En Astrobitácora 1×27 no nos alejamos de nuestros hogares. ¿Podemos observar el universo a pesar de la contaminación lumínica? En YouTube, además, hablamos del segundo satélite natural de la Tierra, un objeto muy diferente a la Luna…

Astrobitácora 1×27: la contaminación lumínica y la astronomía en la ciudad

La contaminación lumínica es uno de los peores aspectos de nuestras ciudades. Por las noches, el firmamento es solo una sombra de lo que se puede ver lejos de las luces artificiales de nuestras urbes. En algunos casos, apenas los 90 objetos más brillantes son visibles en el centro de ciudades como Madrid. En contraposición, el cielo desde un lugar sin contaminación lumínico está inundado por miles de estrellas. Es como observar dos mundos completamente diferentes, y un recordatorio del impacto de esa iluminación.

Astrobitácora 1x27: Astronomía en la ciudad
Contaminación lumínica en Ciudad de México en 2005. Crédito: Fernando Tomás

Lo que se pide generalmente, en estos casos, no es que desaparezca la iluminación artificial. Algo, a todas luces (valga la redundancia), absurdo. Lo que se plantea es, simplemente, que esa luz apunte hacia el suelo y no hacia otras direcciones. Eso, junto a una iluminación más eficiente, serviría para mitigar el problema de la contaminación lumínica de una forma palpable. Algunas ciudades ya han comenzado a reaccionar; pero, mientras tanto, ¿es posible usar un telescopio en una ciudad? La respuesta es que sí.

Hace falta más paciencia, y no es posible observar los objetos con la misma facilidad que en otros lugares, pero la astronomía también puede encontrar su hueco bajo la contaminación lumínica. Es una buena oportunidad para aquellos que, por el motivo que sea, no tengan la oportunidad de observar el cielo lejos de las luces de una ciudad. De eso, y muchos otros aspectos, hablamos en Astrobitácora 1×27, el programa de esta semana. Como siempre, ya está disponible en iVoox. Puedes escucharlo tanto en su web, aquí, como en la app.

YouTube: el segundo satélite natural de la Tierra

Estos días, además, se ha descubierto que la Tierra tiene un segundo satélite natural a su alrededor. Se trata de 2020 CD3, un pequeño asteroide de un diámetro de entre 1,9 y 3,5 metros. En realidad, se trata de un satélite temporal. Algo que ya ha sucedido en otras ocasiones, con otros objetos, y que también sucederá en el futuro. Por ello, no nos encontramos ante un objeto como la Luna, que se formó hace 4500 millones de años junto a nuestro planeta. Su origen es diferente, se formó en algún otro lugar.

Concepto artístico de un objeto cercano a la Tierra. Crédito: NASA

En este caso, parece que fue atrapado por nuestro planeta hace 3 años. Pero, como satélite temporal, debería abandonarlo en abril de este mismo año. Es solo un ejemplo de satélites temporales. Se conocen otros ejemplos y, del mismo modo, no hay motivo para pensar que no sucederá de nuevo en el futuro. Así mismo, seguramente habrá sucedido infinidad de veces en el pasado. Pero no es un satélite permanente. O, por lo menos, no lo parece. Tampoco se cree que sea un objeto artificial, es decir, basura espacial.

Porque, sí, también se ha observado basura espacial orbitando la Tierra a una distancia considerable. Además, hay otros objetos que también pueden compartir la órbita de nuestro planeta, sin ser sus satélites. Es el caso de los asteroides troyanos y los asteroides con órbitas de herradura de caballo. Conocemos ejemplos de ambos tipos. Esto, y mucho más, te espera en el vídeo de esta semana. Puedes verlo, como siempre, al principio del artículo, o bien dirigiéndote a mi canal de YouTube, donde encontrarás mucho más contenido.