Una de las preguntas sobre Oumuamua es cuál es su estrella de origen. Desde que se descubriese en 2017, ha dado lugar a montones de estudios para entender mejor sus particularidades. Ahora, un grupo de investigadores ha intentado determinar de qué estrella podría proceder…
El origen de Oumuamua no se puede limitar a una estrella en concreto
Más de siete años después de su descubrimiento, Oumuamua sigue siendo motivo de multitud de estudios. Algunos han intentado entender cuál es el origen y trayectoria de este objeto llegado de otra estrella. Un grupo de investigadores ha utilizado simulaciones numéricas para poner a prueba diferentes configuraciones de sistemas estelares que pudieran dar como resultado objetos similares a él. Sus hallazgos muestran que los sistemas planetarios con un único planeta gigante tienen la mecánica orbital necesaria para crear un objeto así.

A pesar de ello, es posible que sea necesario recurrir a otras explicaciones. Los investigadores comenzaron su trabajo a partir de las propiedades conocidas de Oumuamua y remontándose desde ahí. En 2017, Oumuamua fue visible durante unos meses para los telescopios terrestres. En ese tiempo se pudo observar un brillo muy variable, cambiando de brillante a tenue cada cuatro horas. Esta variabilidad se interpretó como resultado de una forma alargada, similar a la de un cigarro, dando tumbos por el espacio. Había otros dos aspectos especiales.
En primer lugar, parecía tener una superficie rocosa y seca. Es decir, una superficie rocosa como la que se encuentra en los asteroides del Sistema Solar. En segundo lugar, su órbita cambiaba de una manera que no se podía explicar únicamente por las interacciones gravitacionales. Este tipo de cambios de trayectoria se ven, en ocasiones, en cometas. Al acercarse al Sol, la expulsión de gas (del hielo al calentarse) actúa como un propulsor, cambiando la trayectoria que describe el cometa. Es decir, de alguna manera, Oumuamua mostraba características de asteroide y cometa.
La formación de Oumuamua
En 2020 se planteó una explicación que resulta plausible. Los objetos como Oumuamua se forman por la fragmentación de marea. Esta sucede cuando un objeto rico en elementos volátiles (como un gran cometa) pasa demasiado cerca de su estrella a alta velocidad. Por lo que se despedaza en fragmentos largos y delgados. El proceso de calentamiento en estas interacciones extremas da lugar a la formación de una coraza rocosa elongada. Sin embargo, preserva un interior de hielo, oculto bajo la superficie. Es una combinación única.
No se ha observado en el Sistema Solar, pero explica las maniobras orbitales de Oumuamua pese a su composición rocosa. También permite explicar por qué no vemos este tipo de objetos en nuestro sistema. Porque los «planetesimales expulsados han experimentado una fragmentación de marea a un ritmo superior al doble de la frecuencia de los planetesimales supervivientes (3,1% frente al 1,4%)«, según explican los autores. Dicho de otro modo, las fuerzas orbitales son lo suficientemente fuertes para que suceda la fragmentación de marea.
También quiere decir que son lo suficientemente fuertes como para expulsar al objeto de su sistema. El sistema estelar más sencillo que podría provocar este tipo de fragmentación es aquel que albergue enanas blancas. Son los núcleos muertos de viejas estrellas, extremadamente densos. Una enana blanca, rodeada de un cinturón de objetos similares a cometas, lejanos, algo parecido a la nube de Oort, podría generar objetos como Oumuamua con una frecuencia muy regular. El proceso se ve reforzado en sistemas que tengan planetas similares a Júpiter.
Más de un tipo de estrella podría ser el origen de objetos como Oumuamua
La excepción es la de los júpiteres calientes. Gigantes gaseosos que orbitan cerca de su estrella. Es más difícil que interactúen con objetos que estén sujetos a la fragmentación de marea. Pero los planetas del tamaño de Júpiter, lejos de su estrella, son muy efectivos a la hora de producir objetos como Oumuamua. Especialmente si tienen una órbita excéntrica. Incluso en este caso, no es una explicación perfecta para entender qué tipo de estrella es el origen de Oumuamua. ¿El motivo? Estas interacciones suelen provocar fragmentos que no son tan elongados.

Además, lo hacen a un ritmo más bajo de lo que se esperaría para objetos que sean similares a Oumuamua. Por ello, los autores llegan a la conclusión de que los sistemas planetarios con más probabilidad de dar lugar a la formación de objetos similares a Oumuamua serán aquellos con muchos planetas. Son «más eficientes a la hora de producir objetos interestelares». Aunque también hay otras posibilidades, esta explicación es plausible y robusta. El proceso permite entender cómo se formaría un objeto como Oumuamua.
Sin embargo, queda la incógnita de qué tipo de estrella (y sistema planetario) es el mejor para explicar el origen de Oumuamua. Es algo que solo se podrá responder en los próximos años. Se espera que el observatorio Vera Rubin, una vez entre en funcionamiento, sea capaz de observar muchos objetos interestelares. Por lo que podría ayudar a entender mejor los aspectos comunes y diferencias entre objetos que sean similares a Oumuamua. Con suficientes objetos descubiertos y analizados, será más fácil entender qué tipos de sistemas pueden originarlos…
Estudio
El estudio es Z. Xi-Ling y Z. Ji-Lin; «Configuration of single giant planet systems generating ‘oumuamua-like interstellar asteroids». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 10 de febrero de 2025. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Universe Today