Es difícil crear imágenes de toda una galaxia cuando, como en nuestro caso, vivimos en su interior. Sin embargo, un grupo de astrónomos ha conseguido crear un mapa preciso de la Vía Láctea, desvelando más información sobre el brazo espiral en el que se encuentra el Sistema Solar…
Conociendo los brazos espirales
La idea de que la Vía Láctea es una galaxia espiral fue planteada hace más de 150 años, pero no comenzamos a identificar los brazos que la componen hasta la década de 1950. Algunos detalles sobre la estructura exacta de la galaxia todavía son fuente de debate. Por ejemplo, no tenemos muy claro cuántos brazos tiene la Vía Láctea, ni su longitud, ni la longitud y tamaño de la barra de gas y polvo caliente que recorre la región central.
Los brazos están llenos de gas y polvo, donde tiene lugar el nacimiento de nuevas estrellas. El problema es que ese mismo polvo puede oscurecer las estrellas que utilizamos para medir distancias, haciendo que el proceso de obtener un mapa de la galaxia sea todavía más complicado a la hora de realizar mediciones.
Dos de los brazos, el de Perseo y el de Escudo-Centauro, son más grandes y tienen una mayor cantidad de estrellas, mientras que el de Sagitario y el Exterior tienen menos estrellas, pero tanto gas como los anteriores. El Sistema Solar, se encuentra en el interior del brazo de Orión, en una región que llamamos la Nube Interestelar Local, y los astrónomos siempre han pensado que es más pequeño que el brazo de Perseo, vecino del nuestro.
Igual de grande
Ahora, un equipo de astrónomos del Purple Mountain Observatory en Nanjing, China, ha anunciado que el brazo de Orión (al que algunos también llaman brazo Local) es igual de grande que el resto de los que componen la Vía Láctea. Para llegar a esa conclusión, el equipo utilizó el radiotelescopio Very Long Baseline Array en Nuevo México, para poder hacer mediciones muy precisas de nubes de gas masivas en los brazos, y utilizaron el paralaje para medir sus distancias.
Los radiotelescopios tienen la capacidad de ver a través del plano galáctico y permitirnos observar las regiones más masivas de formación de estrellas de la estructura espiral. En el espectro visible sólo veríamos polvo. Por todo ello, conseguir medir el efecto de paralaje no es sencillo. Las nuevas mediciones indican que la Vía Láctea no sería una galaxia espiral de gran diseño, como se denomina a un tipo de galaxia espiral con los brazos muy definidos, si no una espiral con muchas ramas.
Según este estudio, el brazo de Orión es igual de espectacular que el resto de brazos. El equipo de investigadores también ha descubierto un pequeño nexo que conecta nuestro brazo de la galaxia con el de Sagitario, aunque no se le ha prestado mucha atención en el pasado. Las mediciones con otros radiotelescopios, que llegarán próximamente; así como el trabajo de la sonda Gaia, que se encuentra en plena misión para crear un mapa tridimensional de nuestra galaxia; y la obtención de más datos sobre las regiones de gas masivas; ayudarán a los astrónomos a poder definir mejor cuál es el aspecto de nuestra galaxia, desde el interior hasta el exterior.
Referencias: New Scientist
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