¿Cuánto habrá que esperar para ver la primera imagen a color del telescopio James Webb? Desde su lanzamiento, a finales de 2021, se dijo que tendríamos que esperar hasta el verano de 2022. En este tiempo, los instrumentos del telescopio están siendo calibrados y preparados…

La primera imagen en color de James Webb llegará a mediados de julio

El telescopio espacial James Webb está siendo una de las grandes atracciones de estos primeros meses de 2022. A pesar de tratarse de imágenes de calibración, la calidad y nitidez del telescopio está fuera de toda duda. Así que la expectación por ver sus primeras imágenes, ya en pleno funcionamiento, sea máxima. En principio, se espera que esas primeras observaciones, ya dedicadas a su misión científica, lleguen a mediados del mes de julio. Al menos, esa es la esperanza del equipo de James Webb, que está ultimando detalles.

La primera imagen a color de James Webb ya tiene fecha
La estrella 2MASS J17554042+6551277, vista por el telescopio James Webb. Crédito: NASA/STScl

El sucesor del telescopio Hubble ha pasado, en los últimos cinco meses, por la fase de alineación y calibración de sus instrumentos. Después de multitud de retrasos y complicaciones, previos al lanzamiento, lo cierto es que el despliegue del telescopio en el espacio ha transcurrido sin grandes sobresaltos. Algo que no se ha comunicado hasta ahora, sin embargo, es cuáles serán los primeros objetivos del telescopio James Webb. En este sentido, han contado que les gustaría que ese primer objetivo de James Webb sea una sorpresa.

El secreto, añaden, viene en parte por el hecho de que todavía se está decidiendo cuáles serán los primeros objetivos hacia los que apuntará James Webb. La NASA y sus socios (la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense) han formado un comité para crear una lista organizada de objetos. La intención es trabajar en ella para determinar cuáles son los más interesantes. Podemos esperar, por tanto, que la primera imagen en color del telescopio James Webb, ya en verano (en el hemisferio norte de la Tierra) corresponda a uno de esos objetos.

Las imágenes de calibración ya han sido un éxito

En estos meses, a través de redes sociales, las imágenes de calibración del telescopio James Webb se han convertido en toda una sensación. Las imágenes en sí, en realidad, no tienen mucha más utilidad que la de permitir comprobar que el telescopio está funcionando correctamente. Sí ha resultado muy interesante, sin embargo, ver que la capacidad de definición del telescopio es espectacular. A pesar de tratarse de imágenes de prueba, el nivel de detalle que se puede observar es muy elevado. Solo podemos imaginar lo que nos espera.

Esa primera imagen en color, y todo lo que venga después con el telescopio James Webb, ya pertenecerá a objetivos puramente científicos. El objetivo es continuar profundizando en el conocimiento del universo. En este sentido, hay que recordar que las imágenes están capturadas en infrarrojo. Es decir, en una parte del espectro electromagnético que resulta invisible al ojo humano. Por lo que, posteriormente, serán coloreadas antes de lanzarse al público. Esos colores cumplen diferentes propósitos, dependiendo del criterio que se utilice.

Por ejemplo, es habitual que en las imágenes se utilicen colores para resaltar la presencia de hidrógeno, oxígeno o azufre, permitiendo observar su distribución en una nebulosa. El uso de colores como el rojo, azul y verde (para esos elementos, por ejemplo) es conocido como la paleta de Hubble, por el telescopio Hubble. A diferencia de este último, James Webb no observará en el espectro visible. El motivo es simple, la luz visible y ultravioleta, de los primeros objetos del cosmos, se ha estirado enormemente por la expansión del universo.

Una capacidad de observación sin precedentes

En su viaje hasta nuestro planeta, esa luz se ha estirado tanto que ahora se encuentra en el infrarrojo. El telescopio James Webb ha sido diseñado especialmente para estudiar el infrarrojo con una capacidad de definición sin precedentes. Permitirá observar las primeras estrellas y galaxias, formadas hace 13 500 millones de años, de una manera que era absolutamente imposible hasta su lanzamiento. El telescopio, además, no ha sido barato. Se estima que el coste, para NASA, será de unos 10 000 millones de dólares y es uno de los instrumentos científicos más caros.

Comprobación de nítidez de diferentes instrumentos del telescopio James Webb. Crédito: NASA/STScl

Su coste es comparable al del Gran Colisionador de Hadrones o a su antecesor, el telescopio Hubble. Al margen de esa primera imagen en color, y el estudio de las primeras etapas del universo, hay otro campo en el que se espera que James Webb pueda brillar con fuerza. Se trata del estudio de exoplanetas cercanos al Sistema Solar. Permitirá estudiar algunos de estos mundos, en busca de entender su origen, su evolución y su habitabilidad. En este campo también se esperan grandes descubrimientos gracias al telescopio.

De hecho, por primera vez, tendremos la capacidad de estudiar la atmósfera de exoplanetas rocosos en la zona habitable de sus estrellas. Aunque ya se han llevado a cabo estudios de atmósferas de exoplanetas, siempre ha sido en gigantes gaseosos, mundos muy diferentes al nuestro, y más similares a Júpiter o Saturno. Así que el telescopio James Webb también podría convertirse en una pieza clave en este terreno. Al poder estudiar esas atmósferas, es posible que se llegue a encontrar un exoplaneta que pueda tener condiciones habitables. Aunque, para eso, habrá que esperar una temporada…

Referencias: Phys