Un grupo de investigadores ha explicado que las mismas fuerzas responsables de las auroras pueden provocar daños en la infraestructura que transporta electricidad. Es algo que resulta sorprendente, si bien es cierto que solo podría suceder si el impacto sobre la Tierra sucede en el ángulo adecuado…
Las auroras pueden provocar daños en infraestructuras críticas
Las auroras han sido fuente de mitos durante mucho tiempo. Ahora, con la tecnología moderna y nuestra dependencia de la electricidad, se está entendiendo mucho mejor hasta donde llegan sus efectos. Porque, los mismos mecanismos que provocan la aparición de auroras pueden provocar daños en la infraestructura eléctrica. Algo que resulta preocupante teniendo en cuenta el nivel en el que dependemos de ella en la actualidad. Un grupo de investigadores ha explicado que el ángulo de la colisión es un aspecto clave para dictar la fuerza que tendrá la corriente.
Esto ofrece una oportunidad para poder pronosticar choques peligrosos y, en consecuencia, adoptar las medidas necesarias para proteger la infraestructura crítica. Las auroras y las corrientes inducidas geomagnéticamente, explican, están producidas por mecanismos similares de la meteorología espacial. La aurora, añaden, es un aviso visual que indica que las corrientes eléctricas, en el espacio, pueden generar corrientes inducidas geomagnéticamente en la superficie. La región auroral se puede expandir enormemente en las tormentas geomagnéticas severas.
Generalmente, el límite sur está en en torno a la latitud de 70 grados. Sin embargo, durante episodios extremos, puede llegar a bajar hasta los 40 grados e incluso menos. Algo que sucedió claramente durante la tormenta de mayo de 2024, la más severa que hayamos vivido en las últimas dos décadas. Las auroras son producto de dos procesos. Por un lado, partículas expulsadas por el Sol que alcanzan el campo magnético terrestre y provocan una tormenta geomagnética. Por otro, los choques interplanetarios que comprimen el campo magnético del planeta.
El papel de los choques interplanetarios
Los choques interplanetarios son un tipo de choque sin colisión. En ellos, las partículas transfieren su energía a través de los campos electromagnéticos, en lugar de chocar con otras partículas. Estos choques pueden generar corrientes y dañar la infraestructura eléctrica. Los choques más potentes implican auroras y corrientes más potentes. Pero incluso los choques más débiles (y frecuentes) también pueden provocar daños. Los investigadores recuerdan uno de los casos mejor conocidos y estudiados en las últimas décadas.
En marzo de 1989, tras una intensa tormenta geomagnética, el sistema Hydro-Quebec, en Canadá, estuvo apagado durante casi nueve horas, dejando a millones de personas sin electricidad. En eventos más débiles, y frecuentes, como los choques interplanetarios, pueden aparecer amenazas a los conductores eléctricos terrestres con el paso del tiempo. El trabajo de los investigadores muestra que pueden formarse corrientes considerables con cierta frecuencia y que, por ello, es necesario prestar atención a este fenómeno.
Se cree que los choques que golpean a la Tierra de frente, en lugar de en ángulo, provocan corrientes más intensas, porque comprimen más el campo magnético. Los autores del estudio han analizado de qué manera se ven afectadas estas corrientes en función del ángulo y en diferentes momentos del día. Para ello, han recurrido a una base de datos de choques interplanetarios y lo han comparado con lecturas de corrientes inducidas geomagnéticamente en una tubería de gas natural en Mäntsälä, Finlandia, que suele estar en la región de auroras.
Las auroras pueden provocar daños incluso en episodios normales
Dividieron los choques en tres grupos: con mucha inclinación, de inclinación media y casi frontales. Los choques más frontales provocaban picos más altos en las corrientes, tanto justo después del choque como en la tormenta posterior. Los momentos más intensos tenían lugar en la medianoche magnética, cuando el polo norte se encuentra entre el Sol y Mäntsälä. Las subtormentas en este momento, también, provocan auroras muy brillantes. Los investigadores explican que el ángulo de estos choques se puede predecir hasta dos horas antes.
Por lo que se pueden tomar medidas para proteger el tendido eléctrico y otras infraestructuras vulnerables antes de que lleguen los impactos más fuertes. Los operadores pueden tomar diferentes medidas para mitigar el impacto de esas corrientes y evitar que se acorte la vida útil del equipo afectado. En cualquier caso, hay que destacar que los investigadores no han encontrado una correlación fuerte entre el ángulo de un choque y el tiempo que tarda en golpear e inducir una corriente. Aunque podría deberse a una falta de datos.
Es decir, que hagan falta más lecturas de corrientes en diferentes latitudes. Porque, principalmente, los datos se han recogido solo en una ubicación. Crítica, sí, pero solo una ubicación, insuficiente para tener una imagen de lo que sucede en todo el planeta. Además, los datos de Mäntsäla tienen lagunas de varios días. Por ello, explican que sería positivo que las compañías de energía de todo el mundo permitan que sus datos sean accesibles para realizar este tipo de estudios. En cualquier caso, el impacto de la meteorología espacial está cada vez mejor entendido…
Estudio
El estudio es D. Oliveira, E. Zesta, S. Vidal-Luengo; «First direct observations of interplanetary shock impact angle effects on actual geomagnetically induced currents: The case of the Finnish natural gas pipeline system». Publicado en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences el 10 de julio de 2024. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys
Un cordial saludo. Con respecto a los Problemas cosmologicos referentes a la Singularidad en los eventos de colapso gravitacional, y la Pérdida de Información en el centro de un agujero negro, ambos se resuelven asumiendo que «la Gravedad no solo deforma (curva) al E-T sino que TAMBIÉN modifica su ENERGÍA, de manera que en una región cercana al centro de un agujero negro la Energía del E-T es tan grande que constituye un FRENO que logra DETENER el proceso de colapso, quedando finalmente un núcleo de Energía de E-T con diámetro FINITO en su interior atrapados los cuerpos y radiaciones implicados en el colapso»