Una potente tormenta solar ha dejado auroras espectaculares a lo largo de este fin de semana. La diferencia, respecto a la actividad habitual del Sol, es que han sido visibles en lugares mucho más lejanos de lo habitual, llegando a verse en zonas como las Islas Canarias…
Unas auroras espectaculares… y pocas preocupaciones
Durante este pasado fin de semana, hemos podido observar una potente tormenta solar que ha dejado auroras espectaculares a lo largo y ancho de la Tierra. Las mejores noticias son que, en general, solo ha presentado pequeñas perturbaciones en el servicio eléctrico, comunicaciones y en los satélites de posicionamiento global (es decir, GPS). La NOAA (Oficinal Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) advertía, ya en la noche del viernes, de que las condiciones de tormenta geomagnética extrema continuarían durante el fin de semana.
En aquel momento ya había algunos informes de inestabilidad en algunas instalaciones eléctricas, degradación en las comunicaciones en alta frecuencia (esto es algo que sucede con cierta frecuencia) y en los sistemas de posicionamiento global. Sin embargo, al menos en Estados Unidos, no se informó de ningún impacto significativo por la tormenta. Lo mismo ha sucedido en el resto del mundo, donde lo que hemos visto es multitud de imágenes de las auroras que se han producido durante las últimas horas.
Durante la mañana del sábado, el equipo de Starlink, de SpaceX, anunciaba en su página web que el servicio estaba funcionando de manera degradada y que se estaba investigando. Elon Musk llevó a publicar que los satélites estaban bajo mucha presión, pero que aguantaban el envite de la tormenta. Mientras tanto, en todo el mundo proliferaban las imágenes de auroras con tonos morados, amarillentos y rosados. En Europa, las auroras llegaron a verse muy al sur de lo habitual. No se limitó únicamente a la Península Escandinava y el norte de Reino Unido…
Un espectáculo poco habitual
En la noche del viernes al sábado, especialmente, se avistaron auroras en lugares tan lejanos como las Islas Canarias (donde no se avistaba ninguna desde 1770, probablemente producto de una enorme tormenta solar que tuvo lugar en septiembre de aquel año y que, se plantea, puede que fuese incluso más potente que el Evento Carrington), diferentes lugares de la Península Ibérica, Italia e incluso China. En el hemisferio sur, también provocó que las auroras se viesen mucho más al norte de lo habitual, llegando a ser observables en territorio argentino y chileno.
En Estados Unidos, las auroras llegaron a ser visibles desde lugares tan al sur como Florida. También fueron observadas en el Caribe y México. En Asia, incluso en India fue posible observar el espectáculo. Para millones de personas en todo el mundo, ha sido la primera vez que han podido observar este fenómeno en primera persona. en lugar de tener que conformarse con las habituales fotografías y vídeos capturados en las regiones habituales. Las auroras polares son un espectáculo que, en ocasiones, puede alejarse mucho de su zona habitual.
Ya en la jornada del viernes, la expectación se disparó en el momento en el que se avisaba de que había tres llamaradas emitidas por el Sol, rumbo a la Tierra. Tanto en la jornada del sábado, como el domingo, ha sido posible observar auroras mucho más lejos de lo habitual. Si bien parece que no tan lejos como sucediese en la del viernes, al menos en algunos lugares del planeta). Para la mayoría de personas, estas tormentas no suponen ningún tipo de preocupación, ni es necesario tomar medida alguna.
Un dolor de cabeza para operadores de satélites y plantas de energía
No es así para aquellos que trabajan con satélites o en plantas de energía. En ocasiones, puede que necesiten tomar precauciones para evitar cortes en el servicio. En este contexto, las tormentas solares sí suponen algo más que un bonito espectáculo en el firmamento. Supone una amenaza para, por ejemplo, las líneas eléctricas de alta tensión (pero no lo es para el tendido eléctrico de nuestros hogares). En el caso de los satélites, su impacto sí se puede notar indirectamente al afectar a servicios como el GPS.
En 2003, una tormenta geomagnética muy potente dañó parte de la instalación eléctrica en Suecia. Así como transformadores en Sudáfrica, por lo que hay ejemplos que ilustran ese impacto. Pero, en cualquier caso, lo más importante es que, para la inmensa mayoría de la población, es la oportunidad de observar un fenómeno único. Lo más aconsejable, si queremos ver una aurora, es utilizar la cámara de nuestro teléfono (especialmente si tiene algo como un modo nocturno). Pueden captar más luz que la que observan nuestros ojos.
Las auroras en latitudes tan lejanas suelen ser muy tenues y puede ser difícil observarlas a simple vista (aunque siguen siendo espectaculares). Por lo que una imagen de una cámara nos va a permitir observar mejor el firmamento. Si en esta ocasión no ha habido suerte, debido a la meteorología hay buenas noticias. Esto puede repetirse en los próximos meses, ya que el Sol está entrando en el máximo solar, el período de mayor actividad. Por lo que, seguramente, habrá más tormentas similares. Quizá nos den la oportunidad de ver uno de los fenómenos más espectaculares conocidos por el ser humano.
Referencias: Phys