La popular estrella Betelgeuse ha comenzado a recuperar su brillo. Esto supone el final de una fase, de varios meses de duración, en los que había dejado de ser una de las estrellas más brillantes del firmamento. Además, encaja con lo que se esperaba desde un primer momento…

Un episodio más de la vida de Betelgeuse

Hay que recordar que, desde un principio, la principal teoría que se manejó es que nos encontrábamos ante un episodio excepcional, pero no atípico, en el comportamiento de Betelgeuse. Es decir, simplemente se había oscurecido más de lo normal por una combinación de factores. No debía ser tomada, por tanto, como una señal de su inminente muerte en forma de supernova. La expectación era que hacia finales de este mes comenzaría a recuperar su brillo. Las observaciones indican que es así.

Betelgeuse comienza a recuperar su brillo
Comparación del brillo de Betelgeuse en enero y diciembre de 2019. Crédito: ESO/M. Montargès et al.

Aunque, por ahora, todavía es un proceso lento. Tardará varias semanas en alcanzar su brillo habitual y volver a ser la 11ª estrella más brillante del firmamento. Que no se haya convertido en supernova, como muchos esperaban, no es decepcionante. Al contrario, supone una nueva oportunidad para poder profundizar en la comprensión de las gigantes rojas y sus particularidades. A fin de cuentas, Betelgeuse es una estrella en la recta final de su vida. Tiene 8,5 millones de años y ya ha abandonado la secuencia principal.

Durante su secuencia principal, que pudo terminar hace un millón de años, la estrella brilló con un marcado tono azul. Un estudio plantea que, entró en la fase de gigante roja hace unos 40 000 años. En la actualidad, hace tiempo que la estrella dejó de fusionar hidrógeno en helio en su interior. Ahora está convirtiendo helio en carbono y oxígeno. En todo ese proceso, su núcleo se ha contraído, llevando hidrógeno a su alrededor, creando una capa en la que se sigue fusionando hidrógeno en helio…

A Betelgeuse le queda mucha cuerda

Con el paso del tiempo, el núcleo de Betelgeuse irá fusionando elementos cada vez más pesados, hasta llegar a un núcleo de hierro puro. Después llegará la supernova. ¿Cuándo podría suceder? En la mayoría de casos se estima que en unos 100 000 años, aunque algunos estudios apuntan a que todavía podría tardar hasta un millón. Cuando llegue ese momento, probablemente perderá brillo con rapidez antes de explotar. Pero hay que recordar que nos encontramos con una estrella que es variable.

Es decir, su brillo varía con el paso del tiempo. Aunque no se había observado una caída tan pronunciada como la que ha tenido lugar entre finales de 2019 y enero de 2020. De ahí que muchas personas hayan puesto su atención en ella. ¿Podríamos estar ante el aviso de esa futura supernova? El aumento de brillo parece indicar que no. Simplemente, está recuperando el brillo que tenía anteriormente. Y, además, lo hace en el período en el que se esperaba, encajando con esos ciclos variables que regulan su brillo.

Los datos recogidos en las últimas semanas, según explican en Astronomers Telegram, indican que esa caída de brillo ya se ha detenido y ha comenzado a revertirse. Sin embargo, quedan incógnitas sobre cómo será esta fase de recuperación. Particularmente, tanto cuánto tardará en recuperar su brillo habitual como, igualmente, cómo será el proceso. Lo que de momento no tiene una respuesta obvia, sin embargo, es sin duda lo más intrigante: ¿qué ha sucedido para que su brillo haya caído de forma tan marcada?

Las causas del oscurecimiento

La realidad es que de momento no está claro. Hay diversas posibilidades en consideración. Una, que sería más bien exótica, es que su superficie se hubiese enfriado. Sería raro y difícil de explicar, pero no completamente imposible. La otra posibilidad es que la estrella haya expulsado una gran nube de material a su alrededor. Precisamente en la dirección desde la que la observamos en la Tierra. Todo ese material habría provocado, naturalmente, que su brillo cayese desde nuestra perspectiva, y es completamente normal.

Betelgeuse, una de las estrellas más brillantes del firmamento, visible en la parte izquierda de la imagen. Crédito: Rogelio Bernal Andreo

Las gigantes rojas expulsan grandes cantidades de material antes de convertirse en supernovas. Las imágenes en infrarrojo muestran que la estrella tiene grandes cantidades de material a su alrededor. Por lo que bien podría ser la explicación correcta. Qué opción es la correcta, probablemente, se podrá determinar una vez se haya observado cómo va recuperando su brillo. Sea como fuere, la atención sigue muy puesta en Betelgeuse. Por su cercanía, a unos 640 años-luz del Sistema Solar, es muy útil.

Esa distancia permite poder estudiarla con mucho más detalle que otras estrellas mucho más lejanas. Puede que nos hayamos perdido una supernova (que tampoco parecía muy probable que fuese a suceder en el curso de nuestras vidas), pero la atención no va a desaparecer de golpe. En las próximas semanas, muchos ojos seguirán observando el brillo de Betelgeuse y su camino hacia la normalidad. No será una decepción, ni mucho menos, permitirá seguir entendiendo, un poco mejor, cómo se comportan estas estrellas…

Referencias: Science Alert