El nuevo año no podía arrancar de una forma más interesante. Poco después de arrancar 2019, New Horizons realizaba su visita de Ultima Thule. Ya es el objeto más lejano que ha sido visitado por una sonda. Pero habrá que esperar para tener todos sus datos…
La visita de Ultima Thule ha transcurrido sin problemas
Desde julio de 2015, cuando New Horizons visitó Plutón, la sonda ha estado viajando por el espacio. Su próximo destino, también en el Cinturón de Kuiper, era un pequeño mundo de apenas unas pocas decenas de kilómetros. La visita de Ultima Thule es un récord. A 6 600 millones de kilómetros de la Tierra, es el objeto más lejano que ha visitado una sonda. El objeto es una reliquia del nacimiento del Sistema Solar. Nos podrá dar mucha información interesante.
El sobrevuelo se produjo a las 06:33 (horario peninsular español) del 1 de enero de 2019. New Horizons se acercó a una velocidad de 51 500 km/h. En su visita, tomó varias imágenes del objeto. Su enorme distancia también implica un retraso considerable en las comunicaciones. Cualquier comando enviado (o recibido) por la nave tarda 6 horas en alcanzar su destino. Así que el simple hecho de saber que la nave estaba bien ya era un gran logro.
El camino ha sido muy largo. New Horizons fue lanzada en enero de 2006. Su objetivo original era Plutón. La misión fue todo un éxito, mostrándonos las primeras imágenes del planeta enano en 2015. Pero la historia de su siguiente objetivo comenzó antes de que llegase al planeta enano. En 2014, los investigadores ya estaban buscando el siguiente objetivo de New Horizons. Fue así como se descubrió un objeto que, durante un tiempo, se conoció como 2014 MU69.
Qué sabemos de Ultima Thule
Su descubrimiento se realizó con el telescopio Hubble. Algunos años más tarde, se le daría el nombre por el que lo conocemos en la actualidad: Ultima Thule. La visita de Ultima Thule por parte de New Horizons es muy interesante por su naturaleza. Los objetos del Cinturón de Kuiper son como cápsulas del tiempo. Han permanecido, en esencia, inalterados desde su formación. Por lo que todo lo que se descubra nos ayudará a comprender cómo fue la formación del Sistema Solar.
En las primeras imágenes del telescopio Hubble, Ultima Thule mostraba un tono rojizo. No se sabe, todavía, por qué. Del mismo modo, parecía que Ultima Thule podría ser, en realidad, más de un objeto. Aunque este extremo ya ha sido desmentido en tiempos recientes. Las imágenes tomadas por New Horizons (incluyendo una el 30 de diciembre) muestran que no es el caso. Ultima Thule se trata de un único objeto, aunque no es redondo.
No es lo suficientemente grande para ser esférico por su propia gravedad. Las imágenes de New Horizons muestran, de hecho, que Ultima Thule tiene un aspecto elongado, similar a un óvalo. Quizá la descripción más acertada sea la de un bolo. Dos lóbulos conectados por una región central. La imagen de New Horizons tomada el 31 de diciembre, horas antes de que la visita de Ultima Thule tuviese lugar, confirman ese aspecto.
Un objeto con muchas preguntas
De momento hay más incógnitas que respuestas. Se calcula que Última Thule tarda entre 15 y 30 horas en completar una vuelta sobre sí mismo. Pero es, casi, lo único que sabemos. Todavía no se sabe si tiene cráteres o si su superficie es lisa. Tampoco si podría tener satélites a su alrededor o algún tipo de anillo. O, por qué no, alguna otra cosa con la que nadie cuente. En realidad, podemos esperar casi cualquier cosa.
Otra incógnita que se ha respondido es la de su curva de luz. En los días previos a la llegada de la sonda, se había analizado la curva de luz de Ultima Thule. Es decir, cómo refleja la luz del Sol a medida que va rotando. Esta fue la primera sorpresa. La curva de luz de Ultima Thule es muy plana. Es decir, es como si toda su superficie fuese uniforme. Pero sabiendo que su forma no lo es, debería haber una curva de luz pronunciada, con algunas partes del objeto reflejando mucha luz y otras menos.
¿Cómo se podía explicar, entonces, que no hubiese variación? Una de las posibles respuestas era que New Horizons se estuviese acercando al objeto desde su eje de rotación. Y, efectivamente, eso es lo que ha sucedido. La visita de Ultima Thule se ha producido desde el ángulo apropiado para ver el objeto moviéndose de frente. Así que refleja siempre la misma cantidad de luz, quizá con una variación mínima, por debajo de lo que puede detectar New Horizons.
Habrá que esperar para descubrir más cosas
Por ahora, tendremos que tener mucha paciencia. Valdrá la pena, porque el conocimiento de Ultima Thule nos ayudará a comprender el cinturón de Kuiper mucho mejor. La sonda New Horizons necesitará unos 20 meses para enviarnos todas las imágenes y todas las observaciones que ha realizado del objeto. A fin de cuentas, no solo está extremadamente lejos. También tiene un transmisor de apenas 15 vatios para enviar todos esos datos de vuelta.
Es decir, muy poca potencia para enviar una cantidad enorme de información. Por lo que no se puede enviar mucha información a la vez. Eso sí, en estos meses que quedan por delante, el equipo de New Horizons no se va a quedar de brazos cruzados. Los científicos ya están buscando el tercer objeto que podría ser visitado por la sonda. Necesitan encontrarlo suficientemente rápido y contar con la aprobación y financiación de la NASA.
2019 ya ha comenzado con gran pie. Pero quedan por delante muchas cosas interesantes. Así como un hito que cada vez está más cerca. En este año, se celebrará el 50º aniversario del aterrizaje de la misión Apolo 11. La primera vez que el ser humano puso un pie en la Luna. Pero eso será en julio. En cuanto a New Horizons, poco a poco iremos descubriendo más información sobre un mundo del que, en 2014, ni siquiera sabíamos que existía…
Referencias: Space
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