El telescopio James Webb se retrasa una vez más. En esta ocasión, solo habrá que esperar unos días para que se produzca el lanzamiento. El motivo, según se ha explicado desde la NASA, se debe a un fallo a la hora de unir el telescopio al cohete en el que viajará al espacio…

El telescopio James Webb se retrasa hasta el 22 de diciembre

La historia del telescopio James Webb es tremendamente accidentada. A lo largo de los años ha ido sumando retrasos que han ido posponiendo su lanzamiento. Pero, por fin, parecía que todo había quedado atrás cuando se anunció que veríamos el inicio de la misión este 18 de diciembre. No solo eso, el telescopio, en estos momentos, ya está en Guyana Francesa, desde donde será lanzado, desde hace varias semanas. Todo podría hacer pensar que ya habían pasado los sobresaltos y que solo quedaba esperar a la gran cita.

El telescopio James Webb se retrasa (unos días)
Lanzamiento de un cohete Vega de Arianespace. Crédito: ESA/S. Corvaja

Pero, como si se tratase de una mala comedia, ahora la NASA ha anunciado que no veremos el lanzamiento del telescopio James Webb antes del 22 de diciembre. Los técnicos estaban preparándose para instalar el telescopio (que ha costado unos 10 000 millones de dólares) a un adaptador para el vehículo de lanzamiento. Algo que permite conectarlo a la fase superior del cohete Ariane 5 que lo llevará más allá del entorno de nuestro planeta. En algún momento, en ese proceso, algo falló. Se liberó una de las abrazaderas usadas en el sistema.

Esa liberación repentina podría verse como una simple anécdota. Pero, teniendo en cuenta del tipo de equipo del que estamos hablando, tremendamente delicado, es más que suficiente para obligar a detener el avance. La abrazadera se soltó de forma repentina e inesperada, provocando que el telescopio vibrase. El incidente ha tenido lugar, según NASA, bajo la responsabilidad global de Arianespace. Es la compañía francesa que, cabe recordar, fue contratada para realizar el lanzamiento. Así que ahora, por fuerza, hay que revisar el telescopio…

Un equipo se asegurará de que no hay daños

Un equipo de la NASA ya está investigando qué es lo que ha sucedido. También llevarán pruebas a cabo para determinar, con la mayor certeza posible, que el incidente no ha provocado daño alguno en los componentes del telescopio. De momento, el lanzamiento solo se ha visto retrasado cuatro días, aunque habrá que esperar a la información que se publicará por parte de NASA y de la propia Arianespace. Según ya ha informado la agencia espacial, las operaciones para revisar el estado del telescopio finalizarán esta misma semana.

Por lo que es cuestión de días saber en qué estado se encuentra el telescopio espacial James Webb. Esperemos que solo sea un pequeño contratiempo y que el observatorio no haya sufrido daños. Aun así, la fecha del 22 de diciembre es solo orientativa. El lanzamiento no tendrá lugar antes de esa fecha, pero podría suceder en algún otro momento. Es decir, no deberíamos sorprendernos si, por ejemplo, anunciasen que se llevará a cabo el 27 de diciembre (por poner una fecha) o incluso más adelante, ya en enero.

Aunque no hay nada que indique que se deba retrasar el lanzamiento durante varias semanas (salvo que se hayan producido daños), la misión se lo podría permitir. Por un lado, tenemos la llegada del período navideño. Por otro, la misión no está sujeta a una ventana de lanzamiento particular. Entre comillas, el telescopio puede lanzarse en cualquier momento, porque su destino es el punto de Lagrange L2, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, en dirección opuesta al Sol. No hay un período de fechas muy estricto, como sucedería en, por ejemplo, un lanzamiento a Marte.

El telescopio James Webb es una gran esperanza

El telescopio James Webb, aunque se retrasa de nuevo, está llamado a ser el gran protagonista de los próximos años. En muchos sentidos, es el sucesor del telescopio Hubble. Será el telescopio espacial más grande y potente construido hasta la fecha. Podrá observar más lejos que otros telescopios, permitiendo observar el universo tal y como era poco después del Big Bang. El telescopio permitirá estudiar las primeras galaxias y, se espera, también las primeras estrellas del universo. Esas estrellas, pertenecerían a un grupo llamado Población III (siendo las de Población II y I estrellas mucho más recientes).

Maqueta del telescopio James Webb y el equipo que ha participado en su construcción. Crédito: NASA

Entre las muchas cualidades del telescopio, hay que destacar su capacidad de observación en el espectro infrarrojo. Algo esencial, porque la luz de aquellos primeros objetos, en su recorrido hasta nosotros, se ha ido estirando por efecto de la expansión del universo. De manera que esa luz, que tenía una longitud de onda muy corta (y por tanto se correspondía con otra franja del espectro electromagnético), se ha estirado enormemente a lo largo de miles de millones de años de viaje. No es lo único que permitirá estudiar.

También se espera que sea útil en el análisis de exoplanetas. Después de años de descubrimiento de mundos alrededor de otras estrellas de la Vía Láctea, se está empezando a entrar en el siguiente paso. Aunque se siguen buscando nuevos exoplanetas, con telescopios como TESS, ahora también se está empezando a trabajar en la caracterización. Es decir, en comprender cómo es cada uno de esos mundos que se han observado. Especialmente, aquellos que se encuentran en la zona habitable de sus estrellas. Pero, para que esto suceda, habrá que esperar al lanzamiento que parece no llegar…

Referencias: NASA