Desde hace tiempo, se sospecha que Encélado podría albergar vida bajo su superficie. Ahora, un nuevo estudio plantea que el océano de Encélado contiene más nutrientes de lo esperado. Dando más fuerza a la idea de que podría tener las características para albergar vida…

El atractivo de Encélado

Desde la llegada de la sonda Cassini, en 2004, Encélado se ha convertido en un lugar cada vez más intrigante. Primero fue el descubrimiento de la actividad en el polo sur del satélite. Allí, se observaron columnas de vapor, que parecían el resultado de actividad geotérmica y de un océano interior que podría albergar vida. Desde entonces, los estudios se han sucedido para intentar determinar sus condiciones. En algunos se ha buscado entender cuál es la posibilidad de que haya vida. En otros, simplemente explicar cómo funcionaría ese océano.

El océano de Encélado contiene nutrientes
Aquí puedes ver el polo sur de Encélado expulsando material al espacio. Sale a una velocidad cercana a los 1300 km/h. Crédito: Credit: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Ahora, un grupo de investigadores ha determinado que la concentración de dióxido de carbono, hidrógeno, metano y el pH del océano es más apropiado para la vida de lo que se pensaba hasta ahora. La concentración de estos elementos, y que el pH sea similar al de los océanos de la Tierra, indica que los microbios, que pudiese haber en ese océano, tendrían el combustible necesario para la vida. Además, los investigadores también han descubierto que las columnas de vapor no son perfectas para entender el contenido del océano.

Porque su composición química no es exactamente la misma que deberíamos esperar encontrar en el interior. Esto se debe a un proceso, conocido como fraccionamiento, que provoca que la columna pase por una etapa de separación de gases. Por lo que algunos elementos son expulsados al espacio pero otros, sin embargo, permanecen en el océano. Así que, con esto en mente, era necesario volver a analizar los datos de la sonda Cassini para determinar cuáles eran las diferencias. Los resultados son intrigantes pero no concluyentes.

El océano de Encélado contiene muchos nutrientes, pero… ¿es bueno?

Con la ayuda de diferentes simulaciones por ordenador, para entender cómo afectaría el fraccionamiento a las columnas de vapor, los investigadores han llegado a la conclusión de que los estudios anteriores se equivocaban por ser muy conservadores. Infravaloraban la cantidad de hidrógeno, metano y dióxido de carbono presente en el océano bajo la superficie de Encélado. En consecuencia, esa cantidad de dióxido de carbono, más elevada de lo previsto, indica que el pH del océano sería más bajo y similar al de la Tierra.

Imagen de una columna de vapor de un géiser en el polo sur de Encélado. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Además, no es descartable que también haya grandes concentraciones de otros elementos volátiles, como el amoníaco. Algo que sería beneficioso porque estaríamos ante otra fuente de energía para los posibles organismos que pudiese haber en el océano interior. En este aspecto, son buenas noticias. Porque, de haber algún organismo vivo, evolucionaría para poder consumir estos elementos. La mayor parte de la vida en nuestro planeta, como explican los investigadores, funciona mejor con un pH neutro o casi neutro. Otro punto a favor.

Porque se puede comparar, al menos hasta cierto punto, las condiciones que se dan en Encélado con las que se observan en los océanos de la Tierra. Pero, por otro lado, que la concentración de estos elementos sea tan alta podría ser, precisamente, una mala noticia. Porque podría ser la señal de que, simplemente, no hay organismos que los estén consumiendo. No es, sin embargo, una señal de que Encélado no tenga vida. Es posible que, simplemente, no sea tan abundante como para que la concentración de esos elementos disminuya.

Muchas incógnitas aun por resolver

Lo más interesante es que estos datos permitirán a los investigadores determinar qué tipos de vida podrían encontrarse en el océano bajo la superficie de Encélado. En ese sentido, los datos de la sonda Cassini vuelven a resultar extremadamente útiles. No solo se sabe qué gases están presentes, también qué sales y compuestos orgánicos. Por lo que, en las observaciones que se lleven a cabo en el futuro, se podrá estudiar cómo van cambiando las columnas de vapor expulsadas al espacio. Algo que servirá para conocer el océano todavía mejor.

Concepto artístico de la sonda Cassini atravesando la pluma de un géiser en Encélado. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Es una gran herramienta, porque es mucho más sencillo hacer que una nave vuele a través de una de estas columnas que intentar perforar la capa de hielo que rodea a este océano en Encélado. Una tarea mucho más complicada porque sería necesario perforar. En el polo sur, donde esa corteza de hielo es más fina, estaríamos ante una perforación de unos 5 kilómetros de profundidad. Una nave sobrevolando el satélite, sin embargo, solo necesitaría los instrumentos necesarios para analizar la composición de las columnas.

Tenemos más motivos, constantemente, para centrar nuestra atención en Encélado. Es posible que la vida en nuestro Sistema Solar no esté confinada únicamente a la Tierra. El océano de Encélado contiene nutrientes y nos ofrece una propuesta muy intrigante. Podría tener formas de vida que se habrían desarrollado en un entorno muy diferente al nuestro. ¿Qué similitudes podría haber con la vida de la Tierra? De momento, el primer paso es descubrir si realmente hay organismos en su interior. Cada vez estamos más cerca de saberlo…

El estudio será presentado en los próximos días en la 2019 Astrobiology Science Conference, en Bellevue, Washigton (EE.UU.).

Referencias: Universe Today