Estados Unidos quiere volver a la Luna en 2024. Al igual que hace décadas, la motivación parece ser principalmente política. Para la nación norteamericana, estamos en una segunda carrera espacial, aunque por suerte no hay tanta tensión como en la Guerra Fría…

Volver a la Luna en solo cinco años

El plan de Estados Unidos para volver a la Luna no es nuevo. Originalmente habían puesto como fecha 2028. Pero según el vicepresidente Mike Pence, que hizo el anuncio este pasado lunes, esa fecha ya no es suficiente. Cree que deberían hacerlo más rápido. Su objetivo es regresar en 2024. ¿Por qué tanta celeridad? Intrigantemente, porque consideran que nos encontramos en medio de una segunda carrera espacial. En esta ocasión, los rivales son tanto China como Rusia. Es cierto que, por suerte, el ambiente es muy diferente al marco de la Guerra Fría.

Estados Unidos quiere volver a la Luna en 2024
Imagen de la superficie lunar, tomada durante la misión Apolo 16. Crédito: NASA

Pero lo que está claro es que Estados Unidos ha decidido que nuestro satélite es su próximo gran objetivo. Según Pence, quieren seguir siendo los primeros en el espacio en el siglo XXI. Igual que lo fueron durante el siglo XX. Así, explicaba, no solo le darán un impulso a su economía. También porque entienden que los primeros serán los que marquen las normas y el valor del espacio. Aquí cabe recordar que Pence podría estar ignorando lo que conocemos como el tratado del espacio ultraterrestre, del que EEUU forma parte.

No solo Estados Unidos, también están Rusia, China, España… y así hasta sumar más de 100 países. Muchos de ellos ni siquiera tienen una agencia espacial. No solo impide la colocación de armas de destrucción masiva en la Luna, la órbita de la Tierra o el espacio exterior. Solo puede utilizarse con fines pacíficos y la exploración debe hacerse en beneficio de todos los países. Además, el espacio debe ser libre para la exploración y uso de cualquier país. Dicho de otra manera, el espacio exterior pertenece a todas las naciones. No puede ser reclamado por nadie.

Un objetivo ambicioso

Al margen de estas consideraciones, Estados Unidos tiene claro para qué quiere volver a la Luna. Su próximo gran objetivo es crear una base lunar permanente. Así como desarrollar las tecnologías necesarias para permitir que los astronautas estadounidenses puedan llegar a Marte (y a otros objetivos) en las próximas décadas. Poco a poco, estamos viendo que la idea de la base lunar no deja de cobrar fuerza. La Agencia Espacial Europea y China están pensando en tener una base lunar para 2030. Ahora también hay que sumar esta.

Mike Pence, 48º vicepresidente de los Estados Unidos. Crédito: White House

En este sentido, Pence ya ha dejado entrever que la base lunar podría estar en el polo sur de nuestro satélite. No es una idea descabellada. En sus cráteres, en sombra permanente, hay gran cantidad de agua congelada. Un requisito indispensable para permitir que la base sea relativamente autónoma. La próxima misión tripulada, de hecho, probablemente se dirigirá a esta región. Pero estamos hablando de algo que sucederá en tan solo 5 años. Es un objetivo ambicioso pero que consideran posible. Se apoyan en su experiencia con Apolo 11.

Porque aquella misión aterrizó tan solo 12 años después de que comenzase la Era espacial. Ahora tenemos muchos más conocimientos y muchos más recursos. Además, están contemplando la posibilidad de utilizar cohetes comerciales (como los de SpaceX, por ejemplo) si el cohete de la NASA no llegase a estar a tiempo para el lanzamiento. Desde la misión Apolo 17, que aterrizó en 1972, ninguna persona ha vuelto a caminar sobre la Luna. Pero puede que no haya que esperar mucho más para que veamos a otro ser humano en nuestro satélite.

El nuevo objetivo de la NASA

Todo esto entra dentro del nuevo marco definido por Donald Trump. En 2017, firmó una nueva directiva que indica a la NASA que debe utilizar la Luna como punto de paso antes de las misiones que nos lleven a Marte y a otros lugares del Sistema Solar. Algo que, por otro lado, tiene mucho sentido. La Luna está a 384 400 kilómetros de media. Mucho más cerca que Marte. Es un lugar perfecto para realizar pruebas. Si algo saliese mal, podemos asistir a los astronautas que se encuentren allí. Marte no nos ofrecerá ese lujo.

Concepto artístico del Portal de Espacio Profundo. Crédito: NASA

Dentro de este marco, la NASA tiene planeado construir una estación espacial en la órbita lunar. Se trata del Portal de Espacio Profundo, también llamado hoy en día Plataforma Orbital Lunar. Servirá como paso intermedio para enviar misiones robóticas, y tripuladas, a la superficie de la Luna. El montaje de esta estación debería comenzar, si todo va según lo previsto, en 2022. Permitirá llegar a diferentes lugares de la Luna con mucha más facilidad que si la misión se lanzase íntegramente desde la Tierra.

Tampoco podemos olvidarnos de la cápsula tripulada Orión, de la NASA. De momento solo ha realizado un vuelo no tripulado, pero el objetivo es que sea una pieza importante en las próximas misiones tripuladas de la agencia espacial estadounidense. Sea como fuere, parece claro que vamos a volver a la Luna. Sucederá en los próximos años y no dentro de varias décadas. Cada vez es un objetivo que parece no solo más realista, sino más posible y también más ambicioso. Hay muchos motivos por los que volver a la Luna, décadas después, es una buena idea.

Volver a la Luna como antesala a explorar el resto del Sistema Solar

La Luna está llamada a convertirse, en las próximas décadas, en un punto clave para la exploración del Sistema Solar. Primero con las misiones tripuladas que tendrán lugar en los próximos años. No solo llegará Estados Unidos. Rusia y China también tienen como objetivo enviar sus propias misiones tripuladas. El objetivo de construir una base lunar en la superficie es común a diferentes naciones. Es cuestión de tiempo que se termine convirtiendo en una realidad. Aunque todavía habrá que esperar un tiempo para verla en acción.

Concepto artístico de una base lunar
Concepto artístico de una base lunar, formada por diferentes cúpulas, construida por medio de impresión 3D. Crédito: ESA/Foster+Partners

Una base permanente que, en un principio, será utilizada con fines científicos. Se buscará entender cómo se adapta el cuerpo humano a un entorno tan diferente. Un lugar en el que la gravedad es mucho más débil que la que podemos experimentar en la Tierra. Con el tiempo, también podría ser el precursor a la eventual colonización de la Luna, con colonias que no estén formadas principalmente por científicos. Eso sí, este es un objetivo mucho más lejano en el tiempo. Aunque tarde o temprano sucederá si queremos sobrevivir como especie.

Tampoco podemos olvidarnos de Marte. El planeta rojo sigue siendo un gran objetivo de la exploración espacial. Eso no ha cambiado. La NASA quiere llegar allí y SpaceX sigue teniéndolo como el gran objetivo de su misión actual. Todo indica que los próximos años van a dejarnos ver el renacimiento de la carrera espacial. La exploración del Sistema Solar, con misiones tripuladas, es una de las últimas fronteras que nos queda por atravesar. Cada vez estamos más cerca de ver cómo se convierte en una realidad…

Referencias: Space