Un grupo de investigadores ha descubierto una futura supernova cerca del Sistema Solar. No supone ningún tipo de amenaza para nuestro planeta. Sin embargo, el hallazgo es importante porque se trata de uno de los sistemas binarios de enanas blancas más masivos conocidos hasta el momento…

Una futura supernova de tipo Ia

Las supernovas de tipo Ia (o 1a) son una de las explosiones más potentes del universo y, también, una de las más consistentes. Suceden siempre bajo las mismas condiciones en una enana blanca. Hay que recordar que las enanas blancas son el núcleo denso, rico en carbono, de viejas estrellas de una masa similar al Sol. Cuando una enana blanca adquiere demasiada masa, explota como supernova. A ese límite se le denomina límite de Chandrasekhar (por Subrahmanyan Chandrasekhar, un astrofísico indio que descubrió este aspecto).

Una futura supernova cerca del Sistema Solar
Concepto artístico de una fusión de dos enanas blancas. Crédito: Nicole Reindl

El límite es de aproximadamente 1,44 masas solares. Las supernovas de tipo Ia son particularmente útiles porque su brillo máximo es muy consistente. Por ello, se utilizan como candelas estándar para medir distancias en el universo. Al comparar su brillo aparente en el cielo con su luminosidad conocida, es posible calcular la distancia a la que están. En muchos casos, el material necesario para que la enana blanca supere ese punto de masa crítica puede proceder de una estrella compañera (a la que se lo roba) o una fusión con otra enana blanca en un sistema binario.

Una vez la enana blanca cruza este límite, se desencadena una reacción de fusión nuclear desbocada que libera una enorme cantidad de energía en segundos, destruyendo por completo la estrella. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Warwick ha descubierto un sistema binario de estrellas de masa alta, muy poco frecuente. Está a solo 150 años-luz de la Tierra y hay un aspecto por el que resulta muy intrigante. Las dos estrellas están en un rumbo de colisión inevitable, por lo que se producirá una supernova de tipo Ia.

Un sistema que no es preocupante

El sistema establece un récord como el más masivo de su tipo confirmado hasta la fecha. Las dos enanas blancas tienen una masa combinada de 1,56 masas solares. Por eso, es casi inevitable que, llegado el momento, la colisión de las estrellas dé como resultado una enana blanca con una masa superior al límite de Chandrasekhar. Es decir, explotará como supernova de tipo Ia. Los investigadores explican que este descubrimiento es especial porque hace tiempo que se esperaba encontrar un sistema binario masivo de enanas blancas cerca del Sistema Solar.

Eso sí, no hay motivo para la preocupación. El sistema está relativamente cerca, tradicionalmente se ha dicho que 150 años-luz es una distancia a la que una supernova podría ser peligrosa para nuestro planeta. A pesar de ello, la supernova no tendrá lugar hasta dentro de unos 23 000 millones de años. Es decir, mucho tiempo después de que el Sol haya llegado al final de su vida (le quedan unos 5000 millones de años). Por lo que, para el momento en el que suceda la supernova de este sistema, la Tierra hará miles de millones de años que dejó de ser habitable.

En realidad, la Vía Láctea también habrá cambiado profundamente, al haber chocado con la galaxia de Andrómeda. ¿Por qué tardará tanto tiempo? Las enanas blancas de este sistema están completando una órbita en unas 14 horas. A lo largo de miles de millones de años, la emisión de ondas gravitacionales provocará que, poco a poco, las estrellas se acerquen cada vez más. En los últimos instantes, justo antes de la supernova, su período orbital se habrá acortado dramáticamente, hasta tener una duración de solo 30 o 40 segundos, con una velocidad orbital tremendamente alta.

Cómo se producirá esa futura supernova

La explosión en sí se desarrollará en un proceso conocido como detonación cuádruple. En primer lugar, la superficie de la enana blanca que gane la masa explotará a medida que el material se acumule. Esto desencadenará una segunda detonación en su núcleo. La deflagración resultante expulsará material hacia el exterior, colisionando con la enana blanca compañera y, a su vez, desencadenando una tercera y cuarta detonación que destruirán ambas estrellas por completo. Será un fenómeno tremendamente potente.

Concepto artístico de una estrella a punto de explotar (y dar paso a una supernova y una estrella de neutrones). Crédito: NASA/Dana Berry.

Si nuestro planeta todavía existiese en ese futuro tan lejano, el cielo de la Tierra tendrá un punto de luz tremendamente brillante. A simple vista, esa futura supernova será más brillante que cualquier otra cosa visible a simple vista. Tendría un brillo diez veces superior al de la luna llena y unas 200 000 veces mayor que Júpiter en su brillo máximo. Hay que recordar que no hay ninguna estrella cercana al Sol que, en los próximos años, pueda explotar como supernova. Por lo que nuestro planeta no está en peligro, ni lo estará, durante mucho tiempo.

En este caso en particular, lo más destacable es el descubrimiento de un sistema binario masivo de enanas blancas en el entorno del Sistema Solar. La próxima supernova que podremos ver en el firmamento será, presumiblemente, la de Betelgeuse, que sucederá en algún momento en los próximos 100 000 años. Así que, por tanto, no tenemos de qué preocuparnos. El descubrimiento de estos sistemas, además, también permiten comprender mejor cómo es el vecindario del Sol y los sistemas que todavía no han sido descubiertos…

Estudio

El estudio es J. Munday, R. Pakmor, I. Pelisoli et al.; «A super-Chandrasekhar mass type Ia supernova progenitor at 49 pc set to detonate in 23 Gyr». Publicado en la revista Nature Astronomy el 4 de abril de 2025. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today