En Astrobitácora 1×38, hablamos de por qué es tan difícil encontrar vida extraterrestre, a pesar de llevar décadas buscándola, y cómo eso no significa que no exista. En YouTube, además, hablamos de la evolución de las estrellas. De las etapas desde su formación hasta su muerte…
Astrobitácora 1×38: la incansable búsqueda de vida extraterrestre
Desde hace décadas, se ha intentado encontrar señales de vida más allá del Sistema Solar. De momento, los resultados han sido negativos. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que no haya vida en otros lugares de la Vía Láctea. Por un lado, hay que tener presente que, en realidad, se lleva poco tiempo buscando señales de vida en otros lugares de la galaxia. Por otro, también hay que recordar que nuestra capacidad para observar a grandes distancias es muy limitada. Dicho de otra manera, se lleva poco tiempo buscando.
Pero por si esto no fuera suficiente, hay que hacerse otra pregunta que es no menos importante. ¿Podríamos reconocer la vida extraterrestre si la viésemos? Hay que tener en cuenta que el ser humano funciona de una forma determinada. Percibimos el paso del tiempo de una manera concreta. Hablamos y nos comunicamos a un ritmo determinado. Puede que una especie alienígena sea mucho más lenta, o mucho más rápida. Tanto que, quizá, ni siquiera llegaríamos a darnos cuenta de que están intentado contactar con nosotros.
Es solo un ejemplo de los muchos desafíos a los que hay que enfrentarse. La vida podría estar en muchos otros lugares de la galaxia y nosotros, simplemente, no ser consciente de ello. No porque no se esté buscando, sino porque no tengamos la capacidad de reconocerlo. Del mismo modo, nada garantiza que esos hipotéticos extraterrestres pudiesen llegar a descifrar nuestros mensajes, si los recibiesen. Todo esto, y muchos otros aspectos de un asunto realmente complejo, te esperan en Astrobitácora 1×38, en la app de iVoox y en su web.
YouTube: la vida de las estrellas
Como cada semana, además, en YouTube hemos abordado un nuevo tema. En esta ocasión, se trata de la evolución de las estrellas. Aunque sucede en una escala mucho más grande que la de una vida humana. Los astros también nacen, viven y mueren. Pasan por diferentes etapas y se enfrentan a diferentes destinos en función de cuánta masa tengan. Irónicamente, las menos masivas son las estrellas más longevas que podemos encontrar. Todas ellas son importantes, incluso las que murieron hace miles de millones de años.
Porque es en el corazón de las estrellas donde se crearon los elementos necesarios para la vida. La muerte de cada estrella, desde esa perspectiva, tiene un aspecto positivo para el universo. Añade más elementos que permitirán la aparición de vida en otros lugares del cosmos. De hecho, no es ningún error que la vida es, precisamente, la consecuencia de la existencia de esas estrellas. Sin los elementos que forjaron en su interior, la vida nunca hubiera aparecido en la Tierra. Simplemente, nunca habría existido el material necesario para poder formarse.
Así que, en una escala muy superior a la de un ser humano, las estrellas pasan por el mismo ciclo que nosotros. Además, su muerte también implica la posibilidad de que surja vida en otros lugares con el paso de los millones de años. Es decir, es una parte esencial para explicar por qué el universo es como es. Además, cada estrella, según que masa tenga, sufrirá un final diferente. Algunas estrellas, por otra parte, ni siquiera llegarán nunca a ser estrellas. Todo esto, y mucho más, lo puedes ver en el vídeo de esta semana, al principio de este artículo o en mi canal de YouTube.