El Planeta Nueve sigue siendo todo un misterio, pero, de tener satélites, es posible que pudiese detectarse. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en estos momentos, no está claro que el planeta exista. Se ha llegado a sugerir que, a lo mejor, podría tratarse de un objeto exótico…

La utilidad de los satélites del Planeta Nueve (si los tuviese)

Se ha escrito mucho sobre la posible existencia del Planeta Nueve, desde que se sugiriese que el Sistema Solar podría tener un planeta más. Sería un mundo más grande que la Tierra, y su presencia se deduciría por la influencia gravitacional en varios objetos del cinturón de Kuiper. Sin embargo, a pesar de las diferentes hipótesis, por ahora no hay pistas del planeta. Pero ¿y si tuviese satélites? ¿podría ser una ayuda? Un nuevo estudio sugiere que, si tuviese satélites a su alrededor, podrían dar pistas indirectas de su ubicación.

La ayuda de los satélites del Planeta Nueve
Representación artística del Planeta Nueve. Crédito: ESO/Tom Ruen

También permitiría comprender algunas de las propiedades básicas del planeta. En el trabajo, se analiza la probabilidad de que el Planeta Nueve pueda capturar un objeto transneptuniano grande, formando un sistema de satélites. Es decir, su gravedad podría permitirle atrapar pequeños objetos y convertirlos en sus lunas. Lo más interesante es que los investigadores demuestran que el efecto de la interacción gravitacional puede calentar esos satélites. Podría ser un calentamiento significativo, permitiendo detectar su presencia en el espectro de radio.

Desde que se sugiriese su existencia, las hipótesis sobre el Planeta Nueve, y las justificaciones para pensar que existe, han sido de lo más variadas. En estos años, sin embargo, no se ha encontrado ningún indicio que se pueda considerar convincente. Por lo que otros investigadores han lanzado sus propias hipótesis, en algunos casos entrando en lo muy exótico. Por ejemplo, se ha sugerido que, en lugar de un planeta, podríamos estar ante un disco de material congelado. O, quizá, no haya ningún objeto especial. En su lugar, sería un efecto global.

¿Un posible objeto oscuro?

Es decir, sería la masa de los objetos del cinturón de Kuiper, por sí mismos, lo que provocaría las órbitas observadas. Además, como no hay señales de radio u ópticas, que apunten a la presencia del planeta, se han sugerido otras posibilidades. Una es que podría tratarse de un agujero negro primordial o de materia oscura, lo que se denomina un objeto oscuro. En este sentido, los investigadores mencionan que, sin importar su naturaleza, el Planeta Nueve debería tener una posibilidad alta de poder capturar objetos en su entorno.

A fin de cuentas, el cinturón de Kuiper está repleto de objetos mucho más pequeños (y menos masivos) que el Planeta Nueve. Esa diferencia de masas le permitiría tener un sistema de satélites con el paso del tiempo. Por lo que puede resultar una herramienta perfecta, indirecta, para buscar planetas. Incluso si ese posible planeta fuese, en realidad, un agujero negro o un objeto de materia oscura. ¿Cómo es posible? Al margen de la posible naturaleza exótica del Planeta Nueve, los satélites serían objetos normales. Emitirían cierto calor.

Esa energía térmica podría detectarse en el espectro de radio. En ese sentido, los autores del estudio mencionan que los satélites, alrededor de los planetas más allá de Neptuno, no siempre tienen por qué ser fríos. El acoplamiento de marea puede calentar un satélite hasta alcanzar una temperatura relativamente alta. Por lo que podría emitir suficiente radiación como para detectarlo. Esta podría ser una buena manera de buscar el Planeta Nueve. En honor a la verdad, no podemos olvidar que, ahora mismo, hay muchas dudas sobre su existencia.

Los posibles satélites del Planeta Nueve podrían ser útiles

En estos años, los diferentes intentos de detección del planeta han provocado que la lista de observaciones que no han terminado en nada concreto sea cada vez más larga. Los estudios que descartan la existencia del Planeta Nueve son cada vez más numerosos. A pesar de ello, los investigadores sugieren que el observatorio ALMA, en el desierto de Atacama, podría ser capaz de detectar las señales de los satélites. Los telescopios PanSTARRS y el futuro observatorio Vera C. Rubin podrían encargarse de realizar esas observaciones.

Órbitas de Neptuno (magenta), Sedna (magenta oscuro), varios objetos del Cinturón de Kuiper (cían) y el Planeta Nueve (naranja). Crédito: Caltech/R. Hurt (IPAC)

Si el Planeta Nueve fuese un objeto oscuro, y tuviese un sistema de satélites, lo que sugieren los investigadores es que se podría observar, directamente, las posibles señales térmicas de esos satélites. Sería un método concreto y efectivo para confirmar la existencia del Planeta Nueve, así como su naturaleza. El estudio no entra en planes concretos sobre cuándo se podría realizar esta observación. Seguramente no sea el último que se publique intentando aclarar si existe o no. A fin de cuentas, su existencia plantea cuestiones muy interesantes.

Si el Planeta Nueve existiese, habría que entender cómo pudo terminar en esa órbita tan lejana. Por su masa, no podría haberse formado en aquella región, tuvo que estar mucho más cerca del Sol y, en algún momento, fue expulsado hasta su ubicación actual. Si no existe, también se ha sugerido que las órbitas de esos objetos del cinturón de Kuiper podrían no tener nada de especial. Su comportamiento parecería ser extraño, simplemente, porque todavía no se han descubierto muchos objetos en esa región. Así que parece que este asunto va para largo…

Estudio

El estudio es M. Ho Chan; «What if planet 9 has satellites?». Está disponible para su consulta en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today