Se ha descartado que un meteorito de la Antártida, que dio mucho que hablar a finales del siglo XX por poder contener indicios de vida marciana, realmente tenga pistas de vida del planeta rojo. Un hallazgo que permite cerrar una discusión que había perdurado mucho en el tiempo…

Un meteorito en la Antártida, que se creyó que podía contener indicios de vida marciana…

En 1984, se encontró un meteorito en la Antártida, de unos 4000 millones de años, procedente de Marte. En 1996, un equipo de investigadores de la NASA llegó a anunciar que los compuestos orgánicos, presentes en la roca, parecían ser restos de criaturas vivas. No toda la comunidad científica se subió a esa hipótesis. Otros investigadores expresaron sus dudas y han seguido analizándolo durante décadas. En un nuevo estudio, analizando varias muestras del meteorito, se explica que los compuestos ricos en carbono son, en realidad, resultado del agua. Probablemente de agua salada o salmuera, que fluyó sobre la roca durante mucho tiempo.

No hay indicios de vida marciana en el meteorito de la Antártida
El meteorito ALH84001, procedente de Marte. Crédito: NASA

Durante el pasado húmedo y cálido de Marte, cerca de esa roca se produjeron al menos dos impactos. Algo que calentó la superficie del planeta, en su alrededor. Finalmente, un tercer impacto expulsó la roca al espacio hace millones de años. El meteorito, de 2 kilos, fue encontrado en la Antártida a finales del siglo XX. El agua en superficie, que se movía a través de las fisuras de la roca, mientras estuvo en el planeta rojo, formó esas pequeñas acumulaciones de carbono que se pueden observar en la actualidad, según los investigadores.

Lo mismo puede suceder en nuestro planeta. Es algo que podría ayudar a explicar la presencia de metano en la atmósfera de Marte. Con este último estudio, podría pensarse que, ahora, es el momento de dar carpetazo a la historia de esta roca. Pero lejos de ser así, las reacciones no han tardado en llegar. Dos investigadores, que participaron en el estudio de 1996, consideran que el trabajo publicado ahora es decepcionante. Siguen confiando en el trabajo que realizaron en aquel entonces y que su lectura es la más acertada…

¿Drama por un meteorito marciano?

Los dos investigadores explican que, aunque los datos presentados permiten añadir más conocimiento sobre el meteorito, la interpretación hecha en el estudio no es ninguna novedad. No solo eso, entienden que tampoco está apoyada por la investigación, añadiendo que la especulación, sin base alguna, no permite resolver el misterio de la materia orgánica presente en el meteorito. Por otro lado, los investigadores del trabajo actual han explicado que los nuevos hallazgos han sido posibles gracias al avance de la tecnología en los últimos tiempos.

Los investigadores (de este nuevo estudio) alaban al equipo original por su mediciones, y destacan que su hipótesis era una interpretación razonable en aquel momento. Además, el equipo insiste en que se han preocupado en presentar sus resultados tal y como son. Un descubrimiento muy interesante sobre Marte y no, a pesar de la interpretación que se pueda querer hacer al respecto, un intento de desacreditar la hipótesis de la vida marciana. El estudio es un gran paso para entender mejor cómo comenzó la vida en la Tierra.

Ayudará a refinar las técnicas que se utilizan para buscar vida en lugares como Marte, Encélado o Europa. Junto al planeta rojo, los satélites de Saturno y Júpiter, respectivamente, están entre los lugares más interesantes del Sistema Solar en cuanto a búsqueda de vida se refiere. Es posible que, en el océano que ocultan bajo sus superficies, se den las condiciones necesarias para que pueda haber un océano habitable. Lo que implicaría la existencia de vida microbiana lejos de la zona habitable del Sol. Sería toda una revolución, de producirse.

El meteorito de la Antártida solo es otro paso en la búsqueda de vida marciana

Los propios investigadores inciden en que, de todos modos, la única manera de demostrar que Marte tuvo vida microbiana (o quizá que incluso todavía la tenga) es a través de muestras traídas a la Tierra para su análisis. En este sentido, el trabajo del róver Perseverance va a ser fundamental. La misión de la NASA ya ha recogido seis muestras para su regreso a nuestro planeta. Pero tendremos que esperar unos cuantos años hasta que se produzca ese envío. El objetivo es conseguir unas tres docenas de muestras, que serán cuidadosamente estudiadas.

Concepto artístico del róver Perseverance. Crédito: NASA/JPL-Caltech

El meteorito, denominado Allan Hills 84001, por las colinas en las que fue encontrado, cayó en la Antártida hace miles de años. No es el único meteorito marciano del que se tiene constancia. Del mismo modo, habrá también meteoritos de la Tierra en otros lugares, incluyendo el propio Marte. Hace miles de millones de años, los impactos en la superficie del planeta pudieron expulsar fragmentos que, tras viajar por el espacio, terminaron cayendo en otros lugares del Sistema Solar. No es absurdo, por tanto, que un meteorito pueda tener pistas interesantes.

Pero lo cierto es que, por ahora, ninguno apunta a que Marte tuviese vida en el pasado. Al menos no de manera indiscutible. Por lo que la exploración del planeta rojo sigue siendo tremendamente importante. No solo para conocer su historia y su evolución, desde un mundo habitable a un lugar árido y frío. También para esa incansable búsqueda de vida en otros lugares del Sistema Solar. Si algún día hubo vida en el planeta rojo, es cuestión de tiempo que se logre descubrir, pero parece que no será con este meteorito…

Estudio

El estudio es A. Steele, L. Benning, R. Wirth et al.; «Organic synthesis associated with serpentinization and carbonation on early Mars«. Publicado en la revista Science el 13 de enero de 2022. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys