Kamo’oalewa, un asteroide cercano a la Tierra descubierto recientemente, podría ser un fragmento de la Luna. Algo que resulta interesante porque permite establecer una conexión directa entre este objeto y nuestro satélite, además de profundizar en la historia de la Luna…
Kamo’oalewa: un fragmento de la Luna en una órbita cercana a la de la Tierra
En los últimos años, el asteroide Kamo’oalewa ha sido centro de atención de diferentes estudios. Ahora, un grupo de investigadores ha encontrado una nueva pista, que apunta a que podría ser un fragmento de la Luna. Plantean que el asteroide pudo ser expulsado de la superficie lunar tras el impacto de un meteorito. Han descubierto un camino, poco frecuente, que permitiría que Kamo’oalewa entre en órbita del Sol mientras está cerca de las órbitas tanto de la Tierra como de nuestro satélite. Además, va a ser protagonista próximamente.
China lanzará una misión en 2025 que tiene como objetivo aterrizar en su superficie y traer muestras de vuelta a nuestro planeta. El análisis de estos fragmentos proporcionará información sobre la formación de la Luna y ayudará a expandir el conocimiento que se tiene sobre asteroides cercanos a la Tierra. Hasta ahora, se pensaba que solo los asteroides en órbitas lejanas, más allá de la de Marte, eran la única fuente de este tipo de asteroides. Ahora, el hecho de plantear que Kamo’oalewa pueda ser un fragmento de la Luna cambia la perspectiva.
La implicación más directa es que podría haber muchos más fragmentos lunares, esperando ser descubiertos, en la población de asteroides cercanos a la Tierra. Kamo’oalewa, además, es poco común porque también es un cuasi-satélite terrestre. Un término que se usa para aquellos asteroides cuyas órbitas son tan similares a las de la Tierra que parecen orbitar a su alrededor. En realidad no es así, están orbitando alrededor del Sol. Además, también es especial porque lleva mucho tiempo en este tipo de órbita y seguirá así en el futuro.
Kamo’oalewa será un cuasi-satélite durante millones de años
Daniel Castro-Cisneros, investigador jefe del estudio, explica que se espera que el asteroide acompañe a la Tierra durante millones de años. Durante ese tiempo, cambiará constantemente entre la órbita de un cuasi-satélite y una órbita en forma de herradura. La pregunta es, ¿cómo ha llegado a este punto? Los investigadores querían determinar la posibilidad de que un fragmento lunar terminase en una órbita como la de un cuasi-satélite. Es un fenómeno muy poco probable, según explican. En esencia, suelen tener mucha energía cinética.
O, como mínimo, la suficiente como para escapar del sistema formado por la Tierra y la Luna. Es decir, generalmente, los fragmentos de la Luna tienen demasiada energía para terminar en órbitas como las de los cuasi-satélites. Al desarrollar las simulaciones numéricas, teniendo en cuenta las interacciones gravitacionales de todos los planetas del Sistema Solar, los investigadores descubrieron que hay un 6,6% de probabilidades de que los fragmentos lunares puedan terminar en órbitas coorbitales de la Tierra.
Hay una posibilidad incluso más baja, de un 0,8%, para que un fragmento termine en una situación como la de Kamo’oalewa. A lo largo de su historia, la Luna ha sido bombardeada por asteroides. Algo que queda claro al observar los numerosos cráteres en su superficie, producto de esos impactos. Esas colisiones provocan que el material lunar sea expulsado de la superficie. La mayoría suele caer de vuelta a su superficie. Parte de ese material, también, se convierte en meteoros que terminan precipitándose en la atmósfera de la Tierra.
Un fragmento de la Luna en órbita solar
Una fracción pequeña de ese material, incluso, puede escapar de la gravedad de la Luna y la Tierra y terminar en órbita del Sol. Exactamente del mismo modo que cualquier otro asteroide cercano a nuestro planeta. Las simulaciones sugieren que Kamo’oalewa podría, incluso, ser parte de un grupo más pequeño que terminó en ese espacio coorbital de la Tierra. El estudio también podría ayudar a comprender mejor el mundo de los asteroides cercanos, que, no podemos olvidar, son una amenaza para nuestro planeta.
Con estudios más detallados del asteroide, se podrá determinar cuál es su origen. Incluso desde qué cráter pudo originarse y que aportará mucha información sobre las mecánica de los impactos. En el futuro, el equipo espera poder identificar las condiciones específicas que permitieron que Kamo’oalewa terminara en esta órbita. También quieren determinar cuál es la edad exacta del asteroide. En esencia, lo que explican es que necesitan mucha más información para ver si, realmente, estamos ante un fragmento de la Luna en una órbita atípica.
Hay que recordar, en cualquier caso, que los asteroides cercanos a la Tierra son aquellos que cuya órbita cruza con la de nuestro planeta. Algo que implica un riesgo de colisión en el futuro. No tiene, sin embargo, por qué llegar a suceder. Todo lo que se pueda entender al respecto, por tanto, será tremendamente importante y útil. Hay multitud de asteroides cerca de nuestro planeta. Si bien es cierto, del mismo modo, que no hay ningún asteroide conocido que vaya a chocar con nuestro planeta en los próximos 100 o 150 años, por lo que no hay que preocuparse.
Estudio
El estudio es J. Castro-Cisneros, R. Malhotra y A. Rosengren; «Lunar ejecta origin of near-Earth asteroid Kamo’oalewa is compatible with rare orbital pathways», el 23 de octubre de 2023 en la revista Nature. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys