La búsqueda del Planeta Nueve, cuya existencia se planteó por primera vez en 2016, sigue adelante. Aunque no ha habido mucho ruido en estos años, lo cierto es que se ha seguido analizando el firmamento. La posibilidad de que exista un planeta masivo, lejos de Plutón, es demasiado interesante como para ignorarlo…

Por qué se plantea la existencia del Planeta Nueve

En 2016, Mike Brown y Konstantin Batygin plantearon que, más allá de la órbita de Plutón, se oculta un planeta todavía por descubrir en el Sistema Solar. Tras la reclasificación de Plutón, en 2006, como planeta enano, su descubrimiento, si se confirmase, lo convertiría en el noveno planeta del sistema. A pesar de que todavía se sigue buscando, a lo largo del tiempo se han hecho muchos análisis sobre sus condiciones. Desde sus particularidades hasta, incluso, cómo pudo terminar en una órbita tan lejana, en comparación al resto de planetas.

Continua la búsqueda del Planeta Nueve
Órbitas de Neptuno (magenta), Sedna (magenta oscuro), varios objetos del Cinturón de Kuiper (cián) y el Planeta Nueve (naranja). Crédito: Caltech/R. Hurt (IPAC)

Esto ha llevado a planteamientos de lo más interesantes. Incluso, se ha jugado con la posibilidad de que el Planeta Nueve pudiese ser un planeta capturado de otra estrella… o hasta un agujero negro primordial, que es un objeto completamente hipotético. Hay que recordar que, en esencial, el planteamiento de que el planeta pueda existir se basa en las orbitas de varios objetos pequeños, más allá de la órbita de Neptuno. El inconveniente, es que los datos en los que se apoya la hipótesis no están libres de motivos para dudar de su utilidad.

Uno de los grandes argumentos en contra, para defender que el Planeta Nueve no tenga que existir, es que todos los objetos que se han observado están relativamente cerca del Sol. Son objetos tan tenues que solo se puede captar su presencia cuando están cerca de su perihelio. Esto quiere decir que hay multitud de objetos, con otras órbitas, que no han sido observados por estar más lejos. Por lo que, si los incluyésemos, puede que esa agrupación de órbitas, que hace pensar en que exista el Planeta Nueve, desapareciese por completo.

La búsqueda del Planeta Nueve en una gran parte del firmamento

Suponiendo que exista, las estimaciones han variado a lo largo del tiempo. Desde que tendría entre 10 y 20 veces la masa de la Tierra, a que tuviese entre 5 y 10 veces la masa de nuestro planeta. La órbita del planeta estaría a entre 400 y 800 UAs (unidades astronómicas). Es decir, a entre 400 y 800 veces la distancia entre el Sol y la Tierra. A esa distancia, a pesar de ser un planeta masivo, es tremendamente complicado descubrirlo porque sería muy tenue. Ni siquiera los telescopios más potentes pueden captarlo en búsquedas ópticas.

La mayor parte de objetos del Sistema Solar han sido descubiertos en el espectro visible, a través de la luz del Sol reflejada en sus superficies. Pero la cantidad de luz que reciben disminuye a medida que nos alejamos, tal y como establece la ley de la inversa del cuadrado. Es decir, la intensidad de la luz decae con el cuadrado de la distancia a la fuente de esa radiación (en este caso, el Sol). Además, la cantidad de luz reflejada por esos objetos tiene que viajar de nuevo hacia la Tierra, por lo que el brillo disminuye de nuevo en un factor similar.

Ahora, un equipo de astrónomos que utilizó el Atacama Cosmology Telescope (de 6 metros de diámetro) en Chile, ha publicado un estudio recogiendo sus nuevas observaciones. El telescopio ACT fue diseñado, en realidad, para estudiar la radiación de fondo de microondas. Pero su gran resolución angular y sensibilidad hace que sea un telescopio perfecto para la búsqueda del Planeta Nueve. Los investigadores estudiaron el 87% del cielo observable desde el hemisferio sur. Su búsqueda se produjo a lo largo de seis años…

La búsqueda del Planeta Nueve no ha terminado… pero no pinta bien

Después de recoger esos datos, procesaron las imágenes con diferentes técnicas. El objetivo, intentar descubrir objetos tenues, con la desventaja de perder la información sobre su posición. Lo interesante es que en su búsqueda han encontrado mucha fuentes que podrían ser candidatas. Aproximadamente, unas 3500. Lo malo es que ninguna de las fuentes pudo confirmarse. Además, no se produjo ninguna detección significativa. Es decir, no se produjo una observación que resultase más interesante que el resto.

Concepto artístico de la superficie de Makemake, un planeta enano del Cinturón de Kuiper. Crédito: ESO/L. Calçada/Nick Risinger (skysurvey.org)

¿Esto quiere decir que la búsqueda del Planeta Nueve puede darse por cerrada? Lo cierto es que ni mucho menos. Los investigadores han sido capaces de excluir, con un 95% de confianza, que el Planeta Nueve exista, en la zona estudiada, con las propiedades que se describían anteriormente. Los resultados, además, encajan con otros estudios que se han llevado a cabo en los últimos tiempos. De momento, lo cierto es que no se ha encontrado ninguna pista realmente atractiva sobre la presencia del Planeta Nueve.

Por otro lado, como un rayo de esperanza, los resultados solo cubren entre el 10 y el 20% de las posibilidades. En los próximos años van a entrar en funcionamiento nuevas instalaciones, todavía más sensibles, que permitirán seguir avanzando. Por lo que es cuestión de tiempo que se pueda llegar a una respuesta definitiva. De momento, las observaciones que se han llevado a cabo hasta la fecha no han dado resultados. Es posible que sea porque el Planeta Nueve, simplemente, no existe. Veremos qué sucede en un futuro cercano…

Estudio

El estudio es S. Naess, S. Aiola, N. Battaglia et al.; «The Atacama Cosmology Telescope: A Search for Planet 9«. Publicado en la revista The Astrophysical Journal el 23 de diciembre de 2021. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys