Dos investigadores han explicado cuál es el origen de Oumuamua. Es un intento por comprender por qué, en el momento de su observación, mostraba unas características que no encajaban exactamente con las de un cometa. Por si quedaban dudas, se trata de un objeto natural…

El origen de Oumuamua estaría en un planeta enano

En 2017 se descubrió el primer objeto interestelar en el Sistema Solar. Recibió el nombre de Oumuamua, que significa explorador (o mensajero) en hawaiano. El objeto mostraba características típicas de un cometa, pero tenía particularidades que hacía que fuese difícil de clasificar. Ahora, dos investigadores, Steven Desch y Alan Jackson, de la Escuela de la Tierra y la Exploración Espacial, han determinado su naturaleza en dos estudios publicados recientemente. El origen de Oumuamua estaría en un exoplaneta similar a Plutón. Sería un fragmento de aquel mundo…

Determinan cuál es el origen de Oumuamua
Concepto artístico del posible aspecto de Oumuamua. Crédito: William Hartmann

En muchos aspectos, explican los investigadores, Oumuamua parecía un cometa, pero era lo suficientemente llamativo como para dejar dudas sobre su naturaleza. Esto llevó a planteamientos de todo tipo. Por un lado, las hipótesis naturales. Podía ser un cometa o un asteroide con características poco frecuentes. Por otro lado, se plantearon posibilidades mucho más exóticas, como que pudiese ser de origen artificial. Algo que Abraham Loeb, entre otros, ha defendido con mayor o menor convicción, planteando que pudiese ser una nave extraterrestre.

A partir de las observaciones de Oumuamua, Desch y Jackson lograron determinar algunas características que lo diferencian claramente de un cometa. Por ejemplo, la velocidad con la que entró al Sistema Solar fue algo más baja de lo que cabría esperar. Algo que indicaba, según explican, que no ha estado viajando por el espacio interestelar más de mil millones de años. En cuanto a su tamaño y su aspecto, en forma de disco, también era mucho más plano que cualquier otro objeto que se puede encontrar en el Sistema Solar.

Las extrañas particularidades de Oumuamua

Algo que llamó la atención de Oumuamua fue su comportamiento. Al alejarse del Sol, aceleró ligeramente. Es un efecto común en los cometas, provocado por la evaporación del hielo que contienen al adentrarse en el interior del Sistema Solar. Pero, en el caso de Oumuamua, era un efecto más intenso de lo que se podía esperar. Además, el objeto no mostraba escape de gas, algo que popularmente conocemos como la cola de un cometa. Es decir, en muchos sentidos, Oumuamua parecía un cometa, pero no se comportaba como ninguno conocido.

Por ello, se plantearon que Oumuamua pudiese estar compuesto por diferentes tipos de hielo. Calcularon a qué velocidad se sublimarían (pasando de sólido a gas) al acercarse al Sol. A partir de ahí, calcularon el efecto de aceleración al alejarse, la masa y forma, y el brillo de los diferentes tipos de hielo. Entendieron que un fragmento de hielo sería mucho más reflectante de lo que se podía suponer. Por lo que se trataría de un objeto más pequeño si resultase ser más brillante de lo creído. En ese caso, el efecto de aceleración que experimentaría Oumuamua sería más intenso.

Lo más interesante es que los dos investigadores encontraron un tipo de hielo que encajaba muy bien con todas las características de Oumuamua: el nitrógeno sólido. Es un hielo que se puede observar en la superficie de Plutón. Es posible que un objeto, que parezca ser un cometa, pueda estar formado por el mismo material. Para saber si tenían razón, calcularon qué albedo (es decir, cuanta luz refleja un objeto) haría que el movimiento de Oumuamua encajase con lo que se observó. El valor resultó ser el mismo que el de las superficies de Plutón o Tritón, que están cubiertos por nitrógeno congelado.

El origen artificial de Oumuamua siempre fue algo exótico

Teniendo en cuenta esa coincidencia, los investigadores intentaron determinar la posibilidad de un suceso así. Es decir, con qué frecuencia se expulsa un fragmento de nitrógeno sólido de la superficie de objetos como Tritón o Plutón. Primero, en la historia del Sistema Solar, después, la posibilidad de que un fragmento expulsado en otro sistema llegase al nuestro. Todo esto les ha permitido plantear que, seguramente, Oumuamua fue un fragmento de una superficie que sufrió un impacto hace unos 500 millones de años, y que fue expulsado de su sistema.

La Sputnik Planitia, de Plutón, observada por la sonda New Horizons. Crédito: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Southwest Research Institute.

La composición de nitrógeno permite explicar su aspecto poco habitual. Las capas exteriores del nitrógeno congelado se evaporaron. Por lo que el aspecto del objeto fue cada vez más plano. Para visualizarlo mejor, usan un ejemplo que seguramente nos resulte familiar. El de una barra de jabón que se va aplanando a medida que la usamos. Este estudio supone un varapalo a la posibilidad de que Oumuamua pueda ser un objeto artificial. Es una idea que resulta muy intrigante, desde luego, pero siempre se dijo que es una posibilidad exótica.

La publicación del último libro de Abraham Loeb ha provocado que se haya debatido, incluso, sobre el método científico, y la obligación de no llegar a conclusiones apresuradas, especialmente cuando no se han agotado todas las posibles explicaciones naturales. Los investigadores aprovechan para incidir en que, a pesar de que se planteó que Oumuamua es un objeto natural desde el principio, ha habido que esperar apenas tres años hasta tener una explicación sólida de cuál es su naturaleza. No es, ni mucho menos, tiempo suficiente para descartar todas las posibilidades naturales.

Una explicación muy interesante

Que Oumuamua no sea un objeto artificial no hace que su origen sea menos atractivo. A fin de cuentas, presenta una oportunidad para estudiar sistemas extrasolares de una forma que hasta ahora no era posible. A medida que se descubran más objetos como este, será posible tener una mejor imagen de cómo son los sistemas en otros lugares de la Vía Láctea. Algo que permitirá comprender hasta qué punto son similares o diferentes al nuestro. Además, la recompensa es todavía más grande, porque Oumuamua da varias respuestas.

Concepto artístico de Oumuamua abandonando el Sistema Solar. Crédito: NASA/ESA

Por un lado, el estudio permite comprender su origen. Por otro, el poder establecer una relación directa con Plutón permite deducir que el Sistema Solar no es especial en ese aspecto. Es decir, mundos como Plutón no son exclusivos de este pequeño rincón de la galaxia, también existen en torno a otras estrellas. Hasta ahora, no había ninguna forma obvia de poder comprobarlo (por mucho que se pudiese sospechar). Ahora, los investigadores esperan que con mejores telescopios se puedan descubrir muchos más objetos interestelares.

Eso permitirá encontrar otros que, como Oumuamua, resulten atípicos por algún motivo, permitiendo ampliar el abanico de objetos, y circunstancias, que podemos esperar encontrar en la galaxia. El hallazgo de otros objetos que encajen con características que ya conocemos también será útil. Si la observación de objetos como Oumuamua se vuelve habitual, querrá decir que objetos formados por nitrógeno sólido son comunes. En definitiva, queda mucho por aprender sobre la galaxia y los hallazgos como este son la clave para seguir realizando descubrimientos…

Estudio

Los estudios son A. Jackson y S. Desch; «1I/‘Oumuamua as an N2 ice fragment of an exo‐Pluto surface: I. Size and Compositional Constraints». Publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Planets el 16 de marzo de 2021. Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

A. Jackson y S. Desch; «1I/‘Oumuamua as an N2 ice fragment of an exo‐pluto surface II: Generation of N2 ice fragments and the origin of ‘Oumuamua». Publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Planets el 16 de marzo de 2021. Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Phys