Una supernova pudo extinguir  parte de la megafauna marina hace 2,6 millones de años. Es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores. Algo que nos permite recordar los efectos de uno de los fenómenos más violentos que podemos observar en el cosmos…

Parte de la megafauna marina desapareció hace 2,6 millones de años

Hace 2,6 millones de años, a finales del Plioceno, alrededor del 30% de la megafauna marina se extinguió. Eran grandes animales que vivían en aguas poco profundas. Probablemente, la criatura que más destaca fuese el megalodón. A grandes rasgos, todo indica que se trataba de un tiburón extremadamente grande. Con un tamaño aproximado al de un autobús. Pero hay otros ejemplos de megafauna.

Concepto artístico de megafauna terrestre (si bien los mamuts no se extinguieron hasta hace solo unos miles de años).
Crédito: Mauricio Antón/Public Library of Science

En este caso, megafauna terrestre, como los mamuts (si bien no se extinguieron hace 2,6 millones de años, sino hace apenas unos pocos miles de años) o los dientes de sable. Pero, ¿por qué parte de la megafauna marina (y también algunas especies terrestres) desaparecieron hace 2,6 millones de años? Lo cierto es que nunca ha estado completamente claro. Hay algunas pistas que hacen pensar en diferentes factores.

Así, un grupo de investigadores ha fijado su atención en el espacio para ofrecer su conclusión. No es la primera vez que se hace. Allá por 2002, otro grupo de investigadores sugirió lo mismo. Sin embargo, ellos explicaban que la radiación ultravioleta de una supernova acabó con los animales más pequeños. Sin sustento, los animales más grandes habrían muerto con el paso del tiempo. Este nuevo estudio busca un culpable diferente: los muones.

El papel de una supernova y el tamaño de los animales

Los muones son, a grandes rasgos, electrones con mucha más masa. Generalmente atraviesan nuestro cuerpo sin ningún efecto. Pero, de cuando en cuando, algún muón puede afectarnos. De hecho, suponen la quinta parte de la radiación que recibimos, de forma natural, cada año. Así que el razonamiento de los investigadores es simple. En una supernova se emiten muchos más muones de lo normal. Cuanto más espacio ocupes, más muones podrán atravesarte.

Concepto artístico de la explosión de una supernova.
Crédito: NASA

Así que los grandes animales estuvieron mucho más expuestos al paso de los muones. En consecuencia, mucho más expuestos a la posibilidad de sufrir cambios en su organismo que fuesen a peor. Pero, ¿cómo podemos saber que se produjo una supernova hace 2,6 millones de años? Lo cierto es que hay dos pistas que podemos utilizar. Por un lado, un pico de abundancia de hierro-60 (un isótopo del hierro) en el estrato geológico perteneciente a la época.

Por otro lado, la presencia de algo que conocemos como la burbuja local. Es una región del medio interestelar (es decir, el espacio entre estrellas) con una densidad muchísimo más baja de lo normal. Además, es también mucho más caliente. Los dos fenómenos solo pueden tener una explicación posible: una supernova. Hay que recordar que el hierro-60 es inestable. Con el paso del tiempo, se termina transformando en níquel.

Los cambios de la Tierra

Pero la Tierra pasó por un período convulso hace 2,6 millones de años. Es decir, la megafauna marina pudo desaparecer por una serie de factores. A fin de cuentas, nuestro planeta pasó por un período de glaciación. Ese cambio de temperaturas, y condiciones, bien pudo ser, también, el desencadenante de la desaparición de parte de la megafauna marina. Algo que, por otro lado, nos deja ver que queda mucho por descubrir sobre el pasado de nuestro planeta.

¡Estas cosas, y muchas otras, las comento en el vídeo de esta semana!

El estudio es A. L. Melott, F. Marinho y L. Paulucci; «Hypothesis: Muon Radiation Dose and Marine Megafaunal Extinction at the end-Pliocene Supernova».  Puede ser consultado en este enlace en arXiv