespaciales serían una forma fantástica de financiar su construcción.

Es decir, una versión pequeña del STI (por sus siglas) permitiría desplazar a gente desde la Tierra a la órbita baja de nuestro planeta. Es una buena forma de pagar la construcción de esa flota y, en palabras de Musk, debería ser capaz de cumplir con todo lo que podemos necesitar en la órbita del planeta. Por todo esto, quizá ahora comiences a comprender por qué lo considero un plan ambicioso (especialmente pensado en que quiere llevarlo a cabo en la próxima década).

SpaceX ya está trabajando en los componentes del STI. La previsión que tienen es comenzar a construir la primera nave en un plazo de seis a nueve meses. Pero el plan de Elon Musk para Marte y el espacio no acaba ahí. Cree que, en un plazo de cinco años, habrán construido las dos primeras naves del STI. A partir de ese momento, podrían comenzar los viajes a Marte para llevar cargamento. A partir de 2022, según ha contado, podríamos mandarlas en busca de la mejor fuente de agua.

Construyendo los cimientos para Marte

Animación que muestra la creación de una colonia en Marte.
Crédito: SpaceX

Esa fuente de agua es imprescindible. Serviría para fabricar el combustible para cohetes que se usaría en las misiones de retorno. Además, sería la fuente de agua potable para la colonia que Elon Musk aspira a construir en el planeta rojo. A esto, hay que sumarle otros objetivos como transportar la infraestructura clave hasta Marte. Es decir, el equipo necesario para proporcionar energía, soporte vital y operaciones de extracción de material de futuras misiones.

A todo esto, en 2024, le habría que sumar cuatro naves que emprenderían otro viaje. Serían los responsables de llevar gente, equipo y provisiones. Sin embargo, el precio de estos cohetes, y las misiones que llevarían a cabo, sería enorme. Así que Elon Musk ha explicado que hay diferentes actividades en las que el STI podría participar para ayudar a financiar las misiones a Marte. Algunas son muy interesantes.

Entre ellas, estaría el lanzamiento de satélites, misiones de servicio para la Estación Espacial Internacional, así como misiones en la superficie de la Luna. Además, Musk también ha explicado cómo estos cohetes, o una versión más pequeña, podrían permitir los viajes aeroespaciales entre las grandes ciudades del mundo. Según sus cálculos, sería posible viajar de Bangkok a Dubái en 27 minutos, y de Tokio a Nueva Delhi en tan solo 30 minutos.

Muchos desafíos a los que enfrentarse

Concepto artístico del observatorio del Sistema de Transporte Interplanetario de SpaceX.
Crédito: Elon Musk/Spacex

El plan de Elon Musk para Marte y el espacio de la Tierra no está libre de obstáculos, pero las ideas son interesantes. El viaje aeroespacial, según cuenta Musk, eliminaría muchas de las molestias del vuelo tradicional. Al salir de la atmósfera no habría turbulencias ni nada similar. La mayor parte de viajes de larga distancia se podrían hacer en una media hora y, como dice, si están construyendo algo para ir a la Luna y Marte, ¿por qué no usarlo para ir a otros lugares del planeta?

Esta propuesta tiene muchos paralelismos con otra propuesta de Elon Musk de 2013. En ella, proponía un quinto modo de transporte, el llamado Hyperloop. Un modo de transporte que aprovecharía los beneficios de poca resistencia al aire, poco ruido, y la capacidad de transportar viajeros a altas velocidades en muy poco tiempo. Pero claro, en el caso del viaje aeroespacial, la gran pregunta sigue siendo cuál sería el precio del billete. Seguro que, al menos al principio, no será barato.

Pero al margen del posible coste, hay muchas otras cuestiones técnicas y de ingeniería a las que hacer frente. Por las características de las órbitas de Marte y la Tierra, los viajes entre ambos planetas sólo se pueden hacer una vez cada dos años. Además, hace falta varios meses de viaje para llegar hasta el planeta rojo. Durante ese tiempo, el STI y su tripulación estarán expuestos a una cantidad significativa de radiación.

Viejas preocupaciones para nuevos retos

Concepto artístico del STI posándose en la superficie de Europa.
Crédito: Elon Musk/SpaceX

No son descubrimientos nuevos. Son los mismos retos a los que se tiene que enfrentar la NASA. La agencia americana también ha propuesto una misión tripulada a Marte. Si finalmente se realiza, tendrá lugar en algún momento de 2030. Si algo ha demostrado Elon Musk, es una capacidad más que destacable para enfrentarse a tareas que parecen monumentales. Basta ver el desarrollo de cohetes reutilizables, coches eléctricos o Hyperloop.

En ese mismo congreso, además, hemos conocido más información sobre otros proyectos de diferentes agencias espaciales y compañías privadas de todo el mundo. La exploración espacial parece estar, de nuevo, muy presente en las mentes de muchos. Así, se ha anunciado recientemente que la agencia Rusa (Roscosmos) participará en el proyecto de la NASA para desarrollar una estación espacial en la órbita de la luna: el Portal de Espacio Profundo.

Otros planes incluyen misiones a la Luna y Marte en las próximas décadas. La NASA, la ESA, Roscosmos, la IRSO (agencia espacial india), la CNSA (agencia espacial china) y JAXA (agencia espacial japonesa) van a estar muy ocupadas. Entre orbitadores, róvers e incluso misiones tripuladas, las décadas de 2020 y 2030 prometen ser muy entretenidas. Si todo se lleva a cabo, será un soplo de aire fresco en la exploración espacial. Muy necesario después de décadas de poco movimiento más allá de nuestra órbita.

Referencias: Universe Today