La NASA ha anunciado las medidas que van a adoptar para mitigar el impacto de los micrometeoroides en el JWST. El telescopio James Webb ha sufrido varios desde que entrase en funcionamiento. Aunque está dentro de lo normal, han decidido tomar algunas precauciones…

El inconveniente de los micrometeoroides para el JWST

Los impactos de micrometeoroides son un aspecto inevitable de utilizar una nave en el espacio. El telescopio James Webb, de la NASA, no es una excepción. La agencia espacial estadounidense ha explicado que, desde el principio, el observatorio ha sido fabricado teniendo este aspecto en cuenta. Está preparado para soportar el constante bombardeo de esas partículas, del tamaño de un grano, moviéndose a velocidades extremas. Esto permite que el telescopio pueda seguir en funcionamiento tanto tiempo como sea posible.

Las medidas frente al impacto de micrometeoroides en JWST
Detalle de los pequeños espejos que forman el espejo principal del telescopio James Webb. Crédito: NASA

Hasta el momento, desde NASA han detectado 14 impactos de micrometeoroides, medibles, en el espejo principal del JWST (el telescopio espacial James Webb). De media, están registrando entre uno y dos impactos por mes. Está dentro de los valores esperados y no resulta sorprendente. Cada impacto provoca pequeños daños que, en consecuencia, desemboca en errores ópticos en la imagen. Solo uno, de todos los errores derivados de estas colisiones, se sale de lo que tenían previsto, y esperaban, cuando el telescopio estaba en construcción.

Uno de los impactos fue más intenso de lo que se esperaba según los modelos previos al lanzamiento. A pesar de ello, ya en su momento, la NASA explicaba que el impacto no era un problema. El telescopio sigue mostrando un rendimiento el doble de bueno de lo que es necesario para su correcto funcionamiento. A pesar de ello, un grupo de expertos en micrometeoroides y rendimiento óptico, de NASA, el fabricante del espejo del telescopio, el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial y la Oficina de Entorno de Meteoroides (de NASA) se han reunido para tratar el asunto.

Un análisis exhaustivo para prolongar las operaciones del telescopio James Webb

Tras un análisis exhaustivo, el equipo ha determinado que el impacto más energético, que tuvo lugar en mayo de 2022, fue un anomalía estadística. Tanto porque su energía era superior a la esperada, como por el hecho de que el impacto tuvo lugar en un punto particularmente sensible del espejo principal del telescopio. A pesar de ser una rareza, no quiere decir que se deba ignorar por completo. Por ello, han tomado varias medidas para que las observaciones, en el futuro, se planifiquen observando lejos de una zona peligrosa.

Esa zona ha recibido el nombre de zona de evitamiento de micrometeoroides. Desde la NASA explican la importancia de los impactos de micrometeoroides. En particular, aquellos que golpean al espejo de frente, es decir, moviéndose en dirección opuesta a la del telescopio, resultan más problemáticos. Tienen el doble de velocidad y cuatro veces la energía cinética que el resto de impactos. Por lo que se ha decidido evitar observar en esa dirección, siempre que sea posible, para alargar el magnífico rendimiento óptico del telescopio James Webb durante décadas.

Esto no quiere decir, en cualquier caso, que ya no se vaya a observar el firmamento en esa dirección. Solo supone tomar medidas a la hora de observar objetos en esa dirección. Lo que se hará será llevarlo a cabo en un momento del año diferente, cuando el telescopio esté en una ubicación diferente de su órbita. Además, solo se hará en los casos en los que el factor tiempo no suponga un problema. Si hay una observación cuyo momento es crítico, como la observación de un objeto del Sistema Solar, no se retrasará a pesar de que esté en la zona de evitamiento de micrometeoroides.

Un cambio que comienza en el siguiente ciclo de observación

Este ajuste en las observaciones del telescopio James Webb deberían tener un beneficio palpable en su rendimiento a largo plazo. Este concepto de zona de evitamiento de micrometeoroides ayudará a preservar el JWST, de todos modos, no comenzará a utilizarse hasta que el telescopio entre en su segundo año de observaciones. Es lo que se conoce como el ciclo 2. Ahora mismo, la NASA se encuentra en pleno proceso de admisión de propuestas. En total, ponen 5000 horas de observación a disposición de la comunidad científica, que puede enviar sus solicitudes.

La galaxia Rueda de Carro observada por el telescopio James Webb. Crédito: NASA

Las observaciones están divididas en tres grandes categorías. Programas pequeños (que contengan menos de 25 horas de observación) y para las que se dedican, en total, 2900 horas de observación; programas medianos (de entre 25 y 75 horas) con un total de 1250 horas asignados y, finalmente, programas grandes. En este último entran aquellos que tengan más de 75 horas de observación. A este grupo se dedicarán 850 horas de observación con el telescopio. Por lo que se puede observar que la mayor parte del tiempo se dedicará a programas pequeños.

El plazo para el envío de propuestas termina en enero de 2023. El comité (que elegirá qué objetivos se observan) se reunirá a mediados de abril de 2023 y, finalmente, anunciarán la selección en mayo de 2023. Por lo que, hasta mediados de 2023, no entrará en práctica esta decisión. Sea como fuere, es interesante ver qué, desde NASA, se está tomando el máximo cuidado para garantizar que el telescopio está en funcionamiento, con el mejor rendimiento óptico posible, durante muchos años. Nos esperan muchas imágenes espectaculares en el futuro…

Referencias: NASA