Hace varios meses (allá por finales de mayo), se publicó un estudio muy interesante que repasa la popular Ecuación de Drake para ver cómo funciona en la actualidad y que conclusiones podemos extraer de ella sobre la vida en la galaxia…

El impacto del conocimiento

Recreación artística del telescopio Kepler. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Wendy Stenzel

Recreación artística del telescopio Kepler.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Wendy Stenzel

No hace mucho tiempo, se anunciaba que el telescopio Kepler había descubierto 1.284 nuevos planetas. Hoy en día conocemos más de 3.000 exoplanetas, y esa cifra va a seguir aumentando en el futuro, a medida que nuestras herramientas mejoren y sigamos analizando el espacio. Estos hallazgos son una revolución del conocimiento planetario, pero no hay que olvidar que hace sólo una década, el descubrimiento de un único exoplaneta ya era digno de noticia. Hoy en día, sin embargo, sabemos que casi cada estrella en el cielo tiene, probablemente, al menos uno a su alrededor.

Los planetas son sólo el principio de la historia. Lo que muchos queremos saber es si algunos de estos mundos distantes podrían tener alienígenas en su superficie. En las últimas décadas nuestro conocimiento ha cambiado tanto que vale la pena preguntarse si todo lo que hemos descubierto sobre otros planetas nos acerca a poder responder con certeza a una de las grandes preguntas de la astronomía.

La respuesta es que sí, tal y como cuentan dos astrónomos en un estudio que fue publicado en el mes de mayo en la revista Astrobiology, en la que comentan que, si bien no es posible determinar si existe alguna civilización inteligente avanzada en la actualidad, hay suficiente información para concluir que en algún momento de la historia cósmica ha debido existir alguna sociedad inteligente que poblase la Vía Láctea.

La ecuación de Drake

Frank Drake

Frank Drake

Con toda esta información actualizada podemos meternos de nuevo en la ecuación de Drake, que fue concebida para intentar decirnos la probabilidad de que exista una sociedad alienígena con la que podamos esperar establecer contacto. En 1961, la Academia Nacional de Ciencias (de EEUU) pidió a Frank Drake que organizase una reunión científica sobre las posibilidades de establecer comunicación interestelar. Como la probabilidad de que pueda darse ese contacto depende de la cantidad de civilizaciones extraterrestres que existan en la galaxia, Drake identificó siete factores que definirían esa cifra, y las incorporó en su popular ecuación.

El primer factor es la cantidad de estrellas nacidas cada año. El segundo, la cantidad de estrellas que tienen planetas. Después, el número de planetas por estrella que estaban en órbitas a la distancia apropiada (suponiendo que la vida necesite agua líquida). El siguiente factor es la fracción de esos planetas en los que la vida haya aparecido. Después entran los factores para la fracción de planetas con vida en los que hayan evolucionado civilizaciones inteligentes avanzadas. El último factor es el tiempo medio de vida de una civilización tecnológica.

La ecuación de Drake no es como la popular fórmula E=mc2 de Einstein. No es una definición de una ley universal, si no, simplemente, un mecanismo para alimentar las discusiones organizadas, una forma de comprender lo que necesitamos saber para poder responder a la pregunta sobre civilizaciones alienígenas. En aquel momento, en 1961, sólo se tenía la respuesta para el primer factor, la cantidad de estrellas que nacen cada año, y ese nivel de desconocimiento ha estado vigente hasta hace poco tiempo.

Incluyendo la nueva información

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple.

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple.

Por eso, tradicionalmente, las discusiones sobre civilizaciones extraterrestres suelen terminar condensadas en expresiones de esperanza o pesimismo. Por ejemplo, ¿cuál es la fracción de planetas en los que aparece la vida? Los optimistas pueden proponer sofisticados modelos biológicos para defender que sea una fracción alta. Los pesimistas, por su parte, pueden recurrir a sus propios datos científicos para decir que la fracción debe ser cercana a 0. Con un único ejemplo de un planeta en el que haya vida (el nuestro, claro), es difícil saber quién tiene razón.

¿Cuál es el tiempo de vida medio de una civilización? La Humanidad ha estado usando la tecnología de radio durante unos 100 años. ¿Cuánto más durará nuestra civilización? ¿Mil años más? ¿Cien mil? ¿Diez millones de años? Si la esperanza de vida media de una civilización es corta, entonces es probable que la galaxia esté deshabitada durante la mayor parte del tiempo. De nuevo, es difícil llegar a una conclusión con un único ejemplo, así que se trata de una pelea constante entre optimistas y pesimistas.

Nuestro nuevo conocimiento sobre los planetas nos permite eliminar algo de incertidumbre del debate. Ahora ya no conocemos la respuesta de uno de los siete factores, si no de tres de ellos. Sabemos la cantidad de estrellas que nacen cada año, sabemos que el porcentaje de estrellas que tienen planetas es cercano al 100% y también sabemos que entre el 20 y el 25% de esos planetas están en el lugar correcto para permitir que se desarrolle la vida. Eso nos coloca, por primera vez, en posición de poder decir algo definitivo sobre las civilizaciones extraterrestres, siempre que planteemos la pregunta correcta.

Buscando una respuesta diferente

Concepto artístico de un exoplaneta visto desde su luna. Crédito: IAU/L. Calçada

Concepto artístico de un exoplaneta visto desde su luna.
Crédito: IAU/L. Calçada

En el paper publicado en mayo, los investigadores decidieron cambiar el enfoque de la ecuación de Drake. En lugar de preguntarse cuántas civilizaciones pueden existir ahora mismo, se preguntaron cuál sería la probabilidad de que la nuestra sea la única civilización tecnológica que ha aparecido en la historia de la Vía Láctea. Al hacer esta pregunta, es posible ignorar el factor sobre la esperanza de vida media de una civilización. Eso nos deja con sólo tres factores desconocidos, que los investigadores combinaron en una probabilidad «biotécnica». Es decir, la probabilidad de la aparición de vida, vida inteligente y capacidad tecnológica.

Podríamos suponer que esa probabilidad es baja y que, por tanto, la posibilidad de que apareciese otra civilización tecnológica es pequeña. Sin embrago, los investigadores observaron que incluso si la cifra fuese extremadamente baja, la probabilidad de que no seamos la primera civilización tecnológica que habita la Vía Láctea es alta. Específicamente, a menos que la probabilidad de evolución de una civilización en un planeta, que esté en la zona habitable de su estrella, sea inferior a una en 10.000 trillones (un 1 seguido de 22 ceros), no somos la primera civilización.

Para poner en perspectiva la cifra… en las discusiones sobre la ecuación de Drake, considerar que las civilizaciones aparezcan con una probabilidad de una entre 10.000 millones era considerada extremadamente pesimista. Según la conclusión de este estudio, incluso si utilizásemos ese nivel de pesimismo, estaríamos hablando de que en la historia de la galaxia habría aparecido un billón de civilizaciones.

Recreación artística del exoplaneta 47 Ursae Majoris b

Recreación artística del exoplaneta 47 Ursae Majoris b

Es decir, teniendo en cuenta lo que sabemos hoy en día sobre la cantidad y posiciones orbitales de los planetas de la galaxia, el grado de pesimismo necesario para dudar la existencia, en algún momento de la historia, de una civilización extraterrestre avanzada roza lo irracional. Por supuesto, sigue siendo una cuestión totalmente diferente si hay alguna civilización extraterrestre con la que podamos comunicarnos ahora mismo. Incluso es posible que seamos la única civilización que habita ahora mismo la Vía Láctea, pero parece poco probable que la galaxia nunca haya estado poblada antes de nuestra aparición.

¿Cuándo podremos responder a la pregunta del millón? Seguramente todavía tenga que pasar algún tiempo hasta que podamos concluir si hay vida inteligente en otros planetas, pero no hay que desestimar cuánto hemos avanzado en sólo unas décadas.

El estudio puede ser consultado aquí (aunque el servicio es de pago).

Referencias: New York Times