Los tubos de lava son las formaciones creadas por el fluir del magma bajo la superficie de un planeta como la Tierra. También se han observado en lugares como Marte o la Luna. Son muy interesantes porque plantean muchas oportunidades diferentes. Tanto para entender la historia de un lugar, como para colonizarlo…

Los tubos de lava son comunes en otros lugares del Sistema Solar

Los tubos de lava se forman cuando la superficie de una corriente de lava se enfría y se solidifica. La lava bajo esa capa sigue fluyendo. No es muy diferente a lo que se puede observar cuando se congela la capa superior de un río. La lava en el interior puede permanecer a gran temperatura. Con el tiempo, tras sus huellas, queda una cueva. En la Tierra resultan ser de lo más común. También están presentes en la Luna y Marte. Parece lógico suponer que se pueden formar en cualquier lugar en el que haya actividad volcánica.

La prometedora utilidad de los tubos de lava
Un cráter de subsidencia en el Mar de la Tranquilidad. Crédito: NASA

Estos tubos de lava son interesantes por varios motivos. Por un lado, pueden utilizarse como refugio para la vida. Es posible que en ellos haya evidencias de vida microbiana anterior. Además, puede que contengan registros de la actividad geológica que serían muy sencillos de observar. Este es el planteamiento principal de un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences por Sid Perkins, un periodista científico especializado en Ciencias de la Tierra, que también escribe sobre ciencia planetaria.

Vale la pena mencionar que los tubos de lava pueden alcanzar dimensiones tremendas. En algunos casos, pueden extenderse a lo largo de muchos kilómetros. En la Tierra, el más largo conocido es la Cueva Kazumura, con una longitud de 65,5 kilómetros. Es también el más profundo. Estas estructuras también se han observado en la Luna y Marte. En 2009, la Lunar Reconaissance Orbiter de la NASA fotografió una entrada a uno de estos tubos, en las colinas Marius. Años después, la nave Chandrayaan-1, de la India, detectó otros tubos.

Los tubos de lava en Marte

En los últimos años, estas estructuras han llamado cada vez más la atención. Por un lado, desde el punto de vista de la exploración. Por otro, por su posible capacidad como lugares en los que establecer colonias. En el caso de Marte, las primeras evidencias de tubos de lava proceden de las sondas Viking. Fue en el Monte Alba, un volcán en la región de Tharsus, se observó un largo tubo que asomaba sobre la superficie en un costado del volcán. En el pasado, el planeta rojo fue un lugar mucho más cálido y acogedor. Quizá incluso llegase a tener vida.

Pero con el paso del tiempo, perdió la mayor parte de su atmósfera y agua. Se convirtió en un mundo gélido e incompatible con la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, es posible que la vida, si es que llegó a aparecer en algún momento, pudiese haber sobrevivido en alguno de estos tubos. Uno de los pocos lugares donde quizá hubieran podido encontrar las condiciones necesarias para sobrevivir. A fin de cuentas, se ha planteado en más de una ocasión que la vida microbiana, que hubiese podido sobrevivir, podría estar oculta bajo tierra.

Sin embargo, descubrir si ha sido así no será fácil. La exploración inicial tendrá que hacerse con robots, independientemente de que tengamos tripulaciones en la Luna o Marte. Ningún astronauta querrá (ni debería) aventurarse en un tubo de lava sin saber hasta qué punto es seguro y estable. Incluso en la Tierra, la exploración de las cuevas es muy compleja. Así que habría que utilizar robots, que podrían acceder a través de las claraboyas que suelen presentar. Son, simplemente, aperturas donde el techo del tubo de lava ha colapsado.

¿Robots exploradores?

La idea es sencilla. Varios investigadores de la NASA han propuesto utilizar un robot que pudiese explorar los tubos de lava de la Luna. Podría hacer lo mismo en el planeta rojo. Se llama Moon Diver. Se trataría de un róver y un aterrizador. Un sistema de precisión llevará la nave hasta la superficie, cerca de su objetivo. Al llegar a la entrada, el róver descendería suavemente en el agujero hasta llegar a la superficie del tubo. A partir de ahí comenzaría la exploración. La misma idea es aplicable en el caso de un tubo en Marte.

La nave Viking 1, que se posó en Marte. Crédito: Mark Pelligrino/Wikipedia

En las paredes de esos tubos puede haber evidencias geológicas muy valiosas. Observaciones que no sería posible conseguir de ninguna otra manera. En ellos habrá diferentes capas geológicas expuestas para su estudio. Los tubos podrían mostrar los períodos en los que hubo corrientes de lava. Incluso, podrían mostrar evidencias de períodos, en la historia de la Luna o Marte, en los que hubiese una gran cantidad de impactos de meteoritos. En el caso de nuestro satélite, su estudio también sería aplicable en la historia de la Tierra.

A fin de cuentas, nuestro mundo es muy activo. La mayor parte de las evidencias más antiguas han sido borradas por la erosión y la actividad geológica. Si en la Luna se observa, por ejemplo, un período de impactos de meteoritos sostenido en el tiempo, probablemente también sucedió aquí. Lo más interesante, sin duda, es que si se decide perseguir esta ruta, hay multitud de objetivos entre los que elegir. El Centro Astrogeológico de los Estados Unidos tiene un registro de más de 1000 entradas a cuevas de Marte. Muchas de ellas son tubos de lava.

¿Veremos misiones específicas para explorar tubos de lava?

No sería raro llevar a cabo una misión para explorar alguno de esos tubos. Podrían contener las pistas necesarias para saber, en Marte, si la vida llegó a aparecer. En el interior de esas estructuras, habría estado protegida de los rayos cósmicos y la radiación más dañina del Sol. También pudo permitir que se refugiasen de los impactos de meteoritos que pudo sufrir el planeta durante sus primeras etapas. Eso sí, no quiere decir que vaya a ser una garantía de éxito. A fin de cuentas, la presencia de vida en Marte es solo una posibilidad.

Concepto artístico del róver Perseverance de la NASA. Crédito: NASA/JPL-Caltech

A medida que avance la exploración de Marte, no es descabellado pensar que llegue un momento en el que se seleccione algún tubo de lava para su exploración. El róver Perseverance se va a centrar en el cráter Jezero, en busca de esas señales de vida antigua. Parece un paso lógico que, una misión posterior, se fije en alguno de estos tubos. El tiempo lo dirá. O también puede que los veamos en un ámbito diferente: albergar a una población en su interior. Por sus características, son lugares deseables para establecer una colonia.

Los propios tubos proporcionan protección de amenazas en la superficie, como los ya mencionados rayos cósmicos y radiación ultravioleta. Se ha planteado que, en la Luna, se podrían construir grandes asentamientos en los tubos de lava más grandes. Es una idea intrigante. Nuestro futuro pasará, al menos inicialmente, por las bases lunares. Pero, cuando llegue el momento de expandirnos a otros lugares, como civilización, podría ser un buen objetivo. Pero, por ahora, es un escenario que solo podemos imaginar. Todavía no tenemos esa capacidad…

Artículo

El artículo es Sid Perkins; «Core Concept: Lava tubes may be havens for ancient alien life and future human explorers». Publicado en la revista Proceedings of the National Astronomical Society el 8 de julio de 2020. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today