Un grupo de investigadores plantea utilizar burbujas espaciales para mitigar el calentamiento global. La idea es, en esencia, reducir la cantidad de luz solar que llega a la superficie del planeta. El concepto, sin embargo, es muy vago y no está claro cómo podría llevarse a la realidad…

El motivo de plantear usar burbujas espaciales

El calentamiento global es uno de los grandes retos de la actualidad. La emisión de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono y el metano) por parte del ser humano, está teniendo un efecto notable. Ha provocado un aumento de la temperatura global media a una velocidad sin precedentes en la escala geológica de la Tierra. El problema es tan serio que los intentos para mitigar la subida de temperaturas pueden ser demasiado pequeños o llegar demasiado tarde. Así, nos encontramos con la solución planteada en este artículo.

Burbujas espaciales para el calentamiento global
La luna sobre un paisaje completamente nevado. Crédito: Pexels/invisiblepower

Un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha sugerido utilizar burbujas espaciales. La idea es extraña, pero se apoya en dos grandes áreas de preocupación. Por un lado, aunque atajásemos el problema mañana mismo, y se redujesen a cero las emisiones de gases de efecto invernadero, el daño ya está hecho. Aunque mañana mismo las emisiones desapareciesen por completo, tenemos que enfrentarnos a las consecuencias de más de un siglo de industrialización avanzada. Porque ha sido lo que ha colocado a la Tierra en esta situación.

De modo que, aunque se pare mañana mismo, todavía tendríamos que enfrentarnos a los impactos del calentamiento global durante décadas. Quizá incluso durante siglos. Es decir, no podríamos evitar la subida del nivel del mar, enfrentarnos a más fenómenos meteorológicos extremos, ni a las perturbaciones en las regiones de producción de comida. Por otro lado, hay que pensar en cómo se puede mitigar el impacto del calentamiento global, para evitar que las cosas sigan empeorando. Hay varias formas de afrontarlo.

El impacto en la atmósfera terrestre

Por un lado, se puede secuestrar, o eliminar, el carbono de la atmósfera. O bien, de alguna manera, limitar la cantidad de luz solar que llega a la superficie del planeta. Una forma de conseguirlo sería liberar aerosoles en la atmósfera. El equipo entiende que, por lo general, es una mala idea. El sistema climático de la Tierra es muy complejo y dinámico. La introducción de factores artificiales en la atmósfera no puede alterarse. Así que, en su lugar, centran su atención en el espacio. La idea es desarrollar una balsa con membranas repletas de burbujas.

Esas membranas reflejarán o absorberán un porcentaje de la luz solar, que llegaría a la Tierra, bloqueándola por completo. Los investigadores explican que no hace falta que sea una cifra alta. Tan solo un 1,5% podría ser suficiente para eliminar por completo los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero. La idea puede parecer interesante, pero se desarma con bastante facilidad. Por ejemplo, el equipo no ha planteado cómo se fabricarían esas burbujas, ni cómo se enviarían a su destino. Habría que enviarlas cerca del punto L1 (de Lagrange) del sistema Tierra-Sol.

Además, esa balsa tendrá que mantenerse estable, equilibrando las fuerzas gravitacionales de la Tierra, el Sol, y el resto de planetas del Sistema Solar. Además, tendrán que enfrentarse a la presión de radiación del propio Sol. Así como a la constante lluvia de viento solar y micrometeoroides. No solo eso, para bloquear una pequeña parte de la luz solar, hace falta una estructura de miles de kilómetros. Así que se convertiría, automáticamente, en la estructura más grande jamás lanzada al espacio. Desde el punto de vista de la ingeniería, sería muy complejo.

Las burbujas espaciales serían reversibles

Los investigadores aseguran que una ventaja del sistema es que sería completamente reversible. Es cierto pero solo parcialmente. Aunque la estructura se puede deshacer sin muchos problemas (dejando que abandone su órbita), el clima de la Tierra es muy complejo. ¿Cuál sería el efecto total de bloquear incluso un 1,5% de la luz solar a lo largo de años, décadas y siglos? ¿Cómo puede afectar a la biosfera, a la cobertura de nubes o la evaporación de los océanos? Son preguntas muy difíciles de contestar para un sistema que todavía no entendemos bien.

La Tierra
La Tierra vista desde el espacio. Crédito: NASA

La realidad es que, por ahora, hay mucho que no entendemos sobre la dinámica del sistema climático y los efectos que pueden provocar pequeños cambios. Además, reducir la cantidad de luz solar que llega a la Tierra tampoco resuelve la cuestión de fondo. Estamos dañando el clima y biosfera de la Tierra. Si podemos desarrollar una solución para seguir haciendo lo que queremos, ¿por qué dejar de emitir gases de efecto invernadero y seguir contaminando el planeta? A fin de cuentas, solo habría que añadir más burbujas a la balsa.

Así que la raíz del problema seguiría existiendo. El equipo del MIT, de todos modos, añade también que hay mucho trabajo por hacer antes de que algo así se pudiese convertir en realidad. Lo más probable es que esta no sea la solución que se convierta en realidad en el futuro. No deja de ser, sin embargo, una demostración más de que el calentamiento global es un problema muy serio y que no son pocas las personas que están intentando encontrar una solución. El problema es que quizá llegue cuando ya sea demasiado tarde…

Referencias: Universe Today