Blue Origin sigue en su cruzada contra la NASA y SpaceX, por la adjudicación del contrato a la compañía de Elon Musk para enviar astronautas a la superficie de la Luna, con una denuncia. Es la última maniobra de la compañía de Jeff Bezos, que está resultando hasta cierto punto desconcertante…

Blue Origin pasa al ataque y denuncia a la NASA

Blue Origin, la compañía del multimillonario Jeff Bezos, ha decidido presentar una denuncia contra la NASA por otorgar un contrato a SpaceX. Aunque el movimiento podría resultar sorprendente, es un paso más en el empeño de Bezos por conseguir que su empresa sea incorporada en el programa Artemisa. Concretamente, Jeff Bezos quiere conseguir un contrato para el Human Landing System (HLS, se traduce como Sistema de Aterrizaje Humano). En abril de 2021, la NASA anunció que le otorgaba un contrato de 2900 millones de dólares a SpaceX para el HLS.

Blue Origin denuncia a NASA por el contrato de SpaceX
Concepto artístico del aterrizador Blue Moon. Crédito: Blue Origin

Blue Origin ha presentado una denuncia, en, según sus palabras, un intento por corregir los errores en cómo se otorgó el contrato a SpaceX. A decir verdad, cuando se anunció que SpaceX era la única compañía elegida, supimos que tanto Blue Origin como Dynetics (la otra compañía que estaba en la carrera por hacerse con un contrato para aterrizar en la Luna) estaban disconformes con el proceso. Explicaban que la NASA tenía que otorgar varios contratos (en lugar de solo uno) y que el proceso de evaluación no había sido justo.

Lo cierto es que, en el fondo de la cuestión, es posible estar de acuerdo con lo expuesto por Blue Origin. Tradicionalmente, la NASA ha contado con al menos dos compañías en sus iniciativas comerciales. Basta ver el caso de los lanzamientos tripulados a la Estación Espacial Internacional. SpaceX ya está enviando astronautas a la estación, pero no es la única compañía que tiene un contrato para ello. Boeing también forma parte de esa misma iniciativa, el programa de tripulaciones comerciales. En ese sentido, entienden que es injusto que ahora solo sea una empresa.

Un movimiento injusto, el coste de la misión… y los ataques a SpaceX

Desde Blue Origin, en estos meses, hemos visto algunos argumentos que parecen bastante razonables. Pero también ataques que han rozado la vergüenza ajena. Por ejemplo, argumentan que la NASA se decantó por otorgar el contrato a SpaceX al ser la opción más económica de las presentadas. Desde la empresa de Jeff Bezos, entienden que tanto Dynetics como ellos deberían haber tenido la oportunidad de presentar un presupuesto que se ajustase mejor a lo que necesitaba la agencia. Por otro lado, ponían en duda la capacidad de SpaceX.

En aquel momento, cuando se anunció el contrato, el prototipo Starship de SpaceX no había conseguido realizar todavía un vuelo de 10 kilómetros de altura con éxito. Todos los intentos habían fracasado y Jeff Bezos se escudaba en ello para atacar a la agencia espacial. Entendía que la NASA se estaba decantando por un modelo que estaba demostrando ser completamente inseguro. Asimismo, en las últimas semanas, también han argumentado que el modelo de SpaceX es demasiado peligroso y que, al haber solo una empresa, la NASA está atada de pies y manos.

Es decir, si se produce algún retraso por parte de SpaceX, la agencia tendrá que aceptarlo. Lo mismo sucedería si se produce un aumento de costes en el desarrollo de la versión modificada de Starship que se usará para aterrizar en la Luna. Hasta aquí, todo parece más o menos razonable. En las últimas semanas, sin embargo, Jeff Bezos ha optado por una estrategia mucho más agresiva, atacando a la credibilidad de SpaceX. Han criticado desde la cantidad de lanzamientos requeridos por parte de SpaceX, hasta al tamaño de Starship…

¿Y ahora qué?

Por parte de Blue Origin, no es la primera vez que intentan que se rectifique la decisión de NASA. En el mes de julio presentaron una protesta en la Oficina de Responsabilidad del Gobierno. Fue rechazada y se reiteró que la decisión de seleccionar a SpaceX era válida. Por parte de la agencia espacial, el pasado lunes, 16 de agosto, notificaron la recepción de la denuncia de Blue Origin y el estudio de la demanda. De momento no ha habido comunicaciones, pero el movimiento de la empresa de Jeff Bezos ya ha provocado reacciones.

Concepto artístico del modelo de aterrizador planteado por Dynetics. Crédito: Dynetics

Ha sucedido, aparentemente, en forma de abandonos de personal de alto nivel a otras compañías, incluyendo la propia SpaceX, así como a una publicación en Reddit de empleados de Blue Origin. Algo que parece evidenciar que no todo el personal de la compañía está de acuerdo con la estrategia empleada por Jeff Bezos. Primero, por la agresividad en la estrategia empleada. Segundo, por la imagen que proyecta de la compañía y de sus propios empleados. Tercero, por la percepción que puede provocar en la sociedad.

A fin de cuentas, ahora mismo, existe la posibilidad (al margen de que sea más o menos probable) de que se retrase el regreso a la Luna. Pero no sería un retraso provocado por dificultades en el desarrollo de alguna pieza (algo que no sería raro). Sería producto de las trabas legales que está colocando Jeff Bezos en el camino. Está por ver cómo varía la percepción pública de Blue Origin en las próximas semanas. Especialmente si, de repente, la NASA decide volver a dejar el contrato en el aire y repetir el proceso y, esta vez, Blue Origin se lo lleva.

Sea como fuere, es pronto para intentar llegar a ninguna conclusión. Lo único que podemos hacer, por ahora, es esperar y ver cómo se desarrolla todo en las próximas semanas. No parece que estemos ante el último capítulo de los ataques de Blue Origin a SpaceX. Está claro que un contrato de 2900 millones de dólares es tremendamente jugoso. Pero, por el bien de todas las partes implicadas, es deseable que no se convierta en un drama que se prolongue durante meses o años, y provoque que Artemisa no llegue a cumplir su objetivo de regresar a la Luna en 2024…

Referencias: Phys